Castro despide al Che como a un h¨¦roe vivo que regresa, a casa
Treinta a?os despu¨¦s de su muerte en Bolivia, Ernesto Che Guevara descansa desde ayer en un mausoleo de helechos y marmol bravo que simula ser una gruta guerrillera en Santa Clara. All¨ª, en la ciudad que ¨¦l conquist¨® el 31 de diciembre de 1958, sus restos fueron inhumados poco despu¨¦s de salir el sol con honores militares y ante un Fidel Castro emocionado. Castro despidi¨® a su viejo compa?ero de armas sin derrotismo, como a un h¨¦roe vivo o a un Quijote de la revoluci¨®n que regresa a casa en momentos dif¨ªciles para "reforzar" la causa del socialismo y de la patria.
"No venimos a despedir al Che, venimos a recibirlo", dijo Castro con voz entrecortada ante decenas de miles de personas que se concentraron en la Plaza de la Revoluci¨®n Ernesto Che Guevara. El presidente cubano asegur¨® que ve¨ªa al Che y a los seis guerrilleros que ayer fueron enterrados con ¨¦l, "como un refuerzo, un destacamento de hombres invencibles que llegan a luchar" junto al pueblo cubano. "Gracias Che por tu vida y ejemplo, gracias por venir a reforzamos en ¨¦sta dif¨ªcil lucha que estamos librando hoy para salvar las ideas por las que tanto luchamos, para salvar la revoluci¨®n y las conquistas del socialismo, y resistir bloqueo".Castro dijo que el ejemplo del Che estaba m¨¢s vivo que nunca, pero no s¨®lo en Cuba, sino en todo el mundo, y llam¨® la atenci¨®n sobre el hecho que hubiese un militar estadounidense en La Higuera el d¨ªa que mataron al Che. "Los que te mataron no supieron comprender que seguir¨ªas siendo siempre el s¨ªmbolo de todos los pobres de esta tierra", afirm¨® en un breve pero sentido discurso que ley¨® sin improvisar.
Los funerales del Che comenzaron a las 8:30 de la ma?ana, cuando un convoy formado por siete jeeps militares lleg¨® a la Biblioteca Provincial Jos¨¦ Mart¨ª de Santa Clara. Desde el mi¨¦rcoles, all¨ª estuvieron expuestos los restos del Che y de los cubanos Carlos Coello (Tuma), Alberto Fern¨¢ndez Montes de Oca (Pacho), Olo Pantoja (Olo), Ren¨¦ Mart¨ªnez Tamayo (Arturo), el boliviano Sime¨®n Cuba Sarabia (Willi) y el peruano Juan Pablo Chang (Chino), quienes cayeron junto a ¨¦l en Bolivia.
Un cord¨®n de miles de pioneros escolt¨® el paso de la caravana militar por la calle Trist¨¢ durante un trayecto de dos kil¨®metros hasta desembocar en la plaza. Esperaban en la tribuna Fidel y Ra¨²l Castro, tambi¨¦n. la viuda del Che, Aleida March, el ex ministro del Interior Ramiro Vald¨¦s, y todos los amigos y compa?eros de armas de Ernesto Guevara. Tambi¨¦n estaban dirigentes de movimientos de la izquierda latinoamericana como el secretario general del nicarag¨¹ense frente Sandinista, Daniel Ortega, o el l¨ªder del salvadore?o Frente Farabundo Mart¨ª de Liberaci¨®n, Nacional, Shafik Handal.
Un coro de ni?os enton¨® la conocida canci¨®n de Carlos Puebla Hasta siempre Comandante, y tropas del Ej¨¦rcito realizaron una parada militar que estuvo dirigida por Harry Villegas, sobreviviente de la guerrilla del Che en Bolivia, y por el general de divisi¨®n Ram¨®n Pardo Guerra, uno de los principales compa?eros de armas del Che en la Sierra Maestra y en la batalla de Santa Clara. El cantante Silvio Rodr¨ªguez cant¨® La Era est¨¢ pariendo un coraz¨®n momentos antes de que se procediese a la inhumaci¨®n de los restos de los guerrilleros en el peque?o mausoleo construido recientemente en la plaza tras ser descubiertos en Bolivia los restos del Che.
En el mausoleo, bajo la atenta mirada de Fidel Castro, dos soldados con uniforme de gala y guantes blancos, introdujeron el peque?o ata¨²d con los restos del Che Guevara en una pared de m¨¢rmol donde hay horadados 19 nichos para acoger al resto de los guerrilleros cubanos muertos en Bolivia. De momento, s¨®lo hay siete ocupados.
Castro salud¨® personalmente a todos los familiares, y luego, en medio de un silencio sepulcral, encendi¨® con una antorcha una llama que arder¨¢ eternamente dentro del recinto, que est¨¢ decorado con helechos de la sierra del Escambray, donde el Che instal¨® la comandancia desde donde. parti¨® a conquistar Santa Clara. Tras la ceremonia, sonaron 21 salvas de artiller¨ªa y todas las sirenas y alarmas del pa¨ªs sonaron al un¨ªsono, como ¨²ltimo homenaje al Che Guevara.
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