Olano se toma vacaciones y Pantani intenta engordar
Los derrotados del pasado Tour cambian de h¨¢bitos pensando en dar la batalla a Ullrich en 1998
Objetivo: Ullrich. Olano (cuarto del ¨²ltimo Tour y nunca en condiciones de ser una oposici¨®n seria al alem¨¢n) ha aprendido de sus errores, ha pagado con creces su estreno como l¨ªder del Banesto y ha dado una vuelta completa a sus costumbres. Se ha tomado unas vacaciones dignas de ese nombre por primera vez en su carrera, se extirpar¨¢ las am¨ªgdalas y empezar¨¢ a comer con sensatez vigilado por un dietista. Tambi¨¦n cambiar¨¢ de m¨¦dico, dejar¨¢ por fin al controvertido Michele Ferrari para seguir los planes de entrenamiento de I?aki Arrat¨ªbel, el fisi¨®logo de sus primeros a?os, y de Jes¨²s Hoyos, el m¨¦dico del equipo. Partir¨¢ de cero y mucho m¨¢s tranquilo en 1998.
Pantani (tercero, exhibicionista en la monta?a pero nunca con capacidad para limitar el desgaste en las contrarreloj) intentar¨¢ la cuadratura del c¨ªrculo: seguir siendo el ¨²nico escalador puro al tiempo que, a base de ganar kilos en forma de musculatura, dejar de perder tiempo a chorros en las contrarreloj. Los ciclistas se mueven. No se conforman. Anuncian un 1998 diferente.
Luna de miel en Nueva York
En su casa, cuando volvieron del viaje, se encontraron con que hab¨ªa llegado un paquete remitido por el Tour de Francia. Contiene un v¨ªdeo, un CD Rom y el dossier del Tour 98. Todav¨ªa no lo ha abierto. "No quiero mirarlo todav¨ªa", dice Abraham Olano "Lo principal sigue siendo descansar". A mediados de noviembre y pensando as¨ª, ?qui¨¦n lo iba a decir del ciclista m¨¢s met¨®dico, del m¨¢s obsesivo? ?Ninguna curiosidad por conocer el terreno de su gran desaf¨ªo del pr¨®ximo a?o!Es un nuevo Olano el que quiz¨¢s vio la luz el 12 de septiembre Su abandono en la Vuelta en medio de las Alpujarras, camino de Sierra Nevada, fue su ca¨ªda del caballo camino de Damasco. Hab¨ªa llegado a un punto l¨ªmite, estaba cansado, no pod¨ªa dar una pedalada m¨¢s. Le analizaron todo lo analizable, le revisaron de arriba a abajo, y llegaron a una conclusi¨®n: al margen de cualquier problema f¨ªsico, que lo hab¨ªa, lo que ten¨ªa el ciclista guipuzcoano era un total agotamiento ps¨ªquico, una tensi¨®n permanente, era un hombre agobiado. Si segu¨ªa as¨ª, se destrozar¨ªa. Ten¨ªa que hacer un par¨¦ntesis, olvidarse de todo, alejarse de la bicicleta y de la tentaci¨®n de volverse a, subir durante un tiempo. Ten¨ªa que tomarse unas largas vacaciones, viajar lejos, a un mundo donde no se le conociese.
Fue entonces cuando Karmele, su muje, record¨® que a¨²n no hab¨ªan hecho su luna de miel, y se hab¨ªan casado hace tres a?os. "Despu¨¦s de la boda (el 15 de octubre) solamente estuvimos juntos de s¨¢bado a lunes", dice Karmele. "Tony Rominger le llam¨® para que le ense?ara a andar en pista para batir el r¨¦cord de la hora y ¨¦l se fue a Burdeos. Yo me qued¨¦ sola en casa". "S¨ª, pas¨¦ mi luna de miel con Tony", se r¨ªe Olano.
En 1995, el a?o de su coronaci¨®n mundial en Duitama, las vacaciones fueron un viaje compartido con otra pareja, siete d¨ªas en Canc¨²n acompa?ados por su amigo Manuel Fern¨¢ndez Gin¨¦s, el ciclista granadino, y su mujer. Era una promesa-apuesta que le hab¨ªa hecho a su compa?ero de habitaci¨®n cuando nadie, s¨®lo ¨¦l, pensaba que pod¨ªa ganar el Mundial colombiano.
"Y el a?o pasado nos fuimos a un crucero de una semana, pero hubo un temporal de cuatro d¨ªas que me los pas¨¦ mareada y vomitando". Nada m¨¢s, ning¨²n d¨ªa m¨¢s solos y desconectados de un oficio que absorbe todo aquello que toca.
El a?o del ciclista es largo. 100 d¨ªas de competici¨®n y otros tantos, o m¨¢s, de duro entrenamiento. Corriendo hasta primeros de noviembre, con crit¨¦riums y todo, un par de semanas de descanso y vuelta al entrenamiento. Y Olano, que es de los obedientes y disciplinados, de los de la escuela del entrenamiento como madre de la buena forma, no dejaba pasar ni un d¨ªa sin cumplir con lo estipulado por su entrenador, Michele Ferrari, as¨ª lloviera, tronara o el cuerpo no le respondiera. Hasta este oto?o, en que las vacaciones dejar¨ªan de ser un par¨¦ntesis obligado para convertirse en una necesidad vital. O c¨®mo no s¨®lo la bicicleta da placer.
?Una luna de miel! "Ha sido fant¨¢stico", dice Olano de sus tres semanas en Am¨¦rica. Un circuito por Nueva York, Toronto, las cataratas del Ni¨¢gara, Washington y Filadelfia con una traca final en las playas de Canc¨²n. Mientras, en San Sebasti¨¢n, al lado de su casa, se corr¨ªan los mundiales, uno de los grandes objetivos a comienzos de temporada de Olano. Unas carreras de las que ni se enter¨®. "Leyendo el New York Times, un d¨ªa desayunando", dice Karmele, "nos enteramos de que Jalabert hab¨ªa ganado el Mundial contrarreloj. Dijimos 'jop¨¦' y nada m¨¢s. Fue todo el contacto que tuvimos con el Mundial". Eso s¨ª que es desconectar. Hasta se olvid¨® de pasar hambre; volvi¨® a recordar que al mediod¨ªa tambi¨¦n se come. Y pese a todo, s¨®lo engord¨® unos tres kilos. "Fuimos a eso y creo que lo conseguimos", dice Olano. "Han sido unas vacaciones que he cogido muy a gusto".
Y ah¨ª est¨¢, a 10 de noviembre y sin haberse subido todav¨ªa en la bicicleta, casi mes y medio despu¨¦s de la ¨²ltima vez, el mayor lapso de su carrera. Disfrutando de unos d¨ªas en su casa, jugando a pala con sus hermanos y paseando. "Pero no crea, tengo monillo de bici", dice el ciclista. "Tengo que estar poni¨¦ndole el freno", dice su mujer, que parece la primera conversa. Ella, la que le animaba, la que sufr¨ªa contenta sus ausencias y su trabajo, sacrific¨¢ndose contenta para ayudarle a ¨¦l a sacrificarse con gusto; la que le acompa?aba en las concentraciones con una moto para que se ejercitara detr¨¢s de ella, la que cocinaba y hac¨ªa de todo; la que le acompa?aba a Italia a visitar la consulta del doctor Ferrari; ella, la primera convencida de que lo fundamental era la carrera del marido, ahora le ayuda a olvidarse de la bicicleta durante un tiempo; a olvidarse de tensiones, presiones y responsabilidad.
"A ver si empiezo a pasear suave,suave..." termina Olano. Despu¨¦s, nataci¨®n, tambi¨¦n suave, suave, gimnasio y musculaci¨®n y mountain bike por el bosque. Como si fuera una cura de desintoxicaci¨®n. Que de eso se trataba. ?O no?
C¨®mo ganar cinco kilos
Indur¨¢in: 1,88 metros y,80 kilos; Pantani: 1,72 metros y 56 kilos. Dos casos extremos. Un asunto de potencia: 600 watios frente a 450. Si para Indur¨¢in pesar 10 kilos m¨¢s que los escaladores medios y 20 m¨¢s que los puros supon¨ªa un esfuerzo suplementario en la monta?a para estar a su altura, para Marco Pantani pesar 15 kilos menos que los grandes rodadores (UlIrich, Z¨¹lle, Olano) supone una p¨¦rdida segura de varios segundos por kil¨®metro en las contrarreloj, m¨¢s de los que su delgadez puede contrarestar en la monta?a.?sas son las cuentas que hace el m¨¢s espectacular de los escaladores. C¨¢lculos que le han llevado a tomar una decisi¨®n espectacular. Si las grandes cilindradas -Indur¨¢in, Olano, Riis, UlIrich- adelgazaron para poder estar a la altura en la monta?a, ¨¦l, el ¨¢gil ¨¢ngel de las arrancadas imposibles sobre paredes del 11%, engordar¨¢ para poder estar a su altura en las contrarreloj, o, por lo menos, para no perder tanto tiempo. "Si quiero ganar un Tour como el del 98 [116 kil¨®metros contrarreloj y s¨®lo dos llegadas en alto] tendr¨¦ que arriesgarme a engordar cinco kilos, musculando en el gimnasio, para aumentar mi potencia, esperando al mismo tiempo conservar mi gran capacidad en subida", ha declarado en La Gazzetta dello Sport.
"Ser¨ªa una gran ganancia para las contrarreloj", dice Jes¨²s Hoyos, m¨¦dico y preparador del Banesto. "Ganar¨¢ fuerza, aunque luego en Alpe d'Huez, por ejemplo, no podr¨¢ sacar tanto a los dem¨¢s". "Ganar¨¢ fuerzade pedaleo", dice I?aki Arrat¨ªbel, m¨¦dico y preparador de Olano. "En el fondo, todo viene de la relaci¨®n peso/potencia y cuando el peso se gana en musculatura, sale ganando siempre la ganancia de fuerza".
Traici¨®n, pueden gritar los puristas. El propio Pantani, incluso. El mayor orgullo del escalador calvo es el de sentirse solo por delante de los dem¨¢s, el sentirse ¨²nico en su g¨¦nero. Todo ello, impulsado por una fuerza que nace de su tremenda agilidad para mover peque?os desarrollos en lo m¨¢s duro de las pendientes, dar el hachazo y ser capaz de mantener el ritmo. Sin embargo, si hipertrofia su peque?a musculatura, si desarrolla sus cu¨¢driceps, deber¨¢ cambiar de forma de subir, ser¨¢ uno m¨¢s de los que suben a base de potencia. Deber¨¢ asimilar el nuevo estilo, superar la sensaci¨®n de tener las piernas hinchadas, que a muchos que han seguido el mismo camino, les ha impedido desarrollar tal potencial en movimiento. Dejar¨¢ de ser el Pantani espectacular e imprevisible que ha logrado forjarse una leyenda.
Pero s¨®lo en teor¨ªa. Pantani calcula que con cinco kilos de m¨²sculos de m¨¢s, lograr¨ªa una ganancia de tres segundos por kil¨®metro en las contrarreloj. Con relaci¨®n a Ullrich, el pasado Tour (125 kil¨®metros contrarreloj) perdi¨® 8m 21s en las pruebas cronometradas, es decir, cuatro segundos por kil¨®metro. As¨ª, que si su plan funciona, en 1998 (117 kil¨®metros contrarreloj) s¨®lo perder¨¢ dos minutos. Y aun as¨ª, tampoco las cuentas le salen. Pantani, tercero en el ¨²ltimo Tour, acab¨® a l4m 3s de Ullrich. No s¨®lo perdi¨® tiempo en las contrarreloj, tambi¨¦n lo perdi¨® (3m 48s) en el llano -ca¨ªdas y cortes imprevistos- y tambi¨¦n, s¨ª, tambi¨¦n, en la monta?a, donde, pese a ganar a lo grande y en solitario dos etapas (Alpe d'Huez y Morzine), cedi¨® en total dos minutos al alem¨¢n.
As¨ª, ?qu¨¦ sentido tiene el nuevo Pantani? Si se supone que mejorar en las contrarreloj le har¨¢ perder en la monta?a, ?d¨®nde piensa ganar el Tour?
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