De la cuesti¨®n etica

Alfredo Kraus respira profunda y sonoramente con pulmones de cantante bajo un lucernario que le a?ade vitalidad, rodeado de recuerdos y fotograf¨ªas familiares. El tenor canario manifiesta con firmeza: "No quiero nada ya y no pienso iniciar ninguna acci¨®n legal contra nadie. Es sobre todo una cuesti¨®n ¨¦tica y de actitud profesional, de indelicadezas. La ministra tambi¨¦n ha dado la callada por respuesta, cuando todos sabemos que lo ideal hubiera sido una primera temporada del Teatro Real de Madrid con todos los artistas espa?oles en activo convidados a cantar, independientemente de los casos y circunstancias particulares de cada uno, dando cabida a todos, a todos sin excepci¨®n. As¨ª no se preguntar¨ªa la gente por la ausencia de uno u otro, de Jos¨¦ Carreras o de Caball¨¦ o de cualquier otro".

Con algo de resignaci¨®n e indiferecia hacia el hoy flamante y reinaugurado coliseo de la Plaza de Oriente, del que ahora se le siente distante, Kraus concluye: "De ahora en adelante har¨¦ solamente lo que me apetezca; ¨®pera en Z¨²rich, ?na Lucia o el Werther que har¨¦ en Berl¨ªn y, claro, seguir con mis alumnos, entre los que, por cierto, tengo algunos nuevos muy buenos: un contratenor, un tenor, dos sopranos. Me sigue entreteniendo much¨ªsimo el dar clases. En ello siempre encuentras un aliciente de cara al futuro". Y tras una pausa: "?Cu¨¢nto tiempo piensan que puedo esperar para ese Werther?".