El Madrid sigue agarrado a Morientes
Dos goles del delantero proporcionan una laboriosa victoria ante el Compostela
Morientes sigue ganando cr¨¦dito en su duelo particular con Suker. Dos apariciones del joven delantero abrieron anoche en Santiago el camino de la victoria para un Madrid que se top¨® con un rival atrevido y perseverante, que luch¨® por su suerte hasta el suspiro final. Morientes no necesita deslumbrar. Consume minutos medio perdido en el ¨¢rea, pero el primer bal¨®n que le llega lo convierte en gol. El oportunismo del ex zaragocista y una vehemente salida tras el descanso permitieron al Madrid contrarrestar el empuje de un Compostela que amenaz¨® el resultado en todo momento.El partido salud¨® al p¨²blico a ritmo vertiginoso. A ello contribuy¨® decisivamente la actitud del Compostela, esa insolencia que suele mostrar siempre ante los equipos de fuste. Fernando V¨¢zquez no abjura f¨¢cilmente de su c¨®digo y anoche volvi¨® a salir a pecho descubierto ante el Madrid: con la defensa cerca del c¨ªrculo central y la primera l¨ªnea de presi¨®n encima de los zagueros visitantes. Antes de que se cumpliese el primer minuto, Ohen ya hab¨ªa sobresaltado la garita de Ca?izares. El Madrid respondi¨® de modo fulminante, con una irrupci¨®n en diagonal de Ra¨²l que ¨¦ste no pudo culminar ante Ponk. Pic¨® el bal¨®n con suavidad, pero le falt¨® precisi¨®n, y su remate acarici¨® el poste.
El partido tard¨® en remansarse y el p¨²blico disfrut¨® de un cuarto de hora de alegr¨ªa, de f¨²tbol vertical y abierto. El Madrid fue el primero en apagarse, incapaz de seguir la vitalidad del Compostela. La presi¨®n le despoj¨® de la pelota, de modo muy especial a Redondo, y el poder¨ªo atacante del Madrid se redujo a los balones abiertos al ¨¢rea desde los costados y a los lanzamientos de falta. El Compostela sigui¨® una tendencia opuesta y sus amenazas comenzaron a cobrar verosimilitud. Chiba y Jos¨¦ Ram¨®n sembraron de llamas las dos bandas y Penev, siempre combativo e inteligente, obligaba a los centrales madridistas a no desatender la vigilancia. El premio a esta fase de poder¨ªo gallego pudo llegar en el minuto 29, pero el excelente cabezazo de Ohen, ante el que Ca?izares no supo hacer nada, se fue a la madera.
El Madrid, que hasta entonces ni siquiera hab¨ªa sido capaz de descubrir el abultado hueco que el atrevimiento compostelano brindaba a Ra¨²l por la banda izquierda, se fue rehaciendo gracias a la perseverancia de Redondo, el referente de su juego. La pelota regres¨® al cesto madridista y pronto el Compostela comenz¨® a pagar su osad¨ªa. La primera indecisi¨®n de la defensa gallega al tirar el fuera de juego estuvo a punto de costarle un gol, pero Seedorf no supo resolver el mano a mano ante su compatriota Ponk. A la siguiente ocasi¨®n, s¨®lo un minuto despu¨¦s, el Madrid prescindi¨® de advertencias. Morientes se adelant¨® otra vez a la salida de la defensa gallega y, antes de que Ponk se le echase encima, inaugur¨® el marcador.
Como el s¨¢bado en Santander, el inesperado rival de Suker sali¨® de un anonimato de muchos minutos para resolver con precisi¨®n la primera jugada de gol que se le presentaba. Morientes, escorado hacia la derecha salv¨® a Ponk con una semivaselina. Su ejecuci¨®n pareci¨® sencilla, aunque la jugada entra?aba cierta dificultad. Fue un golazo.
Lo mejor del Madrid lleg¨® tras el descanso. El equipo de Heynckes prescindi¨® de cualquier tentaci¨®n especulativa y se ech¨® al c¨¦sped con el prop¨®sito su culminar la estocada de Morientes. No tard¨® mucho en lograr sus objetivos. El protagonista volvi¨® a ser el mismo. Esta vez Morientes no necesit¨® ning¨²n alarde, le bast¨® con estar en el lugar oportuno para ensartar un estupendo centro de Guti, cuyo segundo tiempo sirvi¨® para reivindicar m¨¢s minutos de juego.
Empuje final
A partir de ese momento, el Compostela se desboc¨® y el partido perdi¨® academicismo pero gan¨® emotividad. En situaciones l¨ªmite, el coraz¨®n es siempre la ¨²ltima esperanza. M¨¢s por empuje que por f¨²tbol el Compostela logr¨® reducir distancias, aunque el aspecto m¨¢s peligroso de esa actitud alocada lo padeciese instantes despu¨¦s, cuando una concesi¨®n defensiva proporcion¨® a Mijatovic el tercer gol.Ni con ¨¦sas claudic¨® el Compostela. Su segundo tanto fue todo un homenaje a s¨ª mismo de Penev, un futbolista que ha resucitado en un lugar que muchos aventuraban como su exilio dorado. El b¨²lgaro atrap¨® el bal¨®n, se fue de todo el mundo por clase y por fiereza, logr¨® hilvanar una apurada pared con Ohen y atraves¨® a Ca?izares. La obstinaci¨®n del Compostela lleg¨® a amedrentar al Real Madrid, que acab¨® el partido achicando balones en su ¨¢rea hasta lograr su laborioso triunfo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.