La ruptura fiscal
La reforma que lider¨® Fern¨¢ndez Ord¨®?ez hace ahora 20 a?os rompi¨® con el pasado al considerar el pago, de impuestos como un valor ¨¦tico y un ejercicio de solidaridad y democracia
"Esta reforma nos llega tard¨ªamente, con el sabor de los frutos largamente madurados. Quiz¨¢ por ello es ya el patrimonio consolidado durante muchos a?os de unos ideales de justicia que se han hecho irreversibles. Vivimos tiempos dif¨ªciles donde son necesarias m¨¢s que nunca las grandes pruebas solidarias. Creo que, modestamente, esta ley es una de ellas. Ojal¨¢, una vez m¨¢s, podamos decir que all¨ª donde alienta el peligro, tambi¨¦n crece la esperanza".Cuando Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez pronunci¨® estas palabras ante el pleno del Congreso en el a?o 1977, el pa¨ªs acababa de estrenar la democracia. Recordadas 20 a?os despu¨¦s, revelan sobre todo su enorme trascendencia. Aquello que se llam¨® reforma fiscal, fue en realidad una ruptura dr¨¢stica. Lo que naci¨® como un proyecto ¨¦tico y solidario, ha dado sus frutos aunque con menos ilusi¨®n y m¨¢s mano dura.
Pero lo que sucede hoy "es otra historia", como dice Jaime Garc¨ªa A?overos, que en aquellas fechas era diputado de UCD y presidi¨® la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso donde se termin¨® de cocinar la reforma. De ella formaban parte el ya fallecido Baldomero Lozano (PSOE), Ram¨®n Tr¨ªas (Minor¨ªa Catalana) y Ram¨®n Tamames (PCE).
El equipo de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez en el Ministerio de Hacienda del primer Gobierno de la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico en el que estaban Dionisio Mart¨ªnez y Jos¨¦ V¨ªctor Sevilla tuvo el acierto de resumir su proyecto con un lema que todav¨ªa hoy ocupa un lugar destacado en la memoria colectiva. Aquello de que Hacienda somos todos ha sobrevivido a toda una generaci¨®n de contribuyentes y a varios gobiernos. Nada mejor se ha inventado desde entonces. Los resultados est¨¢n resumidos en el libro de Enrique Fuentes Quintana, entonces vicepresidente econ¨®mico, Las reformas tributarias en Espa?a (Editorial Cr¨ªtica, 1990). "La reforma tributaria ha logrado algunos resultados que se pretend¨ªan al dise?arla y pactarla con los distintos partidos con representaci¨®n parlamentaria: ha aumentado la capacidad recaudatoria de la imposici¨®n directa sobre la renta y el patrimonio, repartiendo con m¨¢s equidad la carga fiscal".
Recaudaci¨®n en alza
Visto desde hoy, las cifras pueden parecer insignificantes, pero en su momento se presentaron como "resultados espectaculares". EL PMS publicaba, el 5 de septiembre de 1978, la noticia de que casi dos millones de espa?oles realizaron su declaraci¨®n de renta el pasado mes de julio. La recaudaci¨®n total de los impuestos de renta y patrimonio alcanz¨® la cifra de casi 26.000 millones de pesetas, un 45% m¨¢s que el a?o anterior. En la actualidad, estos dos impuestos son declarados por 14 millones de contribuyentes que ingresan en Hacienda algo m¨¢s de cinco billones.Ahora se cumplen 20 a?os desde que el 25 de octubre de 1977 ¨¦l pleno del Congreso aprobara lo que se denomin¨® Ley de Medidas Urgentes de Reforma Fiscal, con la abstenci¨®n a algunos art¨ªculos de los diputados de la Alianza Popular de Manuel Fraga por un problema de procedimiento, y un voto particular del PSOE que quer¨ªa aplicar el nuevo impuesto del patrimonio no s¨®lo a las personas f¨ªsicas, sino tambi¨¦n a las jur¨ªdicas (sociedades).
En efecto, aquella reforma estableci¨® por primera vez un impuesto sobre el patrimonio, que llegaba al 2% para posesiones superiores a los 2.500 millones de pesetas. Se cre¨® un impuesto excepcional y transitorio, sobre las rentas del trabajo que excedieran de 750.000 pesetas anuales y que llegaba al 8% para las que superasen los cinco millones de pesetas. El 10% se aplicaba, cualquiera que fuese la cuant¨ªa de la renta, a los presidentes y vocales de los consejos.
Adem¨¢s, se subi¨® el impuesto de lujo y se dieron ayudas a la creaci¨®n de empleo -el paro alcanzaba entonces a 700.000 personas-, de un 20% del salario correspondiente a cada nuevo puesto de trabajo creado. Se regul¨® el delito fiscal para fraudes superiores a dos millones de pesetas, con una multa de seis veces la cantidad adeudada, con arresto mayor s¨ª la suma se situaba entre 5 y 10 millones y con prisi¨®n menor para importes superiores.
Todo ello se acompa?¨® con el levantamiento del secreto bancario. Se estableci¨® que los bancos y las cajas de ahorro quedaban sometidos al deber de colaboraci¨®n con la Hac¨ªenda p¨²blica y se concret¨® que las entidades financieras deb¨ªan comunicar al fisco los n¨²meros de las cuentas activas y pasivas de sus clientes.
Amnist¨ªa fiscal
La guinda de esta revoluci¨®n fue la amnist¨ªa fiscal que se otorg¨® para las cantidades no declaradas en el impuesto sobre la renta correspondiente a 1976; es decir, un ano antes de que se aprobara la reforma. Despu¨¦s se filtr¨® que el Ministerio de Hacienda hab¨ªa renunciado a revisar las declaraciones anteriores a ese ejercicio. El resultado fue que 175.000 familias regularizaron su situaci¨®n con Hacienda, 20.000 m¨¢s que quienes presentaron declaraci¨®n positiva en ese ejercicio.El nuevo impuesto sobre la renta completo y sint¨¦tico -elimin¨® el impuesto sobre las rentas del capital y el proporcional sobre las rentas del trabajo, entre otros- tuvo que esperar al 8 de septiembre de 1978 para ver la, luz. Era un impuesto ¨²nico que no diferenciaba entre declaraci¨®n individual y conjunta, como ahora. Se fij¨® en el 65,51% el tipo m¨¢ximo para cantidades superiores a 9,8 m¨ªllones de pesetas. Como curiosidad, se sustituy¨® la anterior deducci¨®n "por esposa" por otra "en raz¨®n de matrimonio" que se cifr¨® en 8.500 pesetas.
Esta revoluci¨®n fiscal tambi¨¦n cont¨® con detractores. El catedr¨¢tico Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo escrib¨ªa en EL PA?S el 20 de junio de 1978: "Miren por ejemplo, el Ministerio de Hacienda: les exhorta a los contribuyentes a que le digan la verdad, a que hagan su declaraci¨®n y se queden con la conciencia limpia. ( ... ) Me recuerda el caso la emoci¨®n con que uno de los comisarios que a lo largo de los a?os sesenta me prestaron directamente sus servicios me explicaba lo que le gustaba a ¨¦l una declaraci¨®n sincera".
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