?Quien paga?
La llegada como testigos a la vista oral del caso Filesa del ex presidente del Gobierno y ex secretario general del PSOE Felipe Gonz¨¢lez y del tambi¨¦n doble ex, Alfonso Guerra, encendi¨® ayer los focos sobre el Tribunal Supremo. Estaba descontada la irrelevancia de ambos testimonios para el proceso, pero el ejercicio buscado con tenacidad por Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos y su escudero legal, Garc¨ªa Montes, era el espect¨¢culo de la comparecencia, la subida de las escaleras. Ahora, una vez grabada la escena, ser¨¢ posible su emisi¨®n tantas veces como convenga en los telediarios de las cadenas p¨²blicas o afines asimilables, entregadas sin descanso al la ardua tarea de unir las dos Espa?as. ?O es que alguien pretende a¨²n tergiversar que fue precisamente ese limpio intento reconciliador el que anim¨® el festival de Las Ventas como ha explicado el director general del Ente, L¨®pez-Amor?De nada servir¨¢ tampoco que una vez m¨¢s los eternos descontentos, los triunfalistas de la cat¨¢strofe, los agoreros de siempre, se esfuercen como quisieron hacer con el homenaje a Miguel Angel Blanco. Ah¨ª est¨¢n los aud¨ªmetros que no nos dejar¨¢n mentir para confirmar c¨®mo el programa de Las Ventas fue el m¨¢s visto del mes. Esa atenci¨®n indesmayable del p¨²blico, que pudiendo libremente zapear no lo hizo, parece el resultado l¨®gico del derroche de talento y energ¨ªas que el Ente RTVE puso a contribuci¨®n del festival, seg¨²n subray¨® ayer su director general, mientras al paso se apropiaba de los multimillonarios ingresos publicitarios logrados por la emotiva convocatoria en favor de las v¨ªctimas del terrorismo. Pero volvamos a las escaleras del Supremo, donde se pronostica que escal¨®n por escal¨®n, como cantaba Joan Baez, las van a subir y bajar Gonz¨¢lez y Guerra por lo menos tantas veces como antes del verano lo hicieran Jes¨²s de Polanco y sus socios de Sogecable, es decir, 57. Imaginar otro proceder podr¨ªa ser discriminatorio y adem¨¢s el Gobierno Aznar nada tiene que ver.En todo caso, debemos anotar que los dirigentes pol¨ªticos dan pruebas de una curiosidad muy limitada respecto de la cuant¨ªa y del origen de los fondos que permiten el funcionamiento de sus partidos. Embarcados muchas veces en ese imperial "se gasta lo que se deba, aunque se deba lo que se gaste", que tan familiar debe sonar a los o¨ªdos de Ruiz-Mateos, los l¨ªderes de los partidos han hecho gala de una falta de sentido com¨²n admirable. Los signos externos que encienden las alarmas de la inspecci¨®n fiscal, que causan sospecha en las poblaciones como sucede con "el lujo sin bienes de fortuna" mencionado en el art¨ªculo 23 de la venerada cartilla del Guardia Civil desde hace m¨¢s de 150 a?os y que resuenan en la picaresca del viejo cupl¨¦ -"?d¨®nde se mete / la chica del l7? ?de d¨®nde saca / pa tanto como destaca? / y yo le digo que puestos en este plan / el que quiera coger peces / que se acuerde del refr¨¢n"-, los signos externos, repetimos, a los dirigentes de los partidos les pasan inadvertidos.
Como ha recordado un colega en el programa Hoy por hoy de I?aki Gabilondo cuando Josep Pla vio por primera vez la noche encendida de Nueva York pregunt¨® con la inquietud del buen ampurdan¨¦s aquello de "?qui¨¦n paga todo esto?". ?sa es la pregunta elemental que han rehusado hacerse los dirigentes de los partidos pol¨ªticos: los del PSOE, los del PP antes AP, los de Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a, los de Uni¨® Democr¨¢tica, los del Partido Nacionalista Vasco, los de Coalici¨®n Canaria, los de lzquierda Unida y otros muchos m¨¢s. As¨ª que como dec¨ªa ayer el colega, "los dirigentes inauguran espl¨¦ndidas sedes de sus partidos, hacen costosas giras electorales, encartelan las calles de toda Espa?a, apabullan con v¨ªdeos de propaganda en televisi¨®n, cu?as radiof¨®nicas y anuncios a toda p¨¢gina, reparten tarjetas oro de libre disposici¨®n, exigen que no falte de nada, pero al mismo tiempo carecen de curiosidad alguna sobre c¨®mo se pagan las facturas. Los de la primera fila se sienten invadidos de la grandeza napole¨®nica para definir la estrategia, pero dan por supuesto que la intendencia les seguir¨¢.
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