La hora de las fuerzas sociales
Los pol¨ªticos y, en concreto, las fuerzas parlamentarias hacen los pactos legislativos. A las fuerzas sociales hay que pedirles los consensos posibles, sin que tengan que renunciar a sus propias convicciones. El papel de estas organizaciones es fundamental para articular la opini¨®n p¨²blica. Los flujos informativos caen en torrente sobre estos grandes recipientes. No basta que la opini¨®n p¨²blica est¨¦ en el pueblo; necesita ser del pueblo. Tiene que ser aut¨®noma y, no bastar¨ªa la heter¨®noma dictada por los medios, los formadores de opini¨®n y los grupos de identificaci¨®n.Esta advertencia es fundamental. La Declaraci¨®n conjunta en favor de la educaci¨®n no pretende otra cosa que manifestar las coincidencias y aproximaciones de las aspiraciones de los actores sociales de la comunidad educativa. Las cuestiones en las que existe unanimidad se enuncian claramente y son las siguientes: que el Parlamento asuma como primera prioridad la educaci¨®n; que esta prioridad se refleje en la Ley de Presupuestos Generales; que se lleve a la pr¨¢ctica la igualdad de oportunidades en el acceso a los bienes de la educaci¨®n; que se extienda la educaci¨®n b¨¢sica obligatoria y gratuita hasta los 16 a?os; que se mantenga la integraci¨®n del alumnado en la educaci¨®n b¨¢sica; que se promueva el desarrollo profesional del profesorado y se le ayude a recuperar el prestigio social que merece, y que el centro escolar act¨²e como eje fundamental del sistema educativo.
En otras cuestiones s¨®lo se lleg¨® a una aproximaci¨®n de posiciones. Es l¨®gico que nos hayamos referido a ellas con f¨®rmulas ambivalentes que no cierren la puerta a ninguna de las soluciones defendidas dentro del marco constitucional.
Quedaron sin duda alguna cuestiones particulares que no pudieron ser introducidas en la declaraci¨®n. Las organizaciones que lo deseen entregar¨¢n escritos en los que, haci¨¦ndose solidarios con el texto ¨ªntegro de la declaraci¨®n firmada, mantienen sus particulares puntos de vista. Toda esta documentaci¨®n se incorpora a la memoria de la declaraci¨®n y figurar¨¢ en la agenda de futuros encuentros. En estos documentos predomina la explicitaci¨®n de principios constitucionales sobre cuya aplicaci¨®n concreta no se consigui¨® el consenso.La declaraci¨®n corona los esfuerzos de la Fundaci¨®n Encuentro, que ha servido de intermediaria en tres ocasiones anteriores. Es justo recordar que durante la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n (1978), por iniciativa de Luis G¨®mez Llorente, Gregorio Peces-Barba y Javier Solana, se intent¨® un acuerdo con el Episcopado en una serie de reuniones con tres te¨®logos nombrados por el cardenal Taranc¨®n. Se lleg¨® a redactar un documento con los puntos de acuerdo que el presidente de la Conferencia Episcopal llev¨® a la Comisi¨®n Permanente. Despu¨¦s supe que el presidente de la Comisi¨®n Episcopal de Ense?anza no hab¨ªa considerado oportuno recibir a G¨®mez Llorente y Peces-Barba.Por segunda vez intentaron estos mismos representantes del PSOE dialogar sobre la ley de centros defendida por el Gobierno de UCD. El discurso que pronunci¨® en el Congreso Luis G¨®mez Llorente en el que atac¨® duramente a la Iglesia espa?ola respond¨ªa a la frustraci¨®n del pacto intentado anteriormente.
Por ¨²ltimo, con motivo de la Ley Org¨¢nica del Derecho a la Educaci¨®n (LODE) y ante la convocatoria que se hac¨ªa a los cat¨®licos para una manifestaci¨®n, se celebr¨® una reuni¨®n en la fundaci¨®n y durante ella el representante del Episcopado hizo saber a los organizadores que no pod¨ªa utilizar el nombre de la Iglesia, ya que los obispos se expresar¨ªan como y cuando lo creyeran conveniente.
El acuerdo con la Iglesia y aun su apoyo ha interesado durante el proceso democr¨¢tico a las fuerzas pol¨ªticas espa?olas. Los obispos, en sus declaraciones colectivas, y su presidente, en la homil¨ªa ante el Rey en la iglesia de San Jer¨®nimo, dejaron bien claro que nadie deber¨ªa utilizar a la Iglesia en la lucha partidista. Las fuerzas sociales firmantes de este documento declaran en el mismo su voluntad de entablar un di¨¢logo constructivo con todas las autoridades educativas, tanto del Gobierno central como de los auton¨®micos. Asimismo se hace constar en la declaraci¨®n que las entidades firmantes seguir¨¢n reuni¨¦ndose para mantener y robustecer el clima de concordia logrado.Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn Patino es presidente de la Fundaci¨®n Encuentro, que ha promovido el manifiesto.
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