Una exposici¨®n analiza las sinton¨ªas y desencuentros entre Madrid y Barcelona
El Centro de Cultura Contempor¨¢nea acoge 300 obras de artistas de las dos ciudades
"Lo mejor que puede esperarse de esta exposici¨®n es que genere una controversia importante", se?al¨® ayer Josep Ramoneda, director del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB), en la presentaci¨®n de la exposici¨®n Barcelona-Madrid, 1898-1998. Sinton¨ªas y distancias. Esta controversia, entendida como di¨¢logo y debate, est¨¢ en el germen de la misma exposici¨®n y de los libros y debates surgidos a su alrededor. El objetivo es analizar, desde una, perspectiva cultural, la evoluci¨®n de las relaciones entre Madrid y Barcelona a lo largo de este siglo. Unas relaciones que el comisario de la exposici¨®n, Xavier Bru de Sala, califica de "pasionales" y que se explican a trav¨¦s de 300 obras de los grandes artistas espa?oles de este siglo.
Barcelona-Madrid es una coproducci¨®n entre el CCCB, en donde estar¨¢ abierta hasta el 18 de enero de 1998, y la Comunidad de Madrid, en donde se presentar¨¢ entre el 10 de marzo y el 3 de mayo en el C¨ªrculo de Bellas Artes. Adem¨¢s de Xavier Bru de Sala, han actuado como comisarios adjuntos el historiador Javier Tusell, y el historiador del arte Mart¨ª Peran."El objetivo de la exposici¨®n era cubrir un vac¨ªo", se?al¨® ayer Xavier Bru de Sala. "Poner un foco sobre una parte de la realidad de este pa¨ªs que estaba all¨ª, pero a oscuras". Para Josep Ramoneda, a lo m¨¢ximo que pod¨ªa aspirarse en este empe?o era a "una objetividad razonable" y Bru de Sala insisti¨® en que se ha intentado encontrar un punto de equilibrio "entre la emotividad y la raz¨®n". "El tema despierta pasi¨®n y as¨ª como no hay cultura sin ideas, no se puede ver esta exposici¨®n sin recibir fuertes descargas emotivas".
La exposici¨®n parte de la consideraci¨®n de Madrid y de Barcelona como las dos capitales culturales de Espa?a, un t¨ªtulo que m¨¢s que compartir parece que se hayan querido disputar y arrebatar a lo largo del siglo. Es este aspecto, para Bru de Sala "est¨¢ claro que la capitalidad cultural de Barcelona est¨¢ clara al principio y ya no est¨¢ tan segura al final". En su opini¨®n, Barcelona mantiene todav¨ªa un gran potencial creativo, pero el peso de la industria cultural -discogr¨¢ficas, productoras de cine, medios de comunicaci¨®n...- est¨¢ en Madrid. Esta situaci¨®n se explica, para Bru de Sala, en el hecho de que "Barcelona es muy poco sensible a la cr¨ªtica y la autocr¨ªtica y en cambio Madrid se ha autoflagelado siempre".
El contexto del debate y las razones de esta rivalidad entre las dos ciudades es muy amplio y sobrepasa con mucho a la exposici¨®n en s¨ª. Es en el libro que hace las veces de cat¨¢logo y en los ciclos de cine, conferencias y debates programados en donde se desarrollar¨¢n los otros aspectos hist¨®ricos, pol¨ªticos y culturales del tema. En la exposici¨®n, lo que se muestra es un recorrido hist¨®rico por el arte, y en menor medida la literatura, de ambas ciudades. "Lo que mostramos, en realidad, es una s¨ªntesis del arte espa?ol del siglo XX desde la perspectiva de las relaciones entre estos dos focos de producci¨®n", se?ala Mart¨ª Peran.
As¨ª, las rivalidades y las confluencias intentan reflejarse a trav¨¦s de la pintura, la escultura, el cine o el dise?o. A trav¨¦s de las pinturas de Regoyos, Solana, Casas, Chicharro o Picasso, por ejemplo, se intenta explicar la relaci¨®n que se estableci¨® a principios de este siglo entre el grupo de intelectuales de la generaci¨®n del 98 y los modernistas catalanes. Como ten¨ªan la misma visi¨®n desesperanzada de Espa?a y su af¨¢n por mejorarla y tambi¨¦n como, pocos a?os m¨¢s tarde, se distanciaron.
Las confluencias y divergencias entre ambas ciudades se van sucediendo a lo largo de la exposici¨®n. Se muestra, por ejemplo, la mayor apertura creativa hacia las corrientes internacionales de los artistas catalanes de las primeras d¨¦cadas de este siglo y tambi¨¦n la mayor ambici¨®n intelectual en Madrid de entidades como la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Tambi¨¦n queda patente la uni¨®n de los intelectuales de ambas ciudades a favor de la Rep¨²blica y la coincidencia tanto en Madrid como Barcelona de numerosos artistas adictos al franquismo que dominaron la escena cultural durante largos periodos. Y si en los a?os cincuenta y sesenta una sala presenta la unidad de intereses est¨¦ticos y ¨¦ticos entre artistas como T¨¢pies Pong, Millares y Saura; otra sala refleja como en los setenta en Madrid se defend¨ªa mayoritariamente un nuevo realismo mientras en Barcelona se apostaba m¨¢s por el arte conceptual.
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