Cinco
El n¨²mero cinco tiene una aureola m¨¢gica y pitag¨®rica. Ese guarismo ha ensimismado al f¨²tbol madrile?o (lo del Rayo es otra historia). Colchoneros y merengues se regodean en p¨²blico y en privado, alardean de sus arietes, se les hace la boca agua pensando en Vieri, en Ra¨²l, en Morientes, en Kiko. Y se congratulan mutuamente, de momento. Los presidentes de ambos equipos no se insultan ni se ense?an las garras. Tiempo habr¨¢ para sacar la artiller¨ªa, que est¨¢ al caer.El f¨²tbol es una cosa muy extra?a. El Bar?a manda en la Liga. Pero los comentaristas e a prensa y de las tabernas dogmatizan que los azulgrana est¨¢n al borde del abismo.
- Pero en f¨²tbol, de la noche a la ma?ana, se producen cambiazos espectaculares. Los fil¨®sofos del balompi¨¦ son vers¨¢tiles, de igual modo que ocurre con los programadores de televisi¨®n.
Todo el mundo se ha quedado de piedra ante las declaraciones del m¨ªster azulgrana tras encajar un 3-0 contundente ante el Dinamo de Kiev: "Hemos jugado nuestro mejor partido". ?Toma casta?a!
Es casi lo mismo que la reacci¨®n de IU tras la aplastante humillaci¨®n en las elecciones gallegas: "Izquierda Unida se consolida en Galicia". Tanto el Barca como IU son disc¨ªpulos del C¨¢ndido de Voltaire: "Optimista es aquel que dice que todo va bien cuando todo es un desastre". Y, claro, en los corrillos se dice con sorna: "Merece la pena perder".
Gil y Gil y Lorenzo Sanz habr¨¢n de comparecer en el Parlamento para explicar la presencia en sus estadios de grupos ultras organizados. Ciudadanos libres de toda sospecha se codean en los estadios con matones, xen¨®fobos, racistas y conspiradores. Algo tendr¨¢n que decir los presidentes.
Por cierto, ya va siendo hora de que los obsoletos himnos de ambos clubes cambien radicalmente, o al menos se adapten a estos tiempos.
Con todo el respeto para los autores, ambos himnos est¨¢n m¨¢s pasados que la m¨¢quina de escribir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.