Caballo de Troya en San L¨¢zaro
La oposici¨®n mexicana toma el Congreso para acabarcon la hegemon¨ªa dell PRI
Corr¨ªan los primeros d¨ªas de septiembre y los nuevos diputados mexicanos se dispon¨ªan a estrenar sus esca?os. Porfirio Mu?oz Ledo mir¨® a los presentes desde su sill¨®n. "Esta presidencia ruega a los ciudadanos legisladores se sirvan llegar en lo sucesivo cuando menos con media hora de anticipaci¨®n". Sus se?or¨ªas se frotaron los o¨ªdos. Ah¨ª estaba el l¨ªder del centroizquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), presidente de la C¨¢mara, solt¨¢ndoles un rapapolvo ante decenas de regocijados periodistas, que esperaban desdehac¨ªa una hora el comienzo de la sesi¨®n."Esta Legislatura promete", se solazaba un veterano informador. Arrancaban as¨ª los trabajos del Congreso emanado de las elecciones de julio, en las que, por primera vez, las fuerzas de oposici¨®n arrebataron la hegemon¨ªa al gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder desde 1929.
Decididos a aprovechar el momento, el PRD, el conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista unieron sus fuerzas para cambiar las reglas del juego y lograron, con 261 de los 500 esca?os, desbancar al PRI de los ¨®rganos de decisi¨®n y repartir de forma equitativa el poder en la C¨¢mara. El objetivo: terminar con un poder legislativo sometido a los designios presidenciales y empezar a construir la verdadera democracia en M¨¦xico.
"El sistema mexicano es un sistema de partido hegem¨®nico, con partidos de oposici¨®n pero sin juego libre para el acceso al poder", afirma Santiago Creel, diputado del PAN y uno de los art¨ªfices de la alianza opositora. "No es una dictadura, como las que hubo en Espa?a o Argentina, pero s¨ª tiene rasgos autoritarios que le llevan a parecerse a estos reg¨ªmenes, como el dedazo [las designaciones presidenciales], la inequidad y el fraude. El reto de nuestra transici¨®n es construir la democratizaci¨®n a partir de las instituciones actuales".
Aferrada a sus esca?os, la oposici¨®n se dispone a hacer de la C¨¢mara de Diputados una especie de caballo de Troya del sistema para, desde sus mismas entra?as, acabar con ¨¦l. En apenas tres semanas, los cambios se han sucedido a gran velocidad.
El primer golpe de tim¨®n lleg¨® con el reparto de los puestos de direcci¨®n. Con el PRI condenado a ser primus inter pares, la oposici¨®n gan¨® su segunda batalla en la lectura del informe presidencial, el 1 de septiembre: por vez primera no fue un pri¨ªsta elencargado de responder al balance de gesti¨®n de Ernesto Zedillo, sino Porfirio Mu?oz Ledo, que pronunci¨® un discurso en las ant¨ªpodas de los textos serviles que acariciaban a?o tras a?o los o¨ªdos presidenciales. Convertimos una jornada imperial en una ceremonia republiana", afirma el perredista.
"La memoria hist¨®rica del pa¨ªs recordar¨¢ el d¨ªa 1 de septiembre como d¨ªa de la transici¨®n".
La sigu¨ªente baza de los diputados fue convocar a los ministros del Gobierno, que tambi¨¦n por primera vez han decidido comparecer ante el pleno de la C¨¢mara para rendir cuentas y escuchar a los legisladores, que les critican y les increpan. Los pasillos del Palacio de San L¨¢zaro, sede del recinto legislativo, se han llenado de columnistas famosos, que han descubierto alborozados el g¨¦nero de la cr¨®nica parlamentaria.
"Hasta ahora el gran legislador en M¨¦xico ha sido el presidente de la Rep¨²blica", afirma Carlos Medina, coordinador del grupo panista. " Eso ha terminado". A¨²n desde diferentes visiones, los partidos de oposici¨®n coinciden en los ejes que deber¨¢n estructurar el trabajo legislativo: la reforma del Estado y la pol¨ªtica econ¨®mica.
Por primera vez en la historia reciente, un presidente mexicano se enfrentar¨¢ a una C¨¢mara de Diputados dispuesta a dar la batalla. "Podemos controlar al Ejecutivo mediante la ley del Presu-puesto, por ejemplo. No es una amenaza: es una invitacion para que no atropellen y se sienten a negociar", afirma Medina. La pol¨ªtica fiscal, el gasto social o las privatizaciones, hasta ahora incuestionadas, se acumulan en a agenda legislativa.
Uno tras otro, todos los pasos lados por los diputados se han do alejando de las pr¨¢cticas del r¨¦gimen presidencialista mexicano para encaminarse hacia modos m¨¢s pr¨®ximos al parlamentarismo. ?El futuro? Creel y Mu?oz Ledo vislumbran una nueva Constituci¨®n, el "puerto inev¨ªtable en el que han desembocado todas las transiciones", apunta el segundo. A¨²n reconociendo los cambios radicales que ha vivido el pa¨ªs, otras voces, como la del diputado pri¨ªsta Ricardo Monreal, consideran que este debate es prematuro. Sea como fuere, la semilla est¨¢ sembrada.
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