Los polacos se preparan para votar ma?ana con la convicci¨®n de que ning¨²n partido gobernar¨¢ en solitario
ENVIADO ESPECIAL"Los pol¨ªticos van a utilizar el fin de semana para coger br¨ªo, la batalla real comienza aqu¨ª el lunes". La opini¨®n refleja el convencimiento general entre los polacos, sostenido por los ¨²ltimos sondeos, de que ninguna de las fuerzas que concurren a las elecciones generales del domingo puede gobernar si no es en coalici¨®n. S¨®lo dos partidos, a los que se atribuye un 30% de la intenci¨®n de voto, tienen fortaleza para aglutinar un Gobierno. Pero es el bloque que representa a la derecha, que gira en torno a la imagen de marca Solidaridad, el que seg¨²n los estudiosos est¨¢ en mejores condiciones de llevar a la cat¨®lica y conservadora Polonia al siglo XXI.
"Por eso es menos importante qui¨¦n gane que qui¨¦n sea capaz de formar una coalici¨®n parlamentaria estable", algo dif¨ªcil en un pa¨ªs dividido por su pasado reciente y en el que adem¨¢s centenares de profesionales y aprendices de la pol¨ªtica se Ven a s¨ª mismos con talla de jefe. Desde 1989, hasta siete Gobiernos se han peleado por el reparto del poder, incluyendo la fr¨¢gil coalici¨®n actual entre socialdem¨®cratas y campesinos.
El primer ministro saliente, WIodzimierz Cimoszewicz, repite que "en todos los aspectos de la vida econ¨®mica y social las cosas han ido a mejor en los ¨²ltimos cuatro a?os". Polonia se ha unido a la OCDE, ha sido invitada a formar parte de la OTAN y comenzara el a?o pr¨®ximo las negociaciones de acceso a la UE. El crecimiento econ¨®mico ha promediado el 6% anual desde 1994 y su incipiente prosperidad ha lanzado a una fiebre consumista nunca vista en Europa oriental. Para controlar este caballo, dicen los analistas, es necesario un Gobierno fuerte. Algo que nadie espera de las elecciones de ma?ana, las terceras generales desde la ca¨ªda del comunismo y las segundas realmente libres en ocho a?os.
Para sus enemigos principales, la gobernante Alianza Democr¨¢tica de la Izquierda (SLD), heredera de los comunistas, se ha lucrado en la inacabada transici¨®n al capitalismo. El bloque Acci¨®n Electoral de Solidaridad (AWS), cuyo remoto antepasado es el movimiento que tronch¨® el comunismo polaco, agrupa a m¨¢s de una treintena de grupos bajo el paraguas electoral empu?ado por Marian Krzaklevski, un hombre en la cuarentena que sucedi¨® a Lech Walesa al frente del sindicato. Esta heterog¨¦nea alianza -sindicalistas, tecn¨®cratas, nacionalcat¨®licos- es la respuesta de la derecha a su desplome en las elecciones generales de 1993, a la que concurri¨® dispersa en grup¨²sculos la mayor¨ªa de los cuales no obtuvo el 5% de los votos necesario para tener un asiento en el Sejm, la camara baja.
La Uni¨®n por la Libertad, una formaci¨®n centrista del ex ministro de Finanzas Leszek Balcerowicz, padre de la reforma ec¨®nomica, es el tercer partido en intenci¨®n de voto y el favorito de los medios de negocios internos e internacionales. Los sondeos le hacen el gozne de la jornada electoral de ma?ana, con cerca del 15% de los sufragios.
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