Escenas para no dormir
Bayones / Aparicio, Jesul¨ªn, Barrera
Toros de Los Bayones (4? devuelto por inv¨¢lido), regord¨ªos, bien armados, inv¨¢lidos y descastados. Sobreros: primero, de Alcurruc¨¦n, anovillado, devuelto por inv¨¢lido; segundo, de Astolfi, con trap¨ªo y genio. Julio Aparicio: dos pinchazos bajos y media ladeada (silencio); a paso banderillas, sendos pinchazos en los bajos, en el costillar, en la paletilla y en el pescuezo, y tres descabellos (bronca). Jesul¨ªn de Ubrique: pinchazo trasero, espadazo infamante trasero bajo -aviso- y descabello (silencio); pinchazo hondo y dos descabellos (silencio). Vicente Barrera: pinchazo y estocada corta tendida baja (silencio); pinchazo y estocada corta (silencio). Plaza de Las Ventas, 1 de octubre. 2? corrida de feria.
Tres cuartos de entrada.
La corrida fue un desastre y desemboc¨® en fenomenal esc¨¢ndalo. En realidad no fue corrida de nada, sino una sucesi¨®n de incalificables desprop¨®sitos, s¨®rdidos pasajes, truculentas peripecias, escenas para no dormir.
Hubo broncas de principio a fin, movimientos de masas, gritos de protesta, palabras gruesas, intervenci¨®n de guardias, un ramalazo fascista, disgustos, indignaci¨®n y oprobio.
Los toros se ca¨ªan...
Vaya novedad tan tonta caerse los toros. Los toros se caen sin excepci¨®n en todas las corridas de la vida y no por eso arman tanto alboroto los p¨²blicos. Antes al contrario, piden orejas y los presidentes las regalan y las figuras se creen fen¨®menos de la naturaleza.
Hubo un toro que se cay¨® menos -media docena de veces; cosa sin importancia- y pues se comport¨® con una docilidad manifiesta, Jesul¨ªn de Ubrique le peg¨® pases.
"Es el nuevo Jesul¨ªn: serio y formal", coment¨® alguien.
Formal, por supuesto: no rompi¨® ni un plato. Serio tambi¨¦n: ni siquiera sonri¨®. Lo cual no obstaba para que toreara fuera cacho, adelante el pico, la suerte descargada, sin ligar los pases, poniendo pies en polvorosa en cuanto los remataba.
No se sabr¨ªa se?alar, de los cinco restantes y un sobrero, el que cay¨® m¨¢s veces. Y, adem¨¢s, la suma de las ca¨ªdas no tendr¨ªa validez porque cada uno ofreci¨® de ellas un variopinto muestrario. Seg¨²n les diera, se arrodillaban u hocicaban o aterrizaban de costadillo, o se iban de zaga o se propinaban tremendo barrigazo.
Vicente Barrera tore¨® dos que desarrollaron el cat¨¢logo completo de las ca¨ªdas, y desde la verticalidad, con aplomo y mesura, consigui¨® sacar alg¨²n espor¨¢dico muletazo de gustoso trazo. Y no falt¨® quien lo agradeci¨® diciendo ol¨¦. Pero ?que importancia tiene y qu¨¦ ol¨¦ vale dar muletazos gustosos a un m¨ªsero inv¨¢lido?
La mayor¨ªa del grader¨ªo, sin embargo, estaba, indignado y dirig¨ªa sus protestas al presidente. A fin de cuentas es el ¨²nico responsable de que el toro tullido siga en el ruedo o sea devuelto al corral.
El gent¨ªo m¨¢s pr¨®ximo, vuelto hacia el palco, gritaba confuso palabrer¨ªo y se palmeaba los carrillos.
"Ah¨ª arriba hay mosquitos", observ¨® un abonado.
Pero no eran mosquitos. El palmoteo expresaba la dureza que puede alcanzar la faz humana.
Y en estas que el presidente tir¨® de tel¨¦fono, y a continuaci¨®n irrumpieron guardias en el sector de la supuesta plaga de mosquitos, y se produjo forcejeo, conato de refriega, gran bronca, de resultas de la cual se llevaron a un espectador.
El inaudito incidente enfureci¨® a la plaza entera. El presidente se habr¨ªa de enterar.
Los toros de surtida invalidez s¨®lo se igualaban en su resignado abatimiento, en su mirada crepuscular, en su desnortado ir y venir.
Emergi¨® una gran voz: ?Est¨¢n drogaos!
Y sigui¨® un silencio.... El recuerdo del tel¨¦fono y de los guardias estaban demasiado recientes. El p¨²blico miraba de soslayo a la presidencia, no fuera a ser que...
Sali¨® un toro, segundo sobrero, que no se ca¨ªa. Ten¨ªa unos cuernos as¨ª de largos (no se se?ala a nadie), y sac¨® genio. Julio Aparicio, a quien correspond¨ªa, no os¨® acercarse. El pe¨®n Mart¨ªn Recio breg¨® ese toro mientras el matador los contemplaba desde la lejan¨ªa. Llegada la hora de la muerte, Aparicio -que en su primero hab¨ªa hecho como quien hace- a este segundo no le dio ni un pase y lo acuchill¨® sin mirar d¨®nde ni guardar las formas. El esc¨¢ndalo alcanz¨® proporciones may¨²sculas.
Concluida la s¨®rdida funci¨®n, a Aparicio lo despidieron a almohadillazo limpio y al presidente con una bronca monumental, para que se fuera enterando.
?Son concebibles un desastre, un esc¨¢ndalo y un atropello semejantes en la primera plaza del mundo?
S¨ª.
La corrida de hoy, 3? de feria, tiene el siguiente cartel: toros de Joao Moura para Rafael de Paula, Fernando Cepeda y Manuel Caballero. A las 17 horas.
Babelia
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