Los actores-objeto
El misterioso M¨¹ller ha tenido una vida truculenta: la de su propio pa¨ªs, Alemania, la de sus movilizaciones militares bajo distintos signos, la de su desolada familia y hasta la del comunismo aceptado, que sin embargo le acus¨® de "pesimismo hist¨®rico": una frase hecha que no deja de revelar una cierta realidad: en M¨¹ller y en muchos otros que creen que el camino del hombre es siempre el de la desgracia. No abandon¨® nunca Alemania del Este (fue ella, finalmente, la que le abandon¨® a ¨¦l con la reunificaci¨®n) aunque se mantuvo con esp¨ªritu cr¨ªtico. Pero lo era m¨¢s contra el teatro de occidente, al que consideraba simplemente traidor.Hamlet-Machine, de 1977, es una descripci¨®n y una meditaci¨®n sobre la tragedia del comunismo europeo. Se puede aprovechar para cualquier otra cr¨ªtica hist¨®rica y pol¨ªtica, y as¨ª se ha hecho muchas veces. Obra de pocas l¨ªneas y frases breves y rotundas est¨¢ preparada como algo que entonces se consideraba importante: la "propuesta", con la que el autor se limitaba a proponer al director de escena algo que ¨¦l manejaba con su propia libertad, aunque en el texto mismo se contuvieran algunas indicaciones que jam¨¢s han sido respetadas..
Hamlet-Machine
De Heinrich M¨¹ller, traducida por Gabriela Massuh y Dieter Welke. M¨²sica de Cecilia Candia. Dramaturgia de Dieter Welke. Voces de Alejandro Tantanian y Rom¨¢n Lamas. Actores-manipuladores, Alejandro Tantanian, Emilio Garcia Wehbi, Margarita Mantello, Sandro Nunciata. Direcci¨®n de Daniel Veronese, Emilio Garc¨ªa Wehbi, Ana Alvarado. Compa?¨ªa Perif¨¦rica de Objetos, Rep¨²blica Argentina. Festival de Oto?o. Sala Jos¨¦ Luis Alonso del Teatro de la Abad¨ªa.
Esta enorme oferta ha hecho que los directores se precipitasen sobre esta obra, como sobre otras del mismo estilo, del mismo autor o de otros autores (nuestro Arrabal se ha beneficiado de la misma libertad que concede). En Espa?a se ha visto varias veces, y esta vez la traen los argentinos de Perif¨¦rico de Objetos. Repiten ellos que la atracci¨®n por M¨¹ller es la de la mutaci¨®n de un objeto (texto) en otros. Estos objetos, aparte de los habituales sillas, mesas, manteles y copas que amueblan con mucha frecuencia los escenarios de vanguardia, son los mu?ecos. La huida hacia la tecnolog¨ªa hace, que las dos voces que aceptan est¨¦n grabadas, y que los actores manipulen silenciosos mu?ecos o, a veces, sean ellos mismos como mu?ecos manejados a distancia. Actores-objeto. A la tragedia del texto dicho unen la de la acci¨®n, la abundancia de sombras, los colores oscuros de los trajes -salvo el femenino, rojo vivo- y una cierta pedanter¨ªa que siempre a?ade sabidur¨ªa visible a lo sabio discreto, como es el texto.
Hoy el reinado del director va terminando, los textos salen a flote y los actores a¨²n est¨¢n luchando por liberarse, porque son todav¨ªa los mas sometidos a la dictadura. Es frecuente en Espa?a que el director sea productor, o empresario, o encargado de teatro p¨²blico, con toda la libertad para contratar y para despedir, para seleccionar repartos y elegir obras, y probablemente a este retraso se debe la entrada en otros aires.
La direcci¨®n, el trabajo como autom¨¢tico, las luces, la espl¨¦ndida m¨ªmica y la dicci¨®n de esta representaci¨®n de M¨¹ller son valores considerables. No hay por qu¨¦ esforzarse en interpretarlos: es sobre todo un trabajo de imagen y poco sonido en el que parece que se han escogido los breves actos o episodios en virtud de ello. Est¨¢ bien hecho, y eso es suficiente. El p¨²blico aplaudi¨® mucho, y alg¨²n grito de "bravo" se quedo solo.
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