Anguita abunda
TIENE RAZ?N Anguita al afirmar que el fondo de la cuesti¨®n de Filesa es la financiaci¨®n ilegal del PSOE y no sus opiniones sobre los jueces. Pero la pierde cuando insiste en relacionar ambas cosas atribuyendo temerariamente a los magistrados comportamientos prevaricadores destinados, a exculpar a los socialistas -o a algunos socialistas- tergiversando citas del Constitucional.Filesa fue un montaje del PSOE para encubrir procedimientos irregulares de financiaci¨®n. Que de ello derivan responsabilidades pol¨ªticas para el equipo que dirig¨ªa ese partido a finales de los ochenta es algo bastante claro. El entonces encargado de finanzas en el seno de la ejecutiva, Guillermo Galeote, asumi¨® esa responsabilidad dimitiendo de todos sus cargos, internos y externos, y renunciando a presentarse como candidato en las siguientes elecciones. Muchas personas piensan que las responsabilidades reales llegaban m¨¢s arriba. El asunto fue muy pol¨¦mico. Una de las derivaciones colaterales de esa pol¨¦mica fue la mala fe que demostraron algunos partidos que, habiendo recurrido a sistemas de financiaci¨®n muy similares, se rasgaron las vestiduras y hasta se personaron como parte en el sumario de Filesa. Pero todo eso es una cosa -las responsabilidades pol¨ªticas y el debate sobre las mismas- y otra son las responsabilidades penales que -se derivan del caso y que habr¨¢ de establecer el tribunal que desde ayer juzga el asunto.
Anguita se meti¨® ayer en un florido jard¨ªn para concluir que el Consejo General del Poder Judicial no hab¨ªa rebatido su acusaci¨®n, luego impl¨ªcitamente la confirmaba. El escrito del Consejo recordaba que no es mis¨ª¨®n suya valorar el acierto o desacierto de las resoluciones judiciales, remitiendo dicha valoraci¨®n al auto de respuesta al recurso del PP. Ese auto dejaba bastante claro, para toda persona no cegada por el fanatismo, que el asunto de la cita era un tema menor artificialmente magnificado por El Mundo. Anguita se precipit¨® gravemente al tomar las discutibles opiniones de ese diario como la verdad misma del evangelio -por utilizar el lenguaje que le gusta al coordinador general de IU-.
Incapaz de descabalgar, Anguita se reafirm¨® ayer, con una argumentaci¨®n m¨¢s barroca que senequista, en su grave acusaci¨®n recurriendo a trucos de r¨¢bula: se ampar¨® en su condici¨®n de diputado para insinuar desde "sede parlamentaria" que lo que se planteaba era un conflicto entre poderes -representando ¨¦l al legislativo-, e invoc¨® como gran argumento que hab¨ªa dicho presunto delincuente y no delincuente a secas. Acusa de manipulaci¨®n a la prensa por no haber subrayado ese "presunto" milagroso que convertir¨ªa en serena opini¨®n lo que a simple vista parec¨ªa una grave imputaci¨®n a un miembro del Supremo. As¨ª, Anguita -alguien que siempre va al fondo de las cosas sin perderse en menudencias- acaba recurriendo a un formulismo indocto para reafirmarse en lo suyo sin dejar de cubrirse las espaldas.
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