El sobaco de Madrid

Las pituitarias de los 5.000 vecinos de Perales del R¨ªo se han acostumbrado a convivir con un intenso hedor. Con todo, hay d¨ªas que las r¨¢fagas de viento les acercan a sus casas una variada gama de aromas a¨²n m¨¢s intensos, penetrantes y pestilentes de lo que pudieran sospechar. As¨ª viene sucediendo, invariablemente, un d¨ªa tras otro, y de muchos a?os a esta parte, en este barrio de Getafe (143.000 habitantes) que se levanta a no m¨¢s de veinte minutos de la Puerta del Sol.

Algunos arrojaron la toalla y optaron por vender sus viviendas a precios de saldo. Quienes resisten han dado un paso adelante cualitativo al querellarse contra Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano y los consejeros Carlos Mayor Oreja (Medio Ambiente) y Antonio Beteta (presidente del Canal de Isabel II) como supuestos responsables del desaguisado. Por lo pronto, la Comisi¨®n Europea y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid han coincidido en su primer paso: admitir a tr¨¢mite la denuncia.

Perales, capital de los (malos) olores, acumula un buen n¨²mero de peculiaridades. Porque peculiar es, sin duda, que un barrio tan reducido se reparta ca¨®ticamente en cuatro n¨²cleos de poblaci¨®n y que dependa de una ciudad (Getafe) de cuyo Centro urbano dista casi ocho kil¨®metros, con el Cerro de los ?ngeles de por medio. "Esta antigua pedan¨ªa creci¨® sin planificaci¨®n urban¨ªstica alguna, con zonas residenciales que florec¨ªan como setas", reconoce el primer teniente de alcalde getafense y responsable del barrio, Gregorio Gordo (IU).

El futuro a?ade velocidad

Pero en las inmediaciones de estas casas tambi¨¦n han florecido otras construcciones de signo bien distinto. Ah¨ª est¨¢n la incineradora de Valdeming¨®mez, tres depuradoras junto al r¨ªo Manzanares y un a planta de tratamiento de Iodos al aire libre con una superficie de m¨¢s de un centenar de hect¨¢reas. Los planes de las distintas administraciones tampoco auguran un futuro mucho mejor: Perales sumar¨¢ a su paisaje el supervertedero que el Ayuntamiento de Madrid ha adjudicado a los Albertos, adem¨¢s del by-pass (enlace) entre el AVE de Sevilla y la futura l¨ªnea de alta velocidad con Barcelona.Todas estas instalaciones tienen un denominador com¨²n: las padecen los perale?os, pero se yerguen al otro lado de la frontera municipal, en terrenos del Ayuntamiento de Madrid. La secadora de Iodos, por ejemplo, queda a unos ocho kil¨®metros de las primeras casas de Vallecas y a tres de Perales, que es donde terminan soportando sus efluvios. Con los mosquitos, en el periodo estival, sucede exactamente lo mismo. Tanto, que los vecinos tienen por norma encerrarse en sus domicilios en los meses de verano para guarecerse del hedor y las picaduras.

Jos¨¦ Luis Ca?o, portavoz de Nuevo Perales -la asociaci¨®n vecinal que ha presentado fa querella contra los tres pol¨ªticos mencionados-, aporta una teor¨ªa audaz: "Hay estudios que demuestran c¨®mo el ruido provoca desequilibrios ps¨ªquicos. Seguro que aqu¨ª tambi¨¦n han aumentado las depresiones, y sin duda los roces familiares, por culpa de estas pestilencias".

Ca?o lleg¨® a Perales, como tantos otros, al reclamo de aquellas viviendas coquetas y baratas que iban a construirse ah¨ª donde, hasta entonces, crec¨ªa la cebada. "Nadie me advirti¨® del problema ni yo advert¨ª ning¨²n olor. Esto empez¨® a convertirse en una inmensa cloaca hace unos seis a?os", rememora. Por contra, el consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, ha sostenido durante la semana que las plantas de lodo se instalaron "cuando no hab¨ªa viviendas en las cercan¨ªas".

?C¨®mo solucionar los males de Perales? Con tiempo y buena voluntad, como m¨ªnimo. Porque la fetidez propia del lugar se mezcla con una batalla pol¨ªtica muy evidente. Getafe, gobernado por el PSOE e IU, aprovecha para cargar las tintas contra los ejecutivos del PP. "No han tenido recato en seguir acumulando porquer¨ªa en la zona", sentencia el edil de Medio Ambiente, Joaqu¨ªn Jim¨¦nez Yuste (IU). En cambio, su hom¨®logo en la capital, Adriano Garc¨ªa Loygorri, y el propio ?lvarez del Manzano han insistido en tachar de "absolutamente falsa" la imputaci¨®n de que a las aguas del Manzanares se vierten residuos t¨®xicos y peligrosos.

Mayor Oreja ha adoptado un tono conciliador ("comprendo que Perales haya acudido a la v¨ªa de la denuncia", lleg¨® a declarar), pero avisa que no puede obrar milagros: subsanar el tufo perale?o cuesta del orden de 3.000 millones de pesetas, y una cantidad as¨ª "no se puede improvisar en seis meses", advirti¨® a Europa, Press.

Mientras llega el entendimiento, el dinero o, en el peor de los casos, las sentencias judiciales, los 5.000 vecinos de Perales habr¨¢n de seguir coexistiendo con los aromas que les quiera acercar el viento sur.

El Ayuntamiento de Getafe, que durante a?os los ignor¨® con inversiones m¨ªnimas y anuncios solemnes de que los problemas medioambientales llegaban a su fin, proclama ahora su adhesi¨®n "firme y decidida" a la causa perale?a. Los interesados aprietan los dientes: gastan sus ahorros en dobles ventanas y aparatos de aire acondicionado para atrincherarse en las viviendas, dan largas a las visitas -"nos da verg¨¹enza que vengan a vernos con este olor"- y hacen votos por dejar, alg¨²n d¨ªa, de ser los apestados del r¨ªo.