Huelga y sabotaje

LOS SINDICATOS de camioneros franceses tienen perfecto derecho a ir a la huelga para defender sus reivindicaciones, ya sean salariales o de cualquier otro tipo. A lo que no tienen derecho, ni ellos ni ning¨²n otro sindicato, ni espa?ol ni franc¨¦s, ni de ning¨²n sitio, es a convertir sus huelgas reivindicativas en actos de sabotaje y agresi¨®n a trabajadores no implicados en dicha huelga; en este caso, a los camioneros espa?oles y de otros pa¨ªses que circulan por las carreteras francesas.Por desgracia, en Francia se ha convertido en un h¨¢bito dar patadas al Gobierno de Par¨ªs en trasero ajeno. Y el trasero golpeado es, con muy irritante frecuencia, el de los intereses espa?oles. Todo parece indicar que, pese a acuerdos entre una patronal minoritaria y algunos sindicatos, nos hallamos ante un nuevo bloqueo de las carreteras francesas por parte de los camioneros franceses. De no producirse r¨¢pidamente un acuerdo entre todas las fuerzas representativas del sector, incluida la patronal mayoritaria UFT y los principales sindicatos, dicho bloqueo puede volver a provocar inmensos perjuicios econ¨®micos a amplios sectores de la econom¨ªa espa?ola.

Por ello, las autoridades francesas est¨¢n obligadas a tomar las medidas necesarias para garantizar el libre tr¨¢nsito y la seguridad de los camioneros espa?oles. La huelga de noviembre de 1996 tuvo efectos catastr¨®ficos para los intereses espa?oles y de otros pa¨ªses europeos. Par¨ªs debe garantizar que no se repita aquella situaci¨®n. Y Bruselas, a prestar atenci¨®n al conflicto.