Puntualizaci¨®n
En relaci¨®n con el art¨ªculo D¨®lares en la corte de Franco, aparecido en EL PA?S el domingo 14 de septiembre firmado por Juan Pando Despierto, por considerarlo gravemente injurioso para mi padre, tengo que puntualizar lo siguiente:1. Mi padre fue siempre fiel al Caudillo, desde su elecci¨®n como jefe del Estado y General¨ªsimo en Salamanca. Franco as¨ª lo consider¨® encarg¨¢ndole misiones dif¨ªciles en la posguerra. El Caudillo se lo agradeci¨® d¨¢ndole siempre pruebas de su cari?o y aprecio. A su muerte acudi¨® a la capilla ardiente en la cl¨ªnica de la Concepci¨®n, donde falleci¨® en 1959. La clasificaci¨®n de los generales de Franco que hace el articulista es arbitraria y sin fundamento alguno.
2. No existi¨® esa conversaci¨®n entre Franco y mi padre en 1947 de que habla el articulista bas¨¢ndose en el libro de Preston. Mi padre fue siempre respetuoso con el General¨ªsimo y ¨¦ste con ¨¦l. A Preston lo considero un historiador poco fiable, mediocre y sin informaci¨®n contrastada. Estoy de acuerdo con lo que opina Ricardo de la Cierva de ¨¦l (No nos robar¨¢n la historia, Editorial F¨¦nix, 1995). S¨ª existi¨® otra conversaci¨®n real en 1943, tras la carta-manifiesto que respetuosamente fue dirigida al jefe del Estado por varios generales. En ella Franco habl¨® con mi padre en t¨¦rminos de gran cordialidad, como lo cita Ram¨®n de Sanch¨ªs en su obra Cinco generales de armas tomar (Editorial Arca de la Alianza Cultural, 1987), libro que seguramente Preston y el articulista desconocen.
3. Mi padre nunca tuvo ning¨²n negocio. S¨®lo le atra¨ªa la milicia y estuvo siempre dedicado a ella. Una vez en la reserva, vivi¨® modestamente de su retiro. En Madrid residi¨® siempre en pisos alquilados: en la calle N¨²?ez de Balboa, 44, propiedad de la baronesa del Castillo de Chiel, o en la avenida de los Toreros, 67, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, hasta su fallecimiento.
4. Los bienes materiales que leg¨® a sus hijos fueron escasos, como es normal en la carrera de las armas cuando no se dispone de bienes heredados (puede comprobarse en el cuaderno particional que poseen sus hijos y que est¨¢ a disposici¨®n de cualquier historiador que desee consultarlo de buena fe); pero dej¨® a sus herederos una herencia inolvidable, mucho m¨¢s valiosa: el apellido limpio y honorable de sus antepasados, todos militares desde 1720, su amor a Espa?a, su religiosidad y su hombr¨ªa de bien.
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