De c¨®mo se urdi¨® la operaci¨®n 'Cambio 16 Diario 16
El art¨ªculo publicado por Juan Tom¨¢s de Salas en EL PA?S [el pasado 6 de octubre] sobre su ¨²ltima etapa del Grupo 16 me obliga a romper un silencio de meses, silencio que mantuve por prudencia. Pero, a partir de determinados l¨ªmites, el silencio es complicidad, y el respeto a lectores y trabajadores de Diario 16 me obliga, como director que fui de ese peri¨®dico, a desenmascarar algunas supercher¨ªas y pretendidos victimismos de quien tiene el m¨¦rito de haber cofundado el Grupo 16 y la responsabilidad de haberlo quebrado por sus filias y sus fobias particulares. Corto es el camino que lleva de la gloria a la vulgaridad.Salas volvi¨® al Grupo 16 gracias a sus conspiraciones de sal¨®n con su ¨²ltimo propietario, Jos¨¦ Luis Dom¨ªnguez, de infausto recuerdo -con quien se reparti¨® el pastel por si sal¨ªan bien las cosas-, y de la mano de la llamada entonces opci¨®n profesional -me culpa- que en junio de 1996, en plena crisis, se hab¨ªa configurado como un grupo dentro de Diario 16 para intentar servir de puente entre el accionista de control e inversores y evitar el cierre. A primeros de septiembre lleg¨® el salvador a la Redacci¨®n, de la mano de la citada opci¨®n profesional, y expuso su plan. Me confirm¨®, casi me conmuevo al recordarlo, como director, pero al poco tiempo comenzaron a pasar cosas. Se nombr¨® responsable de la distribuci¨®n a la presidenta de uno de los comit¨¦s de empresa de Comisiones Obreras; m¨¢s tarde ser¨ªa la delegada de este sindicato en la empresa la nombrada... responsable de personal. Salas llamaba a los miembros del comit¨¦ de Comisiones "los nuevos socios", y conciliaba con parte de ellos todas sus decisiones a espaldas de su equipo directivo. El expediente de regulaci¨®n de empleo y el plan de viabilidad se ejecutaron siguiendo las directrices absolutas de ese sector del comit¨¦. Juan Tom¨¢s de Salas me propuso entonces una alianza con los nuevos socios a un precio muy sencillo: la purga de mis colaboradores, integrantes la mayor¨ªa de la opci¨®n profesional y quienes hab¨ªan logrado, con el resto de la plantilla, casi multiplicar las ventas del Diario 16 en la Comunidad de Madrid por tres en dos meses. Naturalmente, y ante su sorpresa, dimit¨ª como director y, le dije que no ser¨ªa c¨®mplice de una canallada como la que me propon¨ªa y de un proyecto period¨ªstico servil y amarillo. Se hizo ¨¦l cargo de la direcci¨®n y comenzaron las portadas que todos ustedes conocen y la aparici¨®n de libelos presentados como informaci¨®n cuando no eran m¨¢s que opini¨®n interesada. Comenz¨® tambi¨¦n, a nivel interno, la purga fascista estalinista m¨¢s feroz que imaginarse pueda, con despidos, persecuciones y congelaci¨®n de funciones de destacados profesionales. Y siguieron pasando cosas. Otro ejemplo: en una empresa en suspensi¨®n de pagos y con administrador ¨²nico, se nombr¨®-ConsejeroDelegado,, ; se llamaba ?ngel Campos, y hasta hac¨ªa unos d¨ªas hab¨ªa sido destacado miembro de Comisiones Obreras. Su sueldo era de 1.010.000 pesetas limpias al mes, m¨¢s coche y ch¨®fer. No olviden que entonces -como ahora- se cobraba cuando se pod¨ªa, y los trabajadores hab¨ªan aceptado una reducci¨®n salarial del 40%.
Las ventas siguieron cayendo. Lo que en octubre y noviembre de 1996 se hab¨ªa multiplicado por tres, Salas logr¨® dividirlo por dos. Y la culpa, por supuesto, siempre la ten¨ªan los dem¨¢s, nunca ¨¦l. Ya fuera del peri¨®dico -y no quiero entrar en ese aspecto, pues son los jueces quienes deben decidir-, llegan a mis o¨ªdos noticias de cosas a¨²n m¨¢s raras: como, por ejemplo, reuniones de Salas con Emilio Rodr¨ªguez Men¨¦ndez, editor del Ya, para sacar otro peri¨®dico, contando, claro, con el cierre del Diario 16. En esa operaci¨®n, con reuniones en la calle de Orense, 8, de Madrid y cenas en Las Rozas, participaron miembros destacados del Comit¨¦ en las primeras y ?ngel Campos se prepara la puesta en marcha de otro peri¨®dico, Cambio 16 Diario, y se prepara tambi¨¦n el cierre desde dentro de Diario 16.
Pero se les complicaron las cosas a los aprendices de brujo. La administraci¨®n de Inpresa comenz¨® a enviar cartas notariales exigiendo cuentas: cuentas, por ejemplo, de las pesetas de aquellos memorables bonos de apoyo a 10.000 pesetas; cuentas de distribuci¨®n; cuentas de la publicidad de la revista Gente, pagada por Inpresa, pero editada por una sociedad limitada de 500.000 pesetas en la cual participan -es documento p¨²blico y est¨¢ en el Registro- Margarita Ig¨¦s, letrada de Comisiones Obreras en el Grupo 16, 80%; Mar¨ªa Luisa San Jos¨¦, presidenta del comit¨¦ de empresa por Comisiones Obreras, 10%, y ?ngel Campos, 10%. Las cartas, hoy, las tiene el juez. Son datos fr¨ªos y comprobables.
Pero ?era cierto que exist¨ªa un proyecto alternativo de peri¨®dico que pasaba por la desaparici¨®n de Diario 16 y cuyo primer nombre barajado era Cambio 16 Diario, con la oposici¨®n, naturalmente, del responsable de la revista?
Diversos profesionales, ya fuera del Diario 16 algunos, otros dentro a¨²n, lo supimos y estuvimos dispuestos a volver para ayudar a mantenerlo abierto durante el mes de agosto, gratis, si hac¨ªa falta, para evitar el fraude, por lo que Salas y sus aliados, al enterarse, se vieron obligados a cambiar su estrategia. En 24 horas pasaron de pedir el cierre a defender la quiebra, pero con continuidad. Quer¨ªan ganar tiempo.
Sobre la existencia de ese proyecto alternativo contra el Diario 16 desde dentro del Diario 16, con su director a la cabeza, aliado con parte del comit¨¦ de empresa, existe un dato: a preguntas sobre el asunto, con nombres y apellidos, en la junta de accionistas de la sociedad editora de 3 de octubre de 1997, de un accionista de una sola acci¨®n -servidor de ustedes-, el comisario de la quiebra dijo que hab¨ªa tenido noticias -"oficiosas"- de esa operaci¨®n, y que incluso se hab¨ªa encontrado en el taller unos ordenadores listos para operar y que hab¨ªa tenido que dar instrucciones para que se retirasen.
Todo ello, claro est¨¢, mientras los pocos trabajadores y becarios -santos becarios- de Diario 16 segu¨ªan siendo los sacrificados y, lo que, es peor, enga?ados por sus representantes, cuyos grandes l¨ªderes nacionales dec¨ªan, en privado -y ya va siendo hora de que lo digan en p¨²blico- que no respaldaban ese tipo de operaciones. Una semana antes de salir el segundo peri¨®dico del editor del Ya, el comit¨¦ de empresa vuelve a cambiar de estrategia y ya no quiere continuidad, sino huelga indefinida para cerrar. Pero los trabajadores, esta vez, no se dejan enga?ar y votan seguir adelante, a pesar de la tremenda crisis.
Esa es la verdad -parte de la verdad, pero nunca una verdad a medias- de los ¨²ltimos meses de Diario 16. En la guerra medi¨¢tica en la que estamos inmersos, Juan Tom¨¢s de Salas se presenta como v¨ªctima de los dem¨¢s, cuando lo es s¨®lo de sus propios dislates y de sus alianzas. Si hubo alguna v¨ªctima en este caso, es Diario 16 y sus trabajadores de hoy y de ayer -los de anteayer evitaron esta tortura-, que han pagado en sus lomos no solamente los errores, sino las ambiciones y supercher¨ªas de otros. Sin embargo, hay lugar para la esperanza. El miserable proyecto se abort¨® y Diario 16 sigui¨® y sigue en la calle, gracias a unos pocos, dirigidos hoy en funciones por un sacrificado profesional, que lo ¨²nico que hacen es trabajar.
?Ah!, Cambio 16 y Motor 16 van saliendo de la crisis. Salas y sus aliados no se metieron en ellos. Hay mucho m¨¢s que contar, pero eso, si es preciso, se har¨¢ en otra ocasi¨®n o, si es menester, ante el juez, y no precisamente de lo social. Como dijera Romanones: ?Vaya tropa!
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