El 'capo Canonieri' desenfunda
Vieri contesta a sus cr¨ªticos con tres goles que le ponen de 'pichichi'
Christian Vieri, el capo canonieri, es el nuevo pichichi de la Liga espa?ola. Precisamente Vieri, el futbolista del Atl¨¦tico que m¨¢s sospechas hab¨ªa despertado en estos primeros compases del campeonato. Su elevado precio (2.600 millones de pesetas al contado), el empuje de Jos¨¦ Mari, la poca est¨¦tica de su juego y unos cuantos mano a mano desperdiciados frente a los porteros rivales, le hab¨ªan colocado en el centro de la pol¨¦mica. Lo mataban desde todos los rincones. Desde todos, menos desde el banquillo del Atl¨¦tico, que Radomir Antic crey¨® en Vieri siempre. El t¨¦cnico le mantuvo en el once inicial pese a las presiones externas, le someti¨® a raciones dobles de entrenamiento frente a la porter¨ªa durante las ¨²ltimas semanas para corregir su falta de punter¨ªa y grit¨® en todos los foros que segu¨ªa convencido de que el italiano era el delantero ideal para su Atl¨¦tico. Vieri correspondi¨® ayer a la confianza del entrenador con tres goles que le ponen en lo m¨¢s alto de la tabla de realizadores."Un t¨ªo que hace esos desmarques, con esa potencia, la verdad es que te facilita las cosas". Lo dice Kiko, que ayer sirvi¨® el segundo gol al italiano, como Juninho le dio el primero y Lard¨ªn le asisti¨® en el tercero. Los tres tantos tuvieron demasiadas conexiones. De elaboraci¨®n (en todos, Vieri se las ingeni¨® para aparecer con el camino despejado de rivales) y, sobre todo, de celebraci¨®n.
Corren tiempos en los que los jugadores prolongan sus goles con el m¨¢s variopinto y extravagante repertorio de festejos. Pero esa moda no va con Vieri. El italiano reacciona ante sus tantos con naturalidad, casi indiferencia, sin alterar ese gesto de pistolero tan suyo. Ni corre, ni sonr¨ªe. Simplemente aprieta los pu?os, sin elevar los brazos m¨¢s arriba de la cintura, se encamina al paso hacia el centro del campo y acepta con absoluta frialdad la felicitaci¨®n de los compa?eros que le buscan a la carrera. Todo lo m¨¢s, ofrece su mano para estrecharla a modo de agradecimiento. Un ritual, por cierto, muy similar al que segu¨ªa el personaje preferido del santoral colchonero: Jos¨¦ Eulogio G¨¢rate.
Nadie discut¨ªa a Vieri su f¨²tbol generoso, su trabajo constante, su tenacidad para arrastrar de un lado a otro a los defensas rivales, sus invitaciones permanentes a recibir el pase del compa?ero con desmarques de ida y vuelta, pero se le reprochaba sus carencias t¨¦cnicas (sus paredes por ejemplo, son imprevisibles: lo mismo le salen dulces que pedradas), esa sensaci¨®n de que cierra los ojos en cuanto encara la porter¨ªa y, sobre todo, su extraordinaria capacidad para malograr las ocasiones m¨¢s claras. A d¨ªa de hoy, sin embargo, hasta la estad¨ªstica deja en mal lugar a sus detractores. Suma ya siete goles en la Liga, m¨¢s que ning¨²n otro jugador del campeonato.
No s¨®lo eso, esas siete dianas mejoran los datos a estas alturas de campeonato de sus antecesores en el puesto, Penev (seis tantos) y Esn¨¢ider (tres), a quienes ya se alud¨ªa con insistencia para a?adir m¨¢s peros a la contrataci¨®n del italiano.
La Romareda reforz¨® decididamente el cartel de Vieri. Pero al italiano no se le vio sonreir. Y es que el. capo canonieri no trastoca su duro gesto de pistolero ni en noches as¨ª de bondadosas.
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