Un buen Athletic eclipsa el debu de Romario
El equipo de Luis Fern¨¢ndez domin¨® en Mestalla a un pobre Valencia
Si ayer hubo un equipo en Mestalla, ¨¦se fue el Athletic, que le dio vueltas a un f¨²tbol elaborado hasta que se encontr¨® con el punto deseado. El Valencia, por contra, quiso vivir de las rentas de la magia de Romario, pero ¨¦sta se evapor¨® a poco que se notaron sus largos dos meses de ausencia, y entonces el equipo de Ranieri se qued¨® totalmente vac¨ªo: con un f¨²tbol pobr¨ªsimo, basado en el patad¨®n y tentetieso.Y eso que el arranque de la estrella valencianista fue esperanzador. Esperaba agazapado. Medio dormido, hundido en ataque y con aspecto de que le empezaban a pesar los a?os. La falta de pel¨® en la coronilla es la prueba ineludible del paso del tiempo. Pero de pronto, zas, apareci¨® tras el ¨²ltimo defensa, encar¨® al portero e invent¨® la vaselina perfecta. Era Romario, por supuesto.
Sin embargo, qu¨¦ iron¨ªa. Un Valencia pensado para el toque, no toca ni una. El bal¨®n es un bien ajeno, en este caso del Athletic, que enhebr¨® cada jugada en busca de hueco inexistente.
El Valencia, en cambio, s¨®lo quiso el cuero para alojarlo en la meta de Etxeberria. Entretanto, no le interesa. En este sentido, su juego es primitivo: siete defienden, tres atacan. Sin centro del campo, sin transiciones, con pelotazos largos y salidas de estampida. Para ese estilo est¨¢ Piojo L¨®pez, claro, que s¨®lo entiende el f¨²tbol cuando se trata de correr como un poseso. Romario, en cambio, sufre m¨¢s de lo aconsejable, pues no tiene tiempo para tomarse un respiro. Va como loco tras los punterazos ajenos y gasta energ¨ªas innecesarias. Con todo, al brasile?o se le presentaron diversas ocasiones de gol y las fall¨® casi todas, quiz¨¢ porque a¨²n no ha afinado su estado de forma.
La impresi¨®n del Valencia, pues, en el primer tiempo fue, pese al resultado, m¨¢s bien triste, justo lo contrario que la del Athletic, que domin¨® el partido por los cuatro costa dos. Alkiza distribuy¨® el bal¨®n con criterio, Etxeberria penetr¨® como un rayo por el flanco derecho y Nagore dio muestras de un disparo largo tremendo. Eso s¨ª, el conjunto vasco flojea por el interior izquierda, donde Lasa no est¨¢ hecho para estas tareas. Por ah¨ª fue listo Ranieri, que dej¨® m¨¢s libre este lado, quiz¨¢ consciente de las limitaciones del ex madridista Lasa.
Tras el descanso, cada cual sigui¨® a lo suyo: el Athletic a tocar y el Valencia a correr tras el bal¨®n. En ¨¦sas, L¨®pez inaugur¨® su gama de regates sui generis: con la u?a, con la tibia, con todas las partes del pie que mandan el cuero a las nubes. Un especialista, vamos.
El equipo de Luis Fern¨¢ndez acentu¨® el dominio. Encerr¨® a los valencianistas en su ¨¢rea y Romario, a muchos metros de Etxeberria, demasiados, evidenci¨® su larga inactividad. El Athletic choc¨® una y otra vez contra el muro de contenci¨®n de- Ranieri y s¨®lo parec¨ªa capaz de resquebrajarlo en una de las faltas lanzadas a la olla, all¨ª donde hace valer la envergadura de sus hombres.
El Valencia estuvo cada vez m¨¢s roto en sus l¨ªneas y el Athletic m¨¢s desesperado en ataque. Sorprendi¨® la contumacia de Ranieri al mantener al exhausto Romario, lo hizo hasta ¨¦l minuto 74, y el Athletic aprovech¨® el regalo de jugar con un hombre m¨¢s.
Vino el penalti que hizo justicia, la igualada en el marcador y la entrada de VIaovic, que equilibr¨® un tanto el partido. Al menos hab¨ªa un de lantero rondando el ¨¢rea de Etxeberria. Claro que el Atlletic tambi¨¦n pec¨® de conformismo, se encogi¨® y permiti¨® que renaciera el Valencia, que jug¨® por momentos sin el las cortapisas de Ranieri. Demasiado tarde.
Por cierto, antes de nacer el partido ya hab¨ªa engendrado la primera noticia: Fernando, el mejor del equipo en los dos ¨²ltimos compromisos, quedaba fuera de los elegidos. Una medida injustificada para muchos, que empezaron a especular sobre el posible origen del inopinado descarte: ?Sus malas relaciones con el reaparecido Romario?
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