El negocio de la muerte
Mucha gente se ve obligada a morir en Madrid, ciudad a la que se acude bien buscando el m¨¦dico o el hospital que suponen la ¨²ltima esperanza, o bien porque en otros lugares de este pa¨ªs no se dispone de los medios sanitarios necesarios para afrontar algunos tratamientos o intervenciones quir¨²rgicas.?ste es el caso de mi sobrina Patricia, que muri¨® el pasado 29 de agosto en la capital de Espa?a, de la cual no pudo salir su cad¨¢ver hasta pasadas 24 horas de su muerte; ¨¦ste es el tiempo que legalmente se estipula desde el fallecimiento hasta el enterramiento, pero en ninguna ley se contempla que estas 24 horas haya que pasarlas obligatoriamente en un determinado sitio.
Sin embargo, el se?or ?lvarez del Manzano, alcalde de Madrid, se ha sacado de la manga un decreto, ordenanza o como se quiera llamar, seg¨²n el cual todas las personas que mueran en sus dominios y sean de otra comunidad aut¨®noma se ven obligadas a ocupar una plaza en cualquiera de los tanatorios que gestiona la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid, SA, y que pertenece al Ayuntamiento.
Esto no s¨®lo supone un doloroso contratiempo para la familia, que, despu¨¦s de sufrir este trance, se merece elegir libremente el lugar donde pasar las ¨²ltimas horas con el ser querido; supone adem¨¢s un enorme gasto, una cantidad de dinero que, por supuesto, engrosar¨¢ de alguna manera las arcas municipales.
Patricia era extreme?a y lleg¨® a Extremadura con el tiempo justo para ser enterrada tras ofrecerle una misa. Se?or Alvarez del Manzano: tengo que decirle que a muchos familiares y amigos de su tierra les hubiera gustado poder velar su cad¨¢ver.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.