Matones de papel
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno estim¨® el pasado viernes la recusaci¨®n -presentada por Juan Luis Cebri¨¢n- del juez G¨®mez de Lia?o como instructor del sumario Sogecable y se hizo de inmediato cargo de la causa. El auto descansa sobre una amplia y sostenida jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), el Tribunal Constitucional (TC) y el Tribunal Supremo (TS); los doce apartados de los razonamientos jur¨ªdicos citan cerca de treinta sentencias dictadas por los,. tres altos tribunales en relaci¨®n con la independencia e imparcialidad de los jueces. Algunos libelistas con vocaci¨®n de ilustrados dieciochescos, pero igualados en su falta de talento con otros rufianes de la ultraderecha period¨ªstica, han embestido contra el juez Moreno -sin tomarse la molestia de leer la resoluci¨®n- mediante argumentos ad hominem, groseras injurias y procaces insultos.Algunas infamias publicadas durante estos d¨ªas en el diario El Mundo producen bochorno. "Ning¨²n magistrado contempor¨¢neo hab¨ªa defendido una resoluci¨®n injusta con tanta claridad. Juez rima con prez y hez: elijan ustedes consonante" (Jim¨¦nez Losantos). "Por amargo que sea, hay que darle raz¨®n al antiguo polic¨ªa y hoy juez. Cebri¨¢n no es un ciudadano. No lo es Polanco. Ambos se hallan, por definici¨®n, fuera de la ley" (Albiac). "Lo que acaba de hacer el juez Moreno en la Audiencia Nacional recusando a G¨®mez de Lia?o en Sogecable es una prueba mas del golpe (de Estado) judicial felipista" (Sebasti¨¢n). "Ismael Moreno es juez de la Audiencia Nacional. Mejor dicho: Ismael Moreno est¨¢ juez de la Audiencia Nacional. Antes estuvo polic¨ªa. Mejor dicho: antes fue polic¨ªa" (Javier Ortiz). "En el puteal de La Moncloa ya est¨¢ Cebri¨¢n de marmolillo inspirando a los jueces" (Mart¨ªn Prieto). La guinda leguleya del indigesto pastel¨®n cocinado por estos matones de papel corre a cargo de un magistrado en ejercicio, Joaqu¨ªn Navarro Estevan: el auto de Ismael Moreno es "una resoluci¨®n inicua e infame que ha pasado por derecho propio a la peor historia de la prevaricaci¨®n celtib¨¦rica".Pero la historia contin¨²a. La Comisi¨®n Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no s¨®lo mult¨® ayer con 350.000 pesetas al juez G¨®mez de Lia?o por su irrespetuosa e impertinente contestaci¨®n a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, responsable de haberle revocado varias resoluciones; tambi¨¦n elev¨® al Pleno del CGPJ una propuesta que -de ser aceptada- har¨ªa marchar en paralelo a la sanci¨®n disciplinaria con un proceso penal: el env¨ªo de los antecedentes del caso al fiscal general del Estado ayudar¨ªa a establecer si el instructor del sumario Sogecable cometi¨® un delito de prevaricaci¨®n. La sospecha no es nueva: ante el Supremo han sido ya interpuestas varias querellas por prevaricaci¨®n -pendientes de informe por la fiscal¨ªa- contra G¨®mez de Lia?o.
Esos querellantes interpretan como indicio de delito los severos t¨¦rminos empleados por la Sala de lo Penal para revocar las resoluciones de G¨®mez de Lia?o: "falta de fundamento legal y material", "arbitrariedad de la medida adoptada", "la declaraci¨®n... no est¨¢ objetivamente justificada", "irrazonable", "innecesaria", "desproporcionada", "inadecuada". Pero los revolcones sufridos por el instructor del caso Sogecable son precisamente uno de los principales motivos para la aceptaci¨®n de la recusaci¨®n por Ismael Moreno; porque la jurisprudencia del Supremo establece como "doctrina plausible" que "resoluciones sistem¨¢ticamente adversas, infundadas, irrazonadas y desacertadas pueden evidenciar por s¨ª solas, en casos excepcionales, el apasionamiento hostil, la animosidad y el enconamiento intraprocesales que aconsejen sustituir al juzgador por otro m¨¢s sereno, ecu¨¢nime y mesurado, de cuya imparcialidad y neutralidad no quepa recelar ni dudar". Y no hace falta haber estudiado en Salamanca para encuadrar el caso Sogecable dentro. de esa doctrina jurisprudencial.
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