Mir¨®

Si usted no conoci¨® a Pilar Mir¨®, usted no es nadie, a ver si se entera. Y adem¨¢s de eso, es un canalla, porque lo incomprensible es que la finada cultivara la amistad ¨ªntima de gente tan mala como Miguel ?ngel Rodr¨ªguez o L¨®pez Amor viniendo el nombre de usted en las p¨¢ginas amarillas. Seg¨²n algunos comentaristas radiof¨®nicos, lleg¨® a hacer buenas migas incluso con Ramallo, que se a a presta o a actuar e sentina por la que discurri¨®, desde los despachos de sus enemigos hasta el Parlamento, la materia fecal en la que intentaron enterrarla. Menos mal que Guerra no ha salido lloriqueando en la tele. Algo es algo.Pero nos sabe a poco para entender globalmente el fen¨®meno. Ella tampoco lo entender¨ªa ni siquiera en forma de gui¨®n. Es m¨¢s, si hubiera descubierto en vida la aceptaci¨®n universal de que era objeto su obra y su biograf¨ªa, y hasta su mal humor, habr¨ªa ca¨ªdo en un mar de confusiones. A uno, que no la conoci¨® porque no es nadie, le pareci¨®, observ¨¢ndola de lejos, que lo pas¨® fatal desde todos los puntos de vista posibles, y durante mucho tiempo. De haber sabido que contaba con tantos apoyos en el mundo de las letras, de las artes, de la pol¨ªtica, etc¨¦tera, a lo mejor no se habr¨ªa sentido tan sola mientras atravesaba aquel desierto sumarial, v¨ªctima de una trampa mezquina que ahora resulta que nadie le tendi¨®. Quiz¨¢ era un poco paranoica, en la mala acepci¨®n del t¨¦rmino, y no advirti¨® que la persegu¨ªan para hacerla feliz. Un malentendido.

En cuanto a los que siendo la mitad de malos que los L¨®pez Amor y compa?¨ªa no tuvimos la recompensa de su amistad, s¨®lo podemos deducir o que estamos en Babia o que hemos sido v¨ªctimas de otra necro sin l¨®gica, g¨¦nero en alza ¨²ltimamente. Descanse en paz Mir¨® y que sus infinitos deudos nos dejen descansar a los dem¨¢s. Gracias.