La Iglesia impide un congreso de te¨®logos liberales en sus centros
Este a?o la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII, de talante progresista, no celebrar¨¢ su Congreso de Teolog¨ªa anual en el Colegio Calasancio -padres escolapios- de Madrid, como viene siendo costumbre desde hace seis a?os. "La implicaci¨®n de altas instancias y de la Conferencia Episcopal no ha permitido que se celebre el congreso en un local religioso, como se ha ido haciendo, en a?os anteriores", indica el secretario general de la asociaci¨®n, Juan Jos¨¦ Tamayo. El congreso -que se inaugur¨® ayer- se desarrollar¨¢ hasta el domingo, con la participaci¨®n de 20 colectivos cristianos de Espa?a, en el sal¨®n de actos de Comisiones Obreras (CC OO).Fuentes de la Conferencia Episcopal negaron ayer su relaci¨®n con el asunto: "La Iglesia como instituci¨®n no tiene nada que ver. Es un tema que lleva el propio centro religioso", desmintieron.
El director del colegio Calasancio, Enrique S¨¢nchez, explic¨®, sin embargo, que "instancias superiores han considerado que no es conveniente que se celebre aqu¨ª el congreso. Como colegio religioso, no me queda m¨¢s remedio que no acoger m¨¢s este evento". Y contin¨²a: "Se ve que si todos pensamos en una l¨ªnea, estupendo". Seg¨²n manifest¨® Tamayo, "la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica ya lleva varios a?os poniendo dificultades. No nos viene de nuevo".
La Asociaci¨®n espa?ola de Te¨®logos Juan XXIII destaca por su car¨¢cter progresista. El pasado a?o el Congreso de Teolog¨ªa apoy¨® un manifiesto por la renovaci¨®n eclesial. El texto propon¨ªa, entre otras cosas, la construcci¨®n de una Iglesia fraterna, la igualdad de derechos de la mujer y su acceso al sacerdocio, elegir entre el celibato y vida no c¨¦libe, valorar la sexualidad y "transmitir un mensaje de alegr¨ªa, de Buena Vida , en vez de uno de amenaza El fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Aranguren describi¨® en 1994 el congreso como "el foro de debate religioso m¨¢s libre e importante de Europa".
Los Congresos de Teolog¨ªa se celebran anualmente desde 1981. El lema de este a?o es Inmigraci¨®n y cristianismo.
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