Una gran versi¨®n de Werner Herzog
Con una excelente versi¨®n de Tannh?user inaugur¨® su nueva temporada el teatro de La Maestranza de Sevilla. Antes que otro comentario, es preciso afirmar que el Wagner visto y escuchado a orillas del Guadalquivir est¨¢ al nivel de cualquier buen coliseo oper¨ªstico europeo. No en vano se trata de una producci¨®n en la que colaboran una serie de teatro como N¨¢poles, G¨¦nova, Lieja, Palermo, Madrid y Baltimore.La concepci¨®n y realizaci¨®n esc¨¦nica de este sorprendente Tannh?user se debe al superior talento del muniqu¨¦s Werner Herzog, el genio de Aguirre o la c¨®lera de Dios o la sorprendente Fitzcarraldo. Hace pocos a?os, Herzog produjo para Bonn la ¨®pera del brasileiro Antonio Carlos G¨®mez, El Guaran¨ª, que protagoniz¨® Pl¨¢cido Domingo. No estar¨ªa mal que encontrara hueco en el Real como expresi¨®n pr¨¢ctica de tantas solidaridades latinoamericanas te¨®ricas.
Vayamos a lo de hoy: Herzog, con el escen¨®grafo italiano Maurizzio Balo, el figurinista austr¨ªaco Franz Blumauer y el iluminador Guido Levi, nos han deparado una visi¨®n preciosa del drama l¨ªrico wagneriano estrenado en Dresde en 1845. Anidan en la obra una serie compleja de elementos de diversa ra¨ªz que parecen conectar con otras grandes creaciones de Wagner, desde Los maestros cantores hasta Parsifal, pasando por la pasi¨®n l¨ªmite de Trist¨¢n. Herzog, con sus colaboradores, empezando por el director musical Klaus Weise, han puesto su, arte al servicio de una expresi¨®n intensa y concentrada, m¨¢s atenta a las significaciones fundamentales que a una espectacularidad aparatosa y exterior.
Dos pasiones
Dos colores, rojo y blanco, asumen el s¨ªmbolo de dos pasiones: la venusiana y la religiosa. Toda la representaci¨®n discurre inmersa en un ambiente que enfrenta y conjuga "espacio m¨ªstico" y "espacio er¨®tico", todo ello planteado y resuelto desde una imaginaci¨®n po¨¦tica que lleva en volandas a los personajes hasta la bell¨ªsima ascensi¨®n final.Una ¨®pera es, en su estructura musical y dram¨¢tica, un orden equilibrado y armonioso. Wagner pens¨® magistralmente ese orden en los ritmos de la palabra y la mel¨®dica consecuente, el color instrumental, vocal y arm¨®nico, las presencias y lejan¨ªas, el misterio de las luces y las sombras, pero dar cuerpo a todo ello hasta otorgarle la m¨¢s acusada comunicatividad resulta empresa dif¨ªcil, aunque pareciera f¨¢cil y natural en la representaci¨®n de La Maestranza. Hasta tal punto ha sido dominador el trabajo creativo de un equipo de primera categor¨ªa.
Hizo Tannh?user el tenor Heikki Siukola, de color desigualmente atractivo pero con una brillant¨ªsima regi¨®n aguda; el bar¨ªtono Eike Wilm Schulte llen¨® de humanidad al caballero Sch?nbach, pues si su materia es hermosa no lo es menos la l¨ªnea de su fraseo; tambi¨¦n posee gran nobleza la voz y el arte del bajo Reinhard Hagen magn¨ªfico Hermann. Las dos sopranos contrastaron con perfecci¨®n sus contrapuestos personajes: Eva Johansson, en Elizabeth, y Eva Marie Bundschuhen, Venus. Una y otra fueron especialmente aplaudidas por el p¨²blico. La orquesta sirvi¨® con gran transparencia y exacta calibraci¨®n sonora cuanto le demand¨® el maestro Weise y el Coro de C¨¢mara de Praga actu¨® en an¨¢logo nivel.
El p¨²blico que abarrot¨® la sala de La Maestranza ovacion¨® largamente a todos y de manera muy especial a Werner Herzog, po¨¦tico inventor de esta versi¨®n de Tannh?user que, si no me equivoco, Madrid conocer¨¢ la pr¨®xima temporada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.