Los refugiados vuelven para ganar

El inusual despliegue de fuerzas de la OTAN en un pueblo de 12.000 habitantes y la perceptible tensi¨®n en la calle bajo la lluvia sugieren alguna anomal¨ªa en Zepce, unos 120 kil¨®metros al norte de Sarajevo, en territorio de la Federaci¨®n entre musulmanes y croatas. Por si las banderas cuadriculadas que flamean en la carretera no fueran suficiente, una gran mezquita destruida en el centro del pueblo confirma inequ¨ªvocamente que los musulmanes no mandan en Zepce. Estos comicios pueden cambiar las cosas.La raz¨®n es que los croatas, que eran la cuarta parte de la poblaci¨®n hace cuatro a?os y ahora superan los dos tercios tras expulsar a sus enemigos, hoy aliados nominales, no acuden a votar. "Porque saben que van a perder las elecciones", seg¨²n el presidente de una de las mesas. Cuatro colegios, trasladados desde las afueras por el boicoteo croata iniciado el s¨¢bado, est¨¢n ahora concentrados en unos pocos metros cuadrados, en el vigilado centro urbano. Han abierto a la una de la tarde, en lugar de a las siete de la ma?ana.

A uno de ellos, con 2.000 inscritos, han acudido a mediod¨ªa 850 personas, "el 90% musulmanes", seg¨²n un supervisor. En otro, con una urna de cart¨®n, de 1.400 inscritos croatas no ha comparecido ninguno. "En ¨¦ste ha votado el 200%", asegura divertido un interventor del tercero, "porque de 525 registrados s¨®lo uno era musulm¨¢n y han depositado la papeleta dos personas". Al ¨²ltimo, con 901 censados, se han acercado 36 votantes, todos musulmanes.

Zepce es uno de los puntos negros de los comicios. Otros se han localizado en la cr¨ªtica ciudad de Brcko, la uni¨®n entre las dos mitades de la Republika Srpska, donde los serbios intentaron el s¨¢bado manipular la votaci¨®n con documentos falsificados -y que se repiti¨® ayer atendiendo instrucciones de la OSCE-, y, sobre todo Drvar, en el extremo occidental de Bosnia. En esta localidad, serbia antes de su conquista por los croatas en las postrimer¨ªas de la guerra, los nuevos due?os han tratado de impedir por todos los medios la votaci¨®n de los serbios refugiados, llegados en autocares bajo protecci¨®n de la OTAN.

En el interior de la Bosnia tripartita no hay fronteras, pero las l¨ªneas de separaci¨®n inter¨¦tnicas son m¨¢s fuertes que cualquier barrera custodiada. Doboj est¨¢ en esta zona divisoria, ya en el lado serbio, unos 50 kil¨®metros al norte de Zepce. Se llega atravesando los alambrados puestos de control de las tropas internacionales, hoy m¨¢s nutridos que nunca. A la purificada Doboj, una ciudad de 100.000 habitantes antes de la guerra, de ellos el 40% musulmanes, tambi¨¦n acud¨ªan ayer a votar los expulsados por sus actuales amos serbios. Saca, una mujer de unos 55 a?os, hac¨ªa cola bajo la lluvia en un instituto de las afueras, uno de los dos colegios para los proscritos. "Pod¨ªa haber votado donde vivo ahora, a 15 kil¨®metros [en territorio de la Federaci¨®n], pero he preferido hacerlo aqu¨ª, donde he vivido tantos a?os".