El Celta fue m¨¢s equipo revelaci¨®n
Una tras otra van cayendo las victorias en Bala¨ªdos. Rivales de todo pelaje han pasado. por Vigo, y todos han salido con id¨¦ntico saldo: de vac¨ªo. Y el Celta venga a sumar puntos y a subir puestos en la clasificaci¨®n. Es algo m¨¢s que una circunstancia el lugar en las alturas que ahora ocupa, porque ayer el Mallorca le sec¨® la garganta. Le desesper¨®, se dir¨ªa, pero insistieron los de Irureta y acabaron por encontrar lo que buscaron. Tambi¨¦n le demostraron a los de C¨²per que, al menos hasta el momento, la aut¨¦ntica revelaci¨®n del campeonato hay que buscarla en Vigo.El Mallorca fue en Bala¨ªdos un equipo muy agrupado, con las l¨ªneas muy juntas, eficaz en la presi¨®n y con una salida agresiva. Pronto le hizo entender al Celta que le iba a ser dif¨ªcil sorprenderlo en un contraataque y que iba a ser cuesti¨®n de paciencia. La propuesta dio lugar a un partido de ocasiones muy seleccionadas. Hubo pocas, pero todas claras. Tambi¨¦n fue un choque repleto de detalles: la salida de los isle?os por la banda, la habilidad de los 22 para manejarse en tan corto espacio o la fuerza con que todos acudieron a los balones divididos.
El Mallorca, peligroso
Fue por los dos costados por donde busc¨® el Mallorca los errores del Celta, y lo cierto es que se convirti¨® en el equipo m¨¢s peligroso que esta temporada ha pasado por Bala¨ªdos.El Celta tuvo m¨¢s insistencia tras la reanudaci¨®n, pero durante minutos y minutos se encontr¨® con el desesperante orden del Mallorca. En defensa, el equipo de H¨¦ctor C¨²per juega de memoria, y dejaba menos opciones tras la reanudaci¨®n porque se estaba ilusionando con la posibilidad de llevarse un punto. Pero empez¨® a trabajar Karpin. El ruso se ech¨® el equipo sobre sus hombros. Irureta le tendi¨® una mano a los suyos con un cambio de los que no acostumbran t¨¦cnicos que gastan fama como la suya: retir¨® a un centrocampista de corte defensivo como Caires y dio entrada a S¨¢nchez.
El Mallorca hizo el resto al cometer el ¨²nico error del partido: una salida en falso de Kike y el noruego Eggen empuj¨® el bal¨®n a la red. Bala¨ªdos se derriti¨® de placer. De ah¨ª al final, al Celta s¨®lo le rest¨® congelar la pelota y esperar. La sexta victoria en casa lo tiene tan arriba que el celtismo se retuerce de felicidad.
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