Yeltsin busca en China un contrapeso a la hegemon¨ªa mundial de EE UU
Bor¨ªs Yeltsin inicia hoy un viaje a Pek¨ªn con el que pretende convertir en amistosas unas relaciones que durante siglos han estado marcadas por la hostilidad y la desconfianza. Tanto el l¨ªder ruso como el chino, Jiang Zemin, han convertido el pragmatismo en su principal ideolog¨ªa y aspiran a cimentar una "alianza estrat¨¦gica", basada en la estabilidad y el beneficio mutuo, y a establecer un contrapeso al mundo unipolar -con EE UU como poder hegem¨®nico- surgido de la ca¨ªda del comunismo y la desintegraci¨®n de la URSS.
La visita estar¨¢ marcada inevitablemente por el viaje que Jiang Zemin acaba de efectuar a Estados Unidos y que, en tan s¨®lo 10 d¨ªas, ha dado un vuelco espectacular a una relaci¨®n conflictiva. Tambi¨¦n en Estados Unidos se acord¨® una alianza estrat¨¦gica que se basar¨¢ en la cooperaci¨®n econ¨®mica y que interesa tanto a los chinos, en pleno proceso de modernizaci¨®n de su econom¨ªa, como a los norteamericanos, que ven con codicia un mercado potencial, como el chino, de 1.200 millones de consumidores.El l¨ªder del Kremlin busca en Asia una dimensi¨®n de su pol¨ªtica exterior a la que le obliga la situaci¨®n geogr¨¢fica de su pa¨ªs y que le permitir¨ªa compensar la sensaci¨®n de estrangulamiento que producen en Rusia los planes de ampliaci¨®n de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) a sus antiguos pa¨ªses sat¨¦lites de la Europa del Este.
El encuentro de Yeltsin el pasado fin de semana, en la ciudad siberiana de Krasnoyarsk, con el primer ministro japon¨¦s, Riutaro Hashimoto, ten¨ªa el mismo objetivo. En esa ocasi¨®n se acord¨® un amplio plan de cooperaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica e incluso militar con la guinda de la promesa de firmar un tratado de paz en el a?o 2000, lo que significar¨ªa un pacto hist¨®rico previo en el contencioso sobre las islas Kuriles.
Problema fronterizo
China, el pa¨ªs vecino tantas veces enemigo y tan pocas aliado, no s¨®lo comparte con Rusia la necesidad de parar los pies a Estados Unidos, cuyas cr¨ªticas al trato que da Pek¨ªn a los disidentes estima inadmisibles, sino tambi¨¦n el hecho de tener al otro lado de una frontera de 4.300 kil¨®metros -eran m¨¢s de 7.000 en tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica- el campo natural para la expansi¨®n de la econom¨ªa rusa.Tal vez por ello, el acuerdo de mayor significaci¨®n que se espera de la visita de Yeltsin a China sea la firma de un documento pol¨ªtico que sellar¨¢ el fin del proceso de delimitaci¨®n de la frontera entre los dos Estados. Ser¨¢ la consecuencia l¨®gica del pacto de no agresi¨®n al que el l¨ªder del Kremlin y presidente chino llegaron en abril del pasado a?o en la ciudad china de Shanghai, junto a los l¨ªderes de las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas vecinas de China: Kazajst¨¢n, Kirguizist¨¢n y Tayikist¨¢n.
Justo un a?o m¨¢s tarde, esta vez en Mosc¨², los mismos presidentes suscribieron un acuerdo de desmilitarizaci¨®n de las zonas fronterizas y de adopci¨®n de medidas de confianza mutua.
El compromiso conviene tanto a Rusia como a China, deseosas ambas de zanjar un contencioso que incluso les llev¨® a una miniguerra fronetriza en 1969, pero interesadas tambi¨¦n en que haya estabilidad en Asia central, amenazada por las convulsiones que siguieron a la extinci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y que, en un pa¨ªs concreto, Tayikist¨¢n, incluso degeneraron en conflicto b¨¦lico abierto. Superado este obst¨¢culo, el pa¨ªs m¨¢s extenso -Rusia- y el m¨¢s poblado del planeta -China- podr¨¢n dedicarse sin interferencias a lo que realmente les importa: hacer negocios.
Los intercambios comerciales son casi rid¨ªculos para el potencial y la dimensi¨®n de ambos pa¨ªses: apenas 7.000 millones de d¨®lares al a?o -en torno al bill¨®n de pesetas-, pero se pretende que llegue a los 20.000 millones de d¨®lares para finales de siglo.
Arkadi Volski, presidente de la Uni¨®n de Empresarios Rusos, se?ala, casi con verg¨¹enza, que s¨®lo 2.000 de las 200.000 empresas mixtas implantadas en China tienen socios rusos.
Central nuclear
El viaje del presiente ruso impulsar¨¢ tambi¨¦n proyectos clave como el de la construcci¨®n por Rusia en Lianungang de una central nuclear con dos reactores de agua ligera.Los expertos de los pa¨ªses han trabajado a marchas forzadas para que el contrato est¨¦ listo para su firma en Pek¨ªn, y el ministro de Energ¨ªa Nuclear, V¨ªktor Mij¨¢ilov, acompa?ar¨¢ a Yeltsin en su viaje, junto al primer vicejefe de Gobierno, Bor¨ªs Nemtsov, y los titulares de Exteriores, Yevgueni Primakov, y de Relaciones Econ¨®micas y Comerciales, Mija¨ªl Fradkov. Mij¨¢ilov asegura que el acuerdo ha sido posible "pese a los intentos de obstrucci¨®n norteamericanos". T¨¦cnicos rusos construyen tambi¨¦n una planta de enriquecimiento de uranio.
Tan importante quiz¨¢s como este proyecto es el de la construcci¨®n de un gasoducto de 3.000 kil¨®metros que llevar¨¢ el gas natural siberiano desde el yacimiento de Kovitka, en la regi¨®n de Irkutsk, hasta la provincia china de Shangdong, pasando por Mongolia y con la posibilidad de que entre los destinatarios finales est¨¦n tambi¨¦n Jap¨®n y Corea del Sur.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.