Un corrid¨®n de toros
Un corrid¨®n de toros soltaron en la novillada de Arganda del Rey. Es un contrasentido, cierto, pero as¨ª est¨¢ la fiesta. Para ver toros hay que ir a Arganda del Rey. Y que sea novillada.Los novillos de Arganda del Rey ten¨ªan trap¨ªo de toros. Ten¨ªan cuajo y seriedad. Ten¨ªan unas cornamentas enteras y astifinas. Ten¨ªan lo que hay que tener. Y no se crea que los novilleros se amilanaron por eso. Antes al contrario, les sobr¨® coraje para dar la cara, emplearse en la lidia, sacar partido de unas embestidas casi siempre problem¨¢ticas y a veces extremadamente peligrosas.
Hubo toros con un poder que ya no se lleva. Hubo toros que tomaron tres varas carniceras propinadas en medio del remolino brutal de la carioca, y a¨²n se recrec¨ªan en banderillas, a¨²n llegaban a la muleta pidiendo pelea. ?Y no se ca¨ªan!
Doblas / Urdiales, Bejarano,
ContrerasNovillos de Antonio Doblas, con trap¨ªo de toros, astifinos, fuertes, duros de pezu?a, mansos, excepto 2? y 5?; 3? condenado a banderillas negras. Diego Urdiales: dos pinchazos, estocada -primer aviso-, descabello -segundo aviso- y dobla el toro (silencio); estocada, rueda de peones, dos descabellos -aviso- y dos descabellos (silencio). Manolo Bejarano: cinco pinchazos, ocho descabellos -aviso- y tres descabello (silencio); tres pinchazos, estocada atravesada que asoma y tres descabello (silencio). Juan Contreras: media en el costillar a toro arrancado (silencio); bajonazo (vuelta). Plaza de Arganda del Rey, 12 de septiembre. 5 a corrida de feria. Cerca del lleno.
El primero result¨® bronco y Diego Urdiales le hizo una faena de torero enterado y valeroso. Tras sufrir una colada en los pases de tanteo se ech¨® la muleta a la izquierda y lig¨® unos naturales de indudable m¨¦rito. A partir de ah¨ª el toro ya no estaba para florituras y Urdiales lo dobl¨® por bajo con buena t¨¦cnica para cuadrar. Herido de muerte, el toro se refugi¨® en uno de los ¨¢ngulos del cuadril¨¢tero que es la plaza argande?a, y no hab¨ªa manera de descabellarlo.
De cierta manejabilidad el cuarto, Urdiales lo tore¨® por redondos y naturales hasta que el toro se aplom¨®. Ese comportamiento aplomado o reserv¨®n lo tuvieron casi todos los toros. No el segundo, que tom¨® boyante la muleta, y Manolo Bejarano le sac¨® tandas de impecable factura, con especial gusto en la suerte al natural. El quinto, bravo en varas, embisti¨® luego incierto, desluciendo la pundonorosa faena de Manolo Bejarano, siempre decidida a pesar de que hubo de aguantar numerosos parones y sortear alg¨²n derrote.
Juan Contreras busc¨® el triunfo en el sexto con verdadero ah¨ªnco. La aspereza del toro no, permit¨ªa demasiadas alegr¨ªas mas el diestro se las tom¨®, bull¨®, porfi¨® muletazos aun a costa de sacarlos destemplados. Compens¨® as¨ª los m¨²ltiples sobresaltos que le hizo sufrir su toro anterior; un toro a la antigua, una furia desatada, un trasgo surgido del averno.
Ese toro estuvo lo menos diez minutos huyendo de los capotes y casi otro tanto del caballo de picar, hasta que el picador lo cit¨® en la querencia de chiqueros. El toro se le arranc¨® como una bala y al sentir el hierro peg¨® un brinco, par de coces, escap¨® despavorido. Pero no se crea que hu¨ªa para siempre. El muy ladino se iba lo m¨¢s lejos posible, que era uno de los ¨¢ngulos de la plaza; tomaba carrerilla, emprend¨ªa un desenfrenado galope por la diagonal del cuadril¨¢tero y se lanzaba de nuevo contra el picador, a veces casi en plancha. Volv¨ªa a brincar y cocear, dolido por la mordedura del puyazo; a galopar hacia el ¨¢ngulo lejano, a reemprender el ataque... Once veces se repitieron los t¨¦rminos de aquella s¨®rdida refriega nunca vista.
En banderillas fue ella. Tras m¨²ltiples claudicaciones de los banderilleros, con el toro recorriendo enloquecido el arenal, uno de ellos tuvo un arranque y como el que se ofrece en holocausto por Dios y por la patria, sali¨® al encuentro del toro despendolado y le prendi¨® un par de banderillas, que eran de las negras.
El bote, la estampida y los berridos que peg¨® el toro fueron terribles. Ya no hab¨ªa lugar para m¨¢s heroicidades y el siguiente par se lo pusieron desde dentro de un burladero, aprovechando que se arrimaba con aviesas intenciones. Tocaron a matar y parec¨ªa misi¨®n imposible. Pero Juan Contreras estuvo alerta: tir¨® dos muletazos en sendas pasadas descompuestas del bronco animal, y a la tercera sac¨® raudo la espada y la hundi¨® en el costillar. Concluy¨® as¨ª la borrascosa vida del toro ind¨®mito que hab¨ªa irumpido en Arganda del Rey armando camorra.
Feria de Albacete
Toros de Valdefresno y uno de Carlos N¨²?ez se lidiaron ayer en Albacete, informa Efe. Rinc¨®n, pitos y ovaci¨®n. Jesul¨ªn de Ubrique, divisi¨®n y ovaci¨®n. V¨ªctor Puerto, palmas y silencio.
Salamanca. Primera de feria. Cinco novillos de Ba?uelos y uno de Montalvo, informa Perel¨¦tegui. Iniesta, silencio en los dos. L¨®pez Chaves, dos orejas y vuelta. Salvador Ruano, ovaci¨®n y vuelta.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.