Voluntarios ante los deberes

La Delegaci¨®n de Juventud de Villaviciosa de Od¨®n (16.000 habitantes) se convierte cada tarde, desde principios de octubre, en un enorme cuarto de estar. Unos 60 escolares de siete a 16 a?os asaltan estas dependencias municipales a la salida del colegio para hacer los deberes. Acuden en d¨ªas alternos, mochila al hombro, en busca de las ocho estudiantes universitarias que les ayudan a resolver esa ra¨ªz cuadrada imposible o a enderezar su caligraf¨ªa despatarrada. Como por ensalmo, y sin coste para los bolsillos, pues los universitarios no cobran por su labor, los padres de estos escolares se han librado del calvario de enfrentarse a las enrevesadas preguntas de los ejercicios escolares.La iniciativa se llama Aula de Apoyo Escolar y la ha puesto en marcha la defensora del Menor de Villaviciosa, Noelia Mill¨¢n, una figura estrenada en enero que ya comienza a dar frutos. Sin embargo, la paternidad de la idea no fue suya, sino de Tamara Fuerte, una villaodonense de 13 a?os que recurri¨® a la defensora. "Sacaba buenas notas en casi todo, pero las matem¨¢ticas se me atravesaron y mis padres ya no pod¨ªan ayudarme", comenta esta adolescente, quien tuvo tambi¨¦n la ocurrencia de publicar una revista hecha exclusivamente por ni?os, de nombre Villa.

El proyecto se gest¨® durante el verano y, a la vuelta de las vacaciones, la defensora del menor empez¨® a buscar universitarios con vocaci¨®n docente y dispuestos a ayudar a hacer los deberes a ni?os sin cobrar un duro. "No sabemos si los chicos est¨¢n demasiado ocupados con otras cosas, pero lo cierto es que han respondido s¨®lo chicas, ocho universitarias", explica Noelia Mill¨¢n.

Amparo Borreguero, de 22 a?os y residente en Villaviciosa, es una de las profesoras improvisadas. Desde principios de octubre compatibiliza, dos d¨ªas a la semana, sus estudios de tercero de educaci¨®n primaria en Aravaca con la ayuda en los deberes a chavales de 10 a?os. Pero Amparo no es biso?a en estas lides, ya que hizo algo semejante a?os atr¨¢s "con ni?os gitanos del poblado de La Quinta, en el barrio del Pilar, a trav¨¦s de una ONG", explica. En el caso del Aula de Apoyo Escolar, no cabe hablar de desarraigo infantil, seg¨²n la defensora del Menor, sino de chavales que participan en el proyecto por dos razones: en unos casos, padre y madre trabajan y los chavales prefieren hacer los deberes con otros amigos en lugar de s¨®lo en casa; otras veces, los progenitores est¨¢n en casa, pero su nivel cultural no alcanza a aclarar algunas cuestiones escolares.

La algarab¨ªa escolar llenar¨¢ las dependencias de Juventud durante todo este curso, que es el primer plazo marcado por la defensora del menor para ver los resultados de la experiencia.