La piedra y la mano
Hoy comparece ante la comisi¨®n mixta Congreso-Senado de relaciones con el Tribunal de Cuentas la presidenta de esa instituci¨®n, Milagros Garc¨ªa Crespo, para aclarar las incertidumbres creadas en torno al informe sobre la Exposici¨®n Universal de Sevilla de 1992. Hace diez d¨ªas la agencia Efe -una empresa paraestatal controlada por el Gobierno- adelant¨® de manera tan sesgada como confusa unas conclusiones de ese documento muy adversas para los socialistas. Aunque Milagros Garc¨ªa Crespo declar¨® pocas horas despu¨¦s que el informe no denunciaba hechos delictivos, el circuito de los rebotes maliciosos dentro de los medios de comunicaci¨®n progubernamentales ya hab¨ªa iniciado su andadura. Al d¨ªa siguiente El Mundo titulaba a cuatro columnas: "El Tribunal de Cuentas detecta graves indicios de corrupci¨®n en la Expo 92". A partir de ese momento, los columnistas y tertulianos del equipo habitual compitieron en gracejo para comentar el nuevo esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de los socialistas.No es aventurado suponer que la empresa paraestatal y el peri¨®dico oficioso del PP manipularon a sabiendas el informe del Tribunal de Cuentas sobre la Expo: la agencia Efe incluso retuvo durante cierto tiempo la noticia del desmentido de Milagros Garc¨ªa Crespo. Los posteriores deslizamientos de los portavoces gubernamentales desde las imputaciones delictivas por corrupci¨®n hacia las acusaciones administrativas por irregularidades contables y las cr¨ªticas morales por despilfarro han sido tan s¨®lo una maniobra poco gallarda para salvar la cara; aunque la Expo -la candidatura fue presentada por un Gobierno de UCD y Olivencia fue su comisario hasta 1991- hubiese sido una derrochadora ceremonia de potlatch, las costumbres dispendiosas no son habitualmente delitos.
Al igual que puede ocurrir en cualquier otro acontecimiento -pasado o presente- financiado con recursos p¨²blicos, no cabe descartar que se hayan producido casos de corrupci¨®n en la Expo. Pero habr¨¢ que probarlos. Tampoco la honradez personal de los directivos de la Expo (avalada hasta el momento por la presunci¨®n de inocencia favorable a todos los gestores de fondos presupuestarios -incluidos los miembros de la actual Administraci¨®n mientras no se demuestre lo contrario) servir¨ªa a los socialistas para evadir sus responsabilidades por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que salpicaron sus trece a?os de gobierno: desde la financiaci¨®n ilegal del PSOE a trav¨¦s de Filesa hasta los casos de Luis Rold¨¢n, Gabriel Urralburu o Mariano Rubio, pasando por el gansteril reparto de fondos reservados entre los altos cargos del Ministerio del Interior. Pero el dicho seg¨²n el cual quien hace un cesto hace ciento s¨®lo expresa la poca fe del refranero en la condici¨®n humana; y en este caso, adem¨¢s, la esperanza de que todos los militantes del PSOE sean ontol¨®gicamente corruptos.
En cambio, la cazurra condena aldeana a quienes tiran la piedra y esconden la mano cuadra a la perfecci¨®n con este episodio. Los dirigentes del PP recurrieron el pasado enero a ese ventajista procedimiento cuando afirmaron que el Gobierno de Gonz¨¢lez hab¨ªa perdonado 200.000 millones de deuda tributar¨ªa a sus amiguetes: una acusaci¨®n no retirada todav¨ªa por Aznar, pese a que una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria (con participaci¨®n de los diputados del PP) rechaz¨® hace meses esa imputaci¨®n y el juez Garz¨®n acaba de sobreseer un sumarlo sobre ese asunto. La agencia Efe sigue expeliendo tinta de calamar para negar que haya manipulado noticias sobre el informe del Tribunal de Cuentas. Un portavoz parlamentario del PP llamado Ram¨®n Aguirre exige a los socialistas que reintegren las cantidades robadas si quieren ser perdonados: "S¨®lo les queda devolver todo el dinero p¨²blico que se han llevado". ?No ser¨ªa mas adecuado que la agencia Efe y ese parlanch¨ªn diputado popular pidieran disculpas a la opini¨®n p¨²blica por sus maliciosos comportamientos?
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