Dig¨¢ usted lo que quiera
Si alg¨²n d¨ªa se celebra un equivalente cat¨®dico de los juicios de N¨²remberg por crimenes contra la inteligencia, no me cabe la menor duda de que Josep Maria Mainat y Toni Cruz, ide¨®logos de la productora Gestmusic, ocupar¨¢n lugares destacados en el banquillo de los acusados. ?Y si yo formo parte del jurado har¨¦ lo posible para que les caiga la perpetua! Ya s¨¦ que s¨®lo son dos hombres de negocios que respetan escrupulosamente las leyes de la oferta y la demanda, pero es tal la cantidad de basura que llevan fabricando durante la ¨²ltima d¨¦cada que se han ganado a pulso el ser expuestos a la verg¨¹enza p¨²blica en las p¨¢ginas de este diario.Su ¨²ltima contribuci¨®n al envilecimiento nacional se llama Cita con Apeles y se estren¨® el viernes por la noche en Tele 5. Como indica el t¨ªtulo de la cosa, el protagonista del invento es el inefable padre Apeles, quien parece buscar aqu¨ª una particular redenci¨®n al dejar atr¨¢s su habitual impertinencia y tratar de convertirse en un moderador con alzacuellos. El cura cuenta con la colaboraci¨®n de Roc¨ªo Carrasco, muchacha lozana y campechana tambi¨¦n en busca de algo: demostrar que es algo m¨¢s que la hija de Roc¨ªo Jurado, empe?o en el que pone m¨¢s buena intenci¨®n qu¨¦ eficacia.
Cita con Apeles (patrocinado por las plantillas Devor Olor, ?viva la justicia po¨¦tica!) pretende dar una oportunidad a todos los pelmazos de Espa?a para que se desahoguen en p¨²blico. El mos¨¦n les da a cada uno siete minutos para que digan lo que quieran a condici¨®n de que el p¨²blico no se aburra. Si esto sucede, unos mandos a distancia repartidos entre el respetable van dejando constancia de su hast¨ªo, con lo que llegar a los siete minutos sin que te desalojen cuesta lo suyo: en el momento en que el 51 % de la audiencia est¨¢ harto de tus tonter¨ªas suena una sirena y la silla se desliza por una rampa hasta acabar en una especie de calderas de Pedro Botero de las que no vuelve a salir (mientras tanto, unas seudovestales con minifalda bailan un poquito y te cantan una coplilla en la que te informan de que tus servicios ya no son necesarios).
Durante la hora y pico de programa que me tragu¨¦, s¨®lo un participante cumpli¨® sus siete minutos de gloria, llev¨¢ndose por ello 40.000 duritos. Se trataba de una anciana gaditana, vestida con un ch¨¢ndal verde, que hablaba de lo mucho que le gustaba jugar al f¨²tbol y de c¨®mo esa afici¨®n le hab¨ªa granjeado las iras de esta sociedad machista. Entre los que no triunfaron destacaban un charlat¨¢n profesional, un abducido por extraterrestres y un pintor que utilizaba excrementos para crear sus obras (gracias a ¨¦l, Apeles pudo recitar unos versos escatol¨®gicos del padre Coloma, autor de Jerom¨ªn y Peque?eces).
Cita con Apeles es un programa tan aburrido, repetitivo y zafio que todo parece indicar que nos hallamos ante un nuevo ¨¦xito de los se?ores Mainat y Cruz.
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