Intelectuales italianos reclaman la libertad del ex l¨ªder de Lotta Continua

Intelectuales como el escritor Antonio Tabucchi, artistas como el reciente premio Nobel Dario Fo y una profusa lista de parlamentarios italianos y europeos, adem¨¢s de ciudadanos de a pie, figuran entre los 160.000 firmantes de un escrito que reclama la gracia para Adriano Sofri, antiguo l¨ªder de extrema izquierda, condenado en 1991 por un asesinato cometido en 1972 del que se declara inocente. El caso Sofri, que ha comnocionado a la opini¨®n p¨²blica italiana, engrosa la larga lista de anacronismos judiciales que dejaron tras de s¨ª los turbulentos a?os de plomo -los sesenta y los setenta-, cuando en Italia el terrorismo de ambos signos impon¨ªa su ley en la escena pol¨ªtica del pa¨ªs.El comit¨¦ Liberi, Liberi, que lucha por conseguir la gracia para Sofri y sus dos compa?eros de militancia -Giorgio Pietrostefani y Ovidio Bompressi-, encarcelados con ¨¦l desde enero pasado en la c¨¢rcel de Pisa, entreg¨® ayer los pliegos con las firmas al presidente de la Rep¨²blica italiana, Oscar Luigi Scalfaro. Sin embargo, desde hace dos d¨ªas ya conocen la respuesta del jefe del Estado. En una carta dirigida al presidente de la C¨¢mara de Diputados, Scalfaro explic¨® anteayer claramente porqu¨¦ le es imposible otorgarles la gracia a los tres detenidos. En primer lugar, ninguno se confiesa culpable, y en segundo, hay muchos otros casos an¨®malos que esperan una soluci¨®n, Scalfaro considera que el asunto compete al Parlamento, que podr¨ªa plantearse cerrar la etapa de los a?os de plomo con un indulto general. Una salida poco aplicable al caso Sofri, porque los tres condenados no lo fueron por terrorismo, sino como autores de un delito com¨²n.

Justicia lenta

Sofri, ex l¨ªder de Lotta Continua, un grupo izquierdista partidario de la acci¨®n directa que alcanz¨® notoriedad en la Italia de los a?os sesenta y setenta, cumple 22 a?os de condena por el asesinato del inspector de polic¨ªa Luigi Calabresi, ocurrido en Mil¨¢n en 1972. Lenta como la espa?ola, la justicia italiana se enfrent¨® al caso en 1990, dos a?os despu¨¦s de la detenci¨®n de los tres sospechosos del asesinato. Para entonces hab¨ªa llovido ya mucho y los tres imputados hab¨ªan abandonado la vieja militancia. Sofri trabajar¨ªa m¨¢s tarde como voluntario en Bosnia, y Pietrostefani terminar¨ªa instal¨¢ndose en Francia, donde llevaba una vida tranquila.