Izquierdas

Algunos seguidores del en otro tiempo llamado Real Club Deportivo Espa?ol, hoy Real Club Esportiu Espanyol, se plantean dejarlo en Ol¨ªmpic de Barcelona, bonita denominaci¨®n que evoca la arqueolog¨ªa del balompi¨¦. Ignoro c¨®mo acabar¨¢ esta historia, pero me sugiere que las denominaciones de todas las izquierdas de Espa?a debieran pasar por un periodo de observaci¨®n de conducta que evaluara la relaci¨®n entre la denominaci¨®n y la doctrina, el continente y el contenido, la forma y el fondo. Las izquierdas espa?olas realmente existentes viven de los ahorros hist¨®ricos y electorales, y ninguna de ellas se ha adaptado al nuevo desorden nacional e internacional provocado por la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Desde la ¨¦tica de la responsabilidad con el consumidor de las izquierdas realmente existentes, PSOE, IU, PDI, IC, y todas las dem¨¢s deber¨ªan disolverse durante un periodo breve, a convenir, reflexionar sobre lo que ofrecen y adaptar la denominaci¨®n y el lenguaje a la oferta real.Hoy por hoy las izquierdas son referentes desorientadores endog¨¢micos, mantenidos por el inter¨¦s de sus aparatos, desquiciados ante la posibilidad de su no funci¨®n en la sociedad y en la historia. En dura competencia contra el programa de Lobat¨®n Qui¨¦n sabe d¨®nde, los clubes de f¨²tbol m¨¢s populares y los cantantes de rock m¨¢s cr¨ªticos, los negocios de izquierda operantes en Espa?a ni saben ni contestan a las necesidades de transformaci¨®n social objetivas, detectables a partir de cualquier inventarlo de injusticias comprobables. Si bien no llegan a ajustar su comportamiento a los dictados de los sondeos de opini¨®n en la medida en que lo hace la derecha, estas izquierdas no metabolizan lo nuevo y deber¨ªan dejar paso a una catarsis de abajo arriba que permitiera sublimar nuevas formaciones y nuevos dirigentes no contaminados por el s¨ªndrome de Robins¨®n: hacerse caba?as con restos de naufragios.