Zedillo se enfrenta en M¨¦xico al primer gran pulso de la cohabitaci¨®n
La reci¨¦n estrenada cohabitaci¨®n mexicana se enfrenta desde ayer su bautismo de fuego: el debate de la ley del presupuesto para 1998, que se ha convertido en la primera gran batalla entre el Gobierno y la C¨¢mara de los Diputados, ahora controlada por la oposici¨®n. Los intentos por lograr consensos previos han fracasado y la lid promete ser intensa. Las fuerzas opositoras propugnan una reducci¨®n de las cargas fiscales y un incremento sustantivo del gasto social, lo que seg¨²n el Ejecutivo pondr¨ªa en peligro la recuperaci¨®n que experimenta M¨¦xico tras la brutal crisis de diciembre de 1994.
De hecho, lo que los legisladores van a someter a discusi¨®n, por primera vez en los 68 a?os de reinado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. En un extremo de la cuerda est¨¢ el presidente, Ernesto Zedillo, y su secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, art¨ªfices de la estrategia de austeridad que ha permitido salir al pa¨ªs de un cataclismo financiero derivado del endeudamiento excesivo, que tuvo como consecuencia una devaluaci¨®n de m¨¢s del 50% del peso frente al d¨®lar y un retroceso de la capacidad adquisitiva cercano al 30%.En el otro extremo se sit¨²an cuatro partidos, encabezados por el centroizquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) y el conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), que consiguieron arrebatar al PRI la mayor¨ªa absoluta en las elecciones legislativas del pasado 6 de julio gracias, en buena medida, a las promesas de modificar el modelo econ¨®mico y suavizar los rigores tributarios. En el ojo del hurac¨¢n est¨¢ el IVA, cuyo incremento del 10% al 15% min¨® considerablemente la popularidad del Gobierno.
Sin concesiones en impuestos
El pistoletazo de salida lo dio el martes el secretario de Hacienda al presentar formalmente a la C¨¢mara la ley del presupuesto. Como estaba previsto, no hubo concesiones en las cargas impositivas: los ingresos tributarios, argument¨® Ortiz, siguen dependiendo en un 40% del petr¨®leo, son vulnerables y est¨¢n muy mermados por la elevada evasi¨®n fiscal. Cada punto de reducci¨®n del IVA supondr¨ªa dejar de ingresar a las arcas estatales 5.000 millones de pesos (unos 90.000 millones de pesetas). Junto a ello, la propuesta del ley establece un d¨¦ficit p¨²blico del 1,25% del PIB y un aumento del gasto social de un 10,3% en t¨¦rminos reales.El Gobierno no piensa bajarse del carro de la disciplina fiscal, que ha permitido que la econom¨ªa mexicana tenga unas perspectivas de crecimiento cercano al 6,5% para este a?o y que haya resistido bien los huracanes financieros procedentes de Hong Kong.
As¨ª las cosas, las grandes propuestas de la oposici¨®n o no han sido tomadas en cuenta o han tenido un p¨¢lido reflejo en el documento oficial, a pesar de que en las frecuentes reuniones sostenidas con las autoridades financieras los cuatros partidos fueron rebajando el alcance de sus demandas, entre las que figuran, adem¨¢s de la reducci¨®n y redistribuci¨®n de impuestos, incrementos salariales o aumento de las partidas destinadas a Estados y municipios. Ser¨¢, pues, en la C¨¢mara donde se resuelva la partida, que exigir¨¢ del PRI toda su capacidad para buscar acuerdos. La ley debe ser votada antes del 15 de diciembre.
Las posiciones del Gobierno est¨¢n respaldadas por los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, cuyos r¨¢pidos pr¨¦stamos ayudaron a solventar la crisis. Las propuestas de la oposici¨®n cuentan con el apoyo de una poblaci¨®n empobrecida que no acaba de notar en sus bolsillos la recuperaci¨®n.
Zedillo ha pedido a la oposici¨®n que abandone "la demagogia" y ha advertido que convertir el presupuesto en "un inventario de buenos deseos" har¨ªa retroceder al pa¨ªs al tiempo del populismo, cuyas consecuencias a¨²n se, est¨¢n pagando. El PRD y PAN, por el contrario, creen que el Gobierno peca de intransigente y consideran que Zedillo no puede seguir sordo a las demandas de una sociedad muy castigada. Si para el presidente lo que est¨¢ en riesgo es la estabilidad del pa¨ªs, para los partidos lo que est¨¢ en juego es su credibilidad.
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