"Soy partidario de que se reconozca el derecho de autodeterminaci¨®n"
Carlos Garaikoetxea (Pamplona, 1938), abogado, economista, ex lehendakari y presidente de Eusko Alkartasuna (EA), reclama "un nuevo consenso pol¨ªtico" en el Pa¨ªs Vasco que sustituya al "colapsado" Estatuto de Gernika y reitera que la nueva fase de contactos con el PNV no contiene pretensiones electorales, sino objetivos de "reflexi¨®n conjunta". Garaikoetxea reclama el reconocimiento del derecho a la autodeterminaci¨®n.
Pregunta. ?Comparte la afirmaci¨®n del sindicato ELA de que el Estatuto est¨¢ muerto?
Respuesta. La expresi¨®n est¨¢ muerto puede tener un ¨¦nfasis que yo sustituir¨ªa por la de est¨¢ colapsado en su desarrollo en aspectos tan esenciales como los sociolaborales. De ah¨ª que sea muy l¨®gica la reacci¨®n de ELA. ?Por qu¨¦ est¨¢ colapsado? No s¨®lo por la decisi¨®n del Gobierno de no reconocer las competencias que aparecen en el Estatuto relacionadas con el empleo o la Seguridad Social sino porque ha quedado asfixiado por la proliferaci¨®n de leyes b¨¢sicas que han restringido la capacidad legislativa del Parlamento vasco.
P. ?Significa eso que EA considera una p¨¦rdida de tiempo seguir apostando por el desarrollo estatutario?
R. Lo que en 1979 negociamos tiene muy poco que ver con lo que hoy se puede hacer. Tenemos un ejemplo recient¨ªsimo en la pretensi¨®n del Ministerio de Educaci¨®n de llegar en el dise?o curricular de las ense?anzas a donde pretende llegar. Cuando en 1979 discut¨ª con Adolfo Su¨¢rez el cierre de esa competencia qued¨® clar¨ªsimo que s¨®lo tendr¨ªa los l¨ªmites que aparecen en la Constituci¨®n relacionados con los grandes principios y las leyes b¨¢sicas que lo desarrollan. Eso no tiene nada que ver con los afluentes de los r¨ªos o los reyes godos que hoy pretende pormenorizar un Gobierno central. Eso es lo que ha denunciado Jos¨¦ Elorrieta [secretario general de ELA] y es lo que viene pasando hace muchos a?os.
P. ?Y qu¨¦ se ofrece a cambio del Estatuto?
R. Dieciocho o 20 a?os de historia pueden ser m¨¢s ricos y fecundos y justifican m¨¢s un cambio de los marcos constitucionales o estatutarios en este caso que otros 100 o 200 a?os de historia anodina de un pa¨ªs. Aqu¨ª los 20 ¨²ltimos a?os han cambiado tantas cosas que no debe haber miedo a cambiar la Constituci¨®n, a cambiar el Estatuto. Somos partidarios de un cambio en el marco jur¨ªdico-pol¨ªtico para reconocer el derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos. Nuestro sentido democr¨¢tico nos hace reconocer la necesidad de llegar a una s¨ªntesis democr¨¢tica de las diferentes formas de pensar acreditadas en las urnas. Se tratar¨ªa de empe?arse en la b¨²squeda de un nuevo consenso pol¨ªtico, que por otra parte pudiera ser el escenario para la normalizaci¨®n pol¨ªtica de este pa¨ªs. No nos enga?emos; en ese terrible conflicto de violencia subyace un problema pol¨ªtico, la falta de consenso que no logramos alcanzar el a?o 1977.
P. ?Es ¨¦ticamente aceptable recorrer ese camino codo con codo con quienes alientan precisamente la violencia?
R. El gran problema del nacionalismo vasco es la divisi¨®n inexorable que nos traza la estrategia de la violencia de ese sector mal llamado radical y s¨ª rupturista y violento. Con independencia de lo que propugnen HB y ETA, nadie puede empe?arse en descalificar unas ideas, las nuestras, por el hecho de que en algunas pueda coincidir ese mundo. En todo caso, nosotros no nos dejaremos jam¨¢s,chantajear con esa sutil indicaci¨®n que se nos hace ¨²ltimamente:
abandonen ustedes sus reivindicaciones porque con ellas dan justificaci¨®n indirecta a los que fundamentan en esas mismas ideas sus acciones violentas.
P. Esa denominada tercera v¨ªa hacia una nueva cota de soberan¨ªa ?no generar¨ªa una honda fractura social con la mitad de la sociedad vasca que no es nacionalista y que se siente c¨®moda en el marco estatutario?
R. Yo afirmo que sucede lo contrario. Invocar el derecho de autodeterminaci¨®n es invocar el respeto a la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas de este pa¨ªs, y negarlo es precisamente imponer a quienes invocan ese principio democr¨¢tico unas limitaciones a su libre y leg¨ªtima voluntad, que es lo realmente excluyente. Ese derecho no excluye a nadie de la expresi¨®n de su voluntad y de la concurrencia de sus ideas en un proceso democr¨¢tico. Lo que es excluyente es la imposibilidad de que sea precisamente la voluntad de un pueblo la que determine los l¨ªmites de su autogobierno o cualquier decisi¨®n colectiva.
P. ?Qu¨¦ les queda a los vascos si se entierra el Estatuto?
R. Aqu¨ª nadie est¨¢ proponiendo un salto en el vac¨ªo. Mientras un marco jur¨ªdico no es sustituido por otro, est¨¢ plenamente vigente. Yo he dicho intencionadamente que nuestra voluntad democr¨¢tica se traduce en la voluntad de llegar a una s¨ªntesis con los planteamientos de los dem¨¢s, de manera que concebimos la vida pol¨ªtica como un proceso dial¨¦ctico, pac¨ªfico y ordenado. Hoy en d¨ªa algunas de esas ideas leg¨ªtimas siguen sin tener cauce legal. Por ejemplo, el ejercicio de ese derecho de autodeterminaci¨®n.
P. ?Por qu¨¦ se impulsan ahora, cuando el voto nacionalista parece sufrir un cierto estancamiento, el di¨¢logo con el PNV?
R. El nacionalismo lleva gobernando en la comunidad aut¨®noma casi 18 a?os y eso conduce -siempre a un desgaste natural. Es verdad que el problema de la violencia de ETA est¨¢ erosionando no s¨®lo al mundo de HB sino sembrando un elemento de descr¨¦dito para el resto del nacionalismo. Pero en el Pa¨ªs Vasco el nacionalismo sigue siendo mayoritario. En EA siempre, no s¨®lo ahora, hemos pensado que era muy recomendable normalizar nuestras relaciones con el PNV, hacer un esfuerzo conjunto de reflexi¨®n para enfocarlo a los grandes problemas de este pa¨ªs: la violencia, la normalizaci¨®n pol¨ªtica, el desarrollo del autogobierno.
P. ?Tienen entonces esos contactos unos contenidos tem¨¢ticos limitados a la reflexi¨®n?
R. S¨ª. Tienen como objetivo la reflexi¨®n conjunta y perfilar si es posible posturas comunes sobre los grandes desaf¨ªos de este pa¨ªs por parte de dos partidos nacionales vascos, sin perjuicio de que tengamos diferentes planteamientos.
P. ?A qu¨¦ atribuye entonces que Xabier Arzalluz hable de fusi¨®n con EA?
R. Es comprensible, aunque no me parece tan l¨®gico, que el PNV siga teniendo esa pretensi¨®n de ser un movimiento o partido ¨²nico dentro del nacionalismo vasco. Pero ¨¦se es un planteamiento tan desenfocado como el que podr¨ªamos hacer si pretendi¨¦ramos que en el ¨¢mbito de la conciencia nacional eslovena, espa?ola o montenegrina hubiera s¨®lo una opci¨®n pol¨ªtica.
P. ?Tendr¨ªan un objetivo mucho m¨¢s profundo si quienes ahora dirigen PNV y EA, que protagonizaron la escisi¨®n, dejaran paso a las nuevas generaciones nacionalistas, tal y como sugiri¨® el lehendakari Ardanza?
R. ?se es un t¨®pico muy elemental que, desde luego, en mi caso no tiene nada que ver con la realidad. Afirmo tajantemente que yo soy impulsor de esos contactos y que jam¨¢s de los jamases ser¨ªa una r¨¦mora para un buen entendimiento con el PNV sino todo lo contrario.
P. ?Competir¨¢ por la presidencia del Gobierno vasco junto a los nuevos candidatos del PNV y PSE-PSOE?
R. Hasta octubre de 1998 tenemos bastante tiempo. Creo que la legislatura llegar¨¢ a su fin. Por lo que se refiere a EA no voy a hablar de mi presencia o no en esas listas electorales hasta que llegue el momento.
P. ?No son posturas de cara a la galer¨ªa esas im¨¢genes de republicanismo o rechazo del Ej¨¦rcito que cultiva EA?
R. En eso no tenemos posturas forzadas. En cuesti¨®n de formas de Estado somos relativistas. Nos parece m¨¢s racional el sistema republicano.
P. El juicio a la Mesa Nacional de HB est¨¢ a punto de acabar. ?C¨®mo ha visto su desarrollo y el escaso eco que en la sociedad vasca ha provocado?
R. Parece que hay un cierto cansancio y agotamiento incluso dentro del MLNV. Por otro lado, todo el mundo est¨¢ con las espadas en alto para sacar conclusiones despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- Carlos Garaikoetxea
- Declaraciones terrorismo
- Eusko Alkartasuna
- ELA
- Pol¨ªtica nacional
- Expedientes administrativos
- Nacionalismo
- Estatutos Autonom¨ªa
- Sindicatos
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Pa¨ªs Vasco
- Estatutos
- Sindicalismo
- Lucha antiterrorista
- Derecho administrativo
- Comunidades aut¨®nomas
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- ETA
- Grupos terroristas
- Normativa jur¨ªdica
- Ideolog¨ªas
- Gente
- Relaciones laborales