Asco
Asco. ?se es el sentimiento que me ha producido ver a un tenebroso personaje, como es M. ?. Rodr¨ªguez, llamar "buena amiga" a Pilar Mir¨®, y decir, sin ruborizarse, que ella le aconsej¨® y le ayud¨® en algunos momentos. Si ella le aconsej¨®, cosa que dudo, ¨¦l ech¨® en saco roto todos sus consejos, pues sus comportamientos son la ant¨ªtesis de lo que han sido los de ella a lo largo de toda su vida.Tenemos la costumbre malsana, en este pa¨ªs, y en general en nuestro entorno cultural, de hablar bien de los muertos, aunque no les pudi¨¦ramos soportar de vivos, pero la manipulaci¨®n que han pretendido hacer tanto el Gobierno, a trav¨¦s de M. ?. Rodr¨ªguez, como TVE, la cadena de televisi¨®n (p¨²blica, por cierto) que emiti¨® sus palabras y su imagen (as¨ª como las de su propio director general, L¨®pez Amor), pasan de lo tolerable.
?Es que estos sujetos y su partido, para el que trabajan y manipulan sin que nada se les ponga por delante, van a hacerse due?os de todos los cad¨¢veres con tal de obtener beneficio computable en n¨²mero de votos, que es lo ¨²nico que, en realidad, parece importarles?
?No es bastante verles adue?arse de Max Aub, de Federico Garc¨ªa Lorca, o de intentar manipular en su provecho el sentimiento despertado por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco y la buena voluntad de quienes asistieron al famoso festival de Las Ventas y de todas las mentes de quienes lo contemplaron desde sus casas?,
Estoy seguro de que Pilar Mir¨® se hubiera levantado indignada, de haber podido hacerlo, al o¨ªr los elogios de alguien que seguramente no le ten¨ªa ning¨²n aprecio, sino m¨¢s bien lo contrario.
?C¨®mo puede semejante personaje atreverse a decir que era buen amigo de una mujer que, adem¨¢s de una magn¨ªfica directora de cine y excelente profesional de televisi¨®n, represent¨®, cuando ocup¨® cargos p¨²blicos con el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez (¨¦ste s¨ª, buen amigo suyo) todo lo contrario de lo que ¨¦l representa, y que tiene un notable curr¨ªculo de luchadora por la libertad, por el derecho a la discrepancia y por la independencia de pensamiento, as¨ª como por la mejora de la condici¨®n de las mujeres en nuestra sociedad, actuando siempre con una coherencia digna de elogio?
En su delirio absolutista, M. ?. Rodr¨ªguez y su jefe, J. M? Aznar, que seguramente fue quien le dijo lo conveniente de mostrarse dolorido, consternado y "buen amigo" en la pantalla de TVE, y le envi¨® a cumplir tal misi¨®n, piensan que van a poder adue?arse impunemente de todo y de todos. Hasta de sus adversarios, una vez muertos.
Pero no. Que no piensen que no nos damos cuenta de su manipulaci¨®n. Y no se lo vamos a consentir. -Porque nos dan asco.-
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