Vacunados 50.000 escolares contra la meningitis el primer d¨ªa de campa?a
La madre de todas las batallas contra la Neisseria meningitidis, la bacteria causante de la meningitis del serogrupo C, comenz¨® ayer con las 50.000 primeras vacunaciones a otros tantos escolares de la capital y el resto de la regi¨®n.Aunque la campa?a de vacunaci¨®n masiva y gratuita se prolongar¨¢ hasta el 14 de noviembre, las autoridades sanitarias quieren concentrar el grueso de la actuaci¨®n en estos d¨ªas de septiembre. Hasta fin de mes, ser¨¢n cerca de 400.000 los chavales inoculados.
La tranquilidad presidi¨® el primer d¨ªa de pinchazos en las aulas escolares. Hubo ayes y llantos, como corresponde a toda buena inyecci¨®n, pero el panorama era muy distinto al que vivi¨® Madrid en febrero, cuando se desat¨® la alarma por la enfermedad. En aquel entonces, miles de padres y abuelos hicieron cola ante la Consejer¨ªa de Sanidad para hacerse con una vacuna que no se comercializaba en farmacias.Los ¨¢nimos est¨¢n algo m¨¢s calmados, pero la meningitis se ha convertido en tema prioritario para las familias de la regi¨®n. La poblaci¨®n objeto de esta- campana asciende a 1.044.959 personas -todos los madrile?os entre 18 meses y 19 a?os-, y las dudas, consultas y temores se han multiplicado a medida que la campa?a entraba en vigor. El n¨²mero - de informaci¨®n habilitado por el Insalud (902 100 061) est¨¢ recibiendo un millar de llamadas diarias. Casi la mitad se interesan sobre contraindicaciones y efectos secundarios de la vacuna, que son casi inexistentes: enrojecimiento en el lugar del pinchazo y algunas d¨¦cimas de fiebre, en todo caso. El tel¨¦fono de la Comunidad, el 012, tambi¨¦n se ha visto hoy al borde del colapso.
La vacuna que se est¨¢ suministrando incluye una peque?a parte de la c¨¢psula de la bacteria Neisseria. De esta manera, se avisa al sistema inmunitario del organismo para que est¨¦ preparado y produzca anticuerpos contra la meningitis. "Se imita a la enfermedad sin sus da?os. Es, en cierta medida, lo m¨¢s cercano a la medicina natural", explic¨® Gabriel Ignacio, director m¨¦dico de los laboratorios Pasteur, uno de los dos fabricantes de la vacuna.
Ignacio defendi¨® la conveniencia de esta campana masiva, "porque aqu¨ª hay dos cuestiones que nadie se ha inventado: los casos han aumentado y la nueva cepa del serogrupo C est¨¢ causando m¨¢s muertes
El director m¨¦dico de Pasteur admiti¨® que la vacuna s¨®lo es realmente eficaz a partir de los 5 o 6 a?os, porque hasta entonces el sistema inmunitario no ha madurado lo suficiente. "Sin embargo, a partir de los 18 o 24 meses la eficacia es del 60%, y eso, sin duda, es mucho mejor que nada", recalc¨®.
La consejera de Sanidad, Rosa Posada, pidi¨® ayer a los padres que conf¨ªen en las autoridades sanitarias, "puesto que la campa?a est¨¢ avalada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, la Asociaci¨®n de Pediatr¨ªa y dem¨¢s expertos". Posada llam¨® a no bajar la guardia ante la meningitis, ya que hay variedades ante las que no existe ant¨ªdoto, y ¨¦ste, en el caso del serogrupo C, no es perfecto.
?El pinchazo duele mucho?
Mientras los pap¨¢s colapsan los tel¨¦fonos de informaci¨®n con particularidades t¨¦cnicas (efectos secundarios, contraindicaciones, qu¨¦ hacer si ya se vacun¨® en primavera), los ni?os, que para eso son los principales interesados, ten¨ªan ayer otro orden de prioridades muy diferente. Primera preocupaci¨®n, la fundamental: "?El pinchazo duele mucho?". Y segundo motivo de tribulaci¨®n, en absoluto intrascendente: ?c¨®?mo aguantar las l¨¢grimas ante los ojos expectantes, muchas veces implacables, del resto de amiguitos de la clase?Cada uno super¨® el mal trago como buenamente pudo. Hubo llantina, como es l¨®gico, pero fue la excepci¨®n. La inoculaci¨®n de la vacuna es una operaci¨®n tan fulgurante -dos, tres segundos- que a los muchachuelos no les da tiempo ni a proferir un triste ay.
Los padres fueron expulsados sin piedad de las salas donde se inyectaba el remedio, as¨ª que fueron los profesores quienes debieron hacer gala de la mejor psicolog¨ªa infantil. "No duele, no duele, esta inyecci¨®n es para que no te pongas malito", le repet¨ªa a un peque?ajo receloso su maestro en Alcal¨¢ de Henares. En otros centros, el personal docente se hab¨ªa provisto convenientemente de piruletas y dem¨¢s chucher¨ªas para premiar a los valientes seg¨²n superaban el trance de la aguja.
Los m¨¦dicos y enfermeros del Insalud tambi¨¦n pusieron voluntad de su parte para que los pitusos no se les sublevaran. "Sopla, sopla", repet¨ªan a sus peque?os pacientes para que ni se enteraran de la inyecci¨®n. En otros casos, optaron por una soluci¨®n m¨¢s literaria: por ejemplo, contarle al chaval¨ªn que en la sala hay un mosquito revoloteando que, ?uy!, le picotea el hombro.
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