La polic¨ªa china disuelve con violencia una protesta de 300 trabajadores contra el cierre de su empresa
La protesta de 300 obreros por la p¨¦rdida de su trabajo en la provincia china de Sichuan termin¨® el pasado viernes en un enfrentamiento violento con la polic¨ªa, seg¨²n denunci¨® ayer una organizaci¨®n de derechos humanos y admiti¨® una fuente policial. No es la primera vez, ni ser¨¢ la ¨²ltima, que los chinos, acostumbrados a depender del Estado, muestran su oposici¨®n al plan de choque anunciado por el presidente Jiang Zemin durante el XV Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), celebrado el mes pasado en Pek¨ªn, que obliga a una reestructuraci¨®n masiva del sector p¨²blico en todo el pa¨ªs.
La polic¨ªa china confirm¨® las Manifestaciones obreras, pero no mencion¨® la movilizaci¨®n (le 50 antidisturbios y 200 agentes de las fuerzas de seguridad para acallar al millar de personas que ocuparon las calles de Zigong, una ciudad de tres millones de habitantes en la provincia central china de Sichuan. El informe oficial obvia tambi¨¦n mencionar la violencia, las detenciones y los interrogatorios denunciados por la organizaci¨®n Human Rights in China (HRIC, Derechos Humanos en China), con sede en Nueva York.["Numerosos obreros fueron interrogados por la polic¨ªa antes de ser puestos en libertad. Ninguno de ellos se encuentra ya en prisi¨®n", aseguraba ayer en su comunicado HRIC, seg¨²n recog¨ªa la agencia France Presse.El conflicto laboral ven¨ªa de atr¨¢s. Los obreros de la F¨¢brica de Transistores n¨²mero 2 de Zigong se encontraban desde hace tiempo en huelga debido a los bajos salarios -de entre 900 y 1.800 pesetas al mes- y la irregularidad con que los recib¨ªan. El anuncio a mediados de la semana pasada de que esa empresa se encontraba entre las declaradas en quiebra por un tribunal local termin¨® de calentar los ¨¢nimos. Unos trescientos huelguistas se echaron a la calle para airear su descontento y pronto se vieron arropados por varios centenares de sus convecinos, lo que elev¨® a por lo menos mil el n¨²mero de manifestantes].La quiebra de su empresa supone para cualquier obrero chino no s¨®lo la p¨¦rdida del trabajo sino, lo que es m¨¢s grave, de la vivienda, el servicio m¨¦dico y la escolarizaci¨®n de sus hijos, responsabilidades que hasta ahora reca¨ªan en el Estado empresario.
Sichuan ha sido una de: las primeras provincias chinas que ha puesto en pr¨¢ctica las palabras del presidente Jiang Zemin de "permitir que las [empresas] que puedan floten y las dem¨¢s se hundan". Jiang se refer¨ªa al plan del Gobierno de declarar en quiebra las empresas estatales sin esperanza de adaptarse a la "econom¨ªa de mercado socialista" puesta en marcha por el fallecido dirigente Deng Xiaoping.Este verano se registraron en esa provincia varias protestas m¨¢s, una muestra del fen¨®meno que afecta a todo el pa¨ªs y que es fruto de bancarrotas y compa?¨ªas incapaces de pagar los sueldos a unas plantillas que han ido creciendo de forma irracional, bien por no haberse adaptado a tiempo a la modernizaci¨®n econ¨®mica o por el serio problema de corrupci¨®n denunciado desde el mismo. Gobierno y que afecta a una cantidad alarmante de funcionarios.China se enfrenta a un serio problema de desempleo que s¨®lo podr¨¢ atajar si pone en marcha con rapidez un sistema nacional de seguridad social que abarque todos los sectores, algo que est¨¢ en proceso de elaboraci¨®n siguiendo modelos europeos, pero que a¨²n no se ha definido. Estas dificultades y la inestabilidad social que provocan los despidos y el excedente de mano de obra en el campo son inevitables si China quiere mantener el ritmo de crecimiento econ¨®mico del 10% registrado en los ¨²ltimos cinco a?os e integrarse en la econom¨ªa mundial a trav¨¦s de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC).Se ha hablado de que los trabajadores de las empresas que sobrevivan tendr¨¢n la oportunidad de comprar acciones y participar en sus beneficios, una medida que pretende impulsar la productividad, aunque algunos analistas aseguran que, sin apertura pol¨ªtica, la reforma econ¨®mica no tendr¨¢ ¨¦xito. Diez millones de chinos ya se han visto afectados por el nuevo fen¨®meno del paro.
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