Duelo apasionante y sin retorno
Italia e Inglaterra se juegan en Roma el pase para la fase final
Dos colosos del f¨²tbol, Italia e Inglaterra, se enfrentan esta noche (20.45, 21.45, Telemadrid en diferido) con la clasificaci¨®n para el Mundial en juego y una vieja rivalidad, llena de diferencias y respeto, por medio. Nunca dos estilos tan diversos -la generosidad inglesa frente, al tacticismo italiano- han generado tanta admiraci¨®n por su adversario. En las Islas se valora de manera superlativa el gusto por el detalle de los italianos, su minimalismo, su capacidad para sacar r¨¦dito de un golpe de ingenio y la sutileza especuladora de su f¨²tbol. En Italia miran con superioridad a los ingleses, pero mantienen lazos sagrados con su f¨²tbol. No es casualidad que la mayor parte del desembarco extranjero en la Premier League proceda del calcio (Zola, Di Matteo, Baiano, Lombardo, Vialli, por citar algunos). Hay algo en el sentido voluntarista y expansivo del f¨²tbol ingl¨¦s que toca la fibra sensible de los italianos. En Roma, esta noche, vuelve a reeditarse un cl¨¢sico apasionante por lo que son los equipos, por lo que representan y por el desaf¨ªo de alcanzar el Mundial a costa del otro.Quince mil, aficionados ingleses marchar¨¢n sobre Roma, donde todo parece desmesurado. La expectaci¨®n, reflejada en las incontables p¨¢ginas que dedica la prensa al acontecimiento, tienen casi un tono oper¨ªstico. Italia, que gan¨® en Wembley (0-1) y se promet¨ªa un camino sencillo hacia el Mundial, se ha complicado la existencia con el empate frente a Georgia. Ahora est¨¢ por detr¨¢s de Inglaterra y s¨®lo obtendr¨¢ el billete si consigue la victoria.
Italia conf¨ªa en la superioridad de sus jugadores y en la historia. Inglaterra no gana en suelo italiano desde el 24 de mayo de 1961 (2-3). Aquella victoria figura en la memoria del f¨²tbol brit¨¢nico, pero tambi¨¦n revela su inferioridad frente a sus viejos rivales. Siempre que ha habido algo grande en juego, Italia se ha impuesto.
Si hay un cambio en el destino se ver¨¢ hoy en el estadio Ol¨ªmpico. Como pre¨¢mbulo optimista, los ingleses recuerdan que en junio, durante el Mundialito de Francia, ganaron 2-1. En Roma s¨®lo necesitan un empate, aunque resultar¨ªa raro ver a Inglaterra en plan especulador. No lo sabe hacer.
En las filas italianas hay una desconfianza inesperada. De repente, el veterano Cesare Maldini est¨¢ en entredicho. El hombre que sustituy¨® al odiado Sacchi para rescatar los valores cl¨¢sicos del f¨²tbol, fue vapuleado tras el empate frente a Georgia. Un empate lleno de miedo y mediocridad. A Maldini se le acus¨® de pusil¨¢nime por encarar el partido de Tiflis con un temor inapropiado. Ya no es el hombre querido por entra?able y por covercianista (la escuela cl¨¢sica del f¨²tbol italiano). Pero en un pa¨ªs de humor cambiante, la victoria le devolver¨ªa el cari?o de la gente y el aprecio de la cr¨ªtica.
El partido se anuncia fuerte en todos los sentidos. No se espera una belleza, porque las dos selecciones son como son, pero la emoci¨®n ser¨¢ enorme. Maldini s¨®lo tendr¨¢ la baja de Di Matteo que ser¨¢ sustituido por Albertini, cuya ausencia ante Georgia fue muy criticada. Tampoco fue para tanto, pero siempre hay que buscar excusas en la derrotas. Glenn Hoddle, seleccionador ingl¨¦s, tiene la duda de Gareth Southgate, el central del Aston Villa. Southgate es un favorito del t¨¦cnico, que recupera al veterano Adams, un futbolista mediocre, pero sobrevalorado en Inglaterra.
Los dos equipos se emplear¨¢n con el mismo sistema (5-3-2), con la intenci¨®n de marcar la diferencia en el centro del campo y con la fe puesta en gente como Zola o Wright.
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