Los buenos toreros
La faena de Rodolfo N¨²?ez al segundo toro fue de much¨ªsimo m¨¦rito y, adem¨¢s, estuvo muy bien toreada. Seguramente una cosa trae la otra. Torear muy bien a un toro reserv¨®n tiene su intr¨ªngulis, su busilis y sus perendengues. Hab¨ªa un torero en plaza que es como decir un buen torero.Pero no estaba solo. Porque el peruano Rafael Gasta?eta tambi¨¦n se colocaba en el cruce ese que los aficionados tanto echan en falta y presentaba la pa?osa seg¨²n manda Dios; y en cuanto el toro la tomaba con cierta boyant¨ªa -sol¨ªa ser con muy relativa boyant¨ªa- ya estaba haciendo el toreo bueno. Y Luis Jos¨¦ Amador no les iba a la zaga. Luis Jos¨¦ Amador, toricantano a la saz¨®n, se tra¨ªa un toreo de escuela; un toreo de hondura y ligaz¨®n; ese toreo que asimismo se sustancia cargando la suerte.
Astolfi / Amador, N¨²?ez, Gasta?eta
Cuatro toros de Astolfi, con trap¨ªo; 1? manejable, resto dificultosos. 4?' de Julio de la Puerta y 5? de Los Bayones, ambos con trap¨ªo, inv¨¢lidos, devueltos. Sobreros de Criado Holgado y Astolfi, respectivamente, bien presentados, inv¨¢lidos.Luis Jos¨¦ Amador, que confirm¨® la alternativa: dos pinchazos, media tendida descaradamente baja y rueda de peones (silencio); estocada trasera y rueda de peones (silencio). Rodolfo N¨²?ez: estocada (oreja); pinchazo hondo trasero y dos descabellos (aplausos y salida al tercio) Rafael Gasta?eta: pinchazo, estocada corta, rueda de peones y dos descabellos (silencio); media trasera, rueda de peones, dos descabellos, estocada, descabello -aviso- y cinco descabellos (silencio). Plaza de Las Ventas, 19 de octubre. Menos de media entrada.
Dir¨ªase que, con toreo as¨ª, Las Ventas ser¨ªa un alboroto de entusiasmo, el Olimpo del arte, la flor de la maravilla. Pues no. Ni falta que hac¨ªa. En la plaza no estaba ese p¨²blico triunfalista que s¨®lo acude a los festejos de feria y su aspiraci¨®n suprema es ver muchas orejas, sino la afici¨®n cabal, que sabe lo que se pesca. Y tom¨® nota, dio la importancia debida a los lances de la lidia, valor¨® las seis labores seg¨²n su criterio, y en esa valoraci¨®n hubo de tener en cuenta que la corrida, con sus numerosos remiendos, no result¨® f¨¢cil.
La flojedad de algunos toros provoc¨® las peores complicaciones. Tardos en las embestidas, se quedaban a mitad de viaje. Los parones del sexto toro, protestado por sus sospechosas malformaciones en el remate de la encornadura, ten¨ªan verdadero peligro. En cuanto topaba al enga?o, el malformado animal ya estaba derrotando, pese a lo cual Rafael Gasta?eta no perd¨ªa la compostura, y continuaba las porf¨ªas en el loable intento de torearlo al natural.
Toros parados, toros reservones... Y con un trap¨ªo irreprochable. El que hizo segundo caus¨® sensaci¨®n. ?C¨®mo no iba a causar sensaci¨®n con aquella cornamenta anch¨ªsima de cuna y tan abierta que parec¨ªa querer abrazar al mundo? Alto, largo y zancudo correte¨® el redondel infundiendo respeto entre la torer¨ªa y luego tuvo el capricho de infund¨ªrselo a la pac¨ªfica e inadvertida gente del callej¨®n. De manera que galop¨® hacia la barrera, la brinc¨® y -pies para que os quiero-, la gente del callej¨®n, empavorecida de s¨²bito, no sab¨ªa ni d¨®nde agarrarse ni qu¨¦ olivo tomar. Afortunadamente no pas¨® nada, salvo el susto. Ilesos todos, el toro trot¨® ligero hacia la puerta que le abrieron, midiendo con ambos pitones la anchura de aquel pasillo nada angosto.
Ese fue el toro de la oreja. Manso seg¨²n se delat¨® con el brinco y despu¨¦s en la prueba de varas, acab¨® remiso para la muleta. Sin embargo Rodolfo N¨²?ez le sac¨® mucho mayor partido del que se hubiera podido imaginar. Primero por naturales. He aqu¨ª uno de los detalles significativos de la corrida y de la terna: tras las dobladas o los muletazos de tanteo, acaso sin otro pre¨¢mbulo que una tanda de derechazos, los tres diestros ya se estaban echando la muleta a la izquierda. Rafael Gasta?eta ensay¨® con valent¨ªa los naturales en el prob¨®n tercero. Luis Jos¨¦ Amador en el toro que abri¨® plaza -¨²nico boyante de la corida- y en el inv¨¢lido y reserv¨®n sobrero de Criado Holgado que sali¨® cuarto.
Los naturales de Rodolfo N¨²?ez tuvieron us¨ªa. Tray¨¦ndose al tor¨® toreado, se lo pasaba ce?id¨ªsimo a despecho de asperezas, consigui¨® encelarlo y lig¨® a continuaci¨®n dos series de redondos plet¨®ricas de poder¨ªo y de aroma torero. La torer¨ªa le rezumaba a Rodolfo N¨²?ez y volvi¨® a exhibirla en su faena al quinto de la tarde, aunque ese toro -sobrero de Astolfi- estaba tan inv¨¢lido y aborregado que no era de recibo.
Y resulta que estos buenos toreros apenas torean. N¨²?ez y Gasta?eta no suman entre los dos la docena de actuaciones; el toricantano Luis Jos¨¦ Amador trabaja en el andamio... Habr¨ªa que ver a d¨®nde ser¨ªan capaces de llegar si les dieran plaza.
Babelia
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