Desalmado
La vida humana que discurre en el autodenominado "primer mundo" se ha vuelto, en realidad, tan extra?a, tan inhumana, tan ajena a las realidades c¨®smicas y a los ritmos y ritos ancestrales de la propia existencia que cuando un ejecutivo de la pol¨ªtica desea manifestar su eficacia ante el jefe de turno, o ante la opini¨®n p¨²blica, no se le ocurre nada mejor que hacerlo destruyendo, arrasando. Es lo que se entiende hoy d¨ªa por "progreso".Pensemos en los concejales, en los consejeros de obras p¨²blicas de las distintas comunidades o en los ministros del ramo, y conste que digo todo esto en sentido gen¨¦rico, sin se?alar a nadie y sin hacer distingos pol¨ªticos. ?Recuerda alguno de estos honrosos espec¨ªmenes (con la honrosa excepci¨®n del se?or Bono en el apartado "jefes") el significado de palabras tales como "naturaleza", se le llenar¨ªa el alma de sinfon¨ªas pastorales contemplando un trozo de campi?a superviviente? A m¨ª me parece que no, y que por eso nos est¨¢n robando el paisaje conocido y consuetudinario, las vivencias pret¨¦ritas, las ra¨ªces, pero tambi¨¦n el futuro. En otras palabras, nos est¨¢n robando el alma, desalm¨¢ndonos.
Aqu¨ª, en Madrid, sabemos mucho de eso. Y los ¨¢rboles, tambi¨¦n. Son talados sin ton ni son para hacer t¨²neles y m¨¢s t¨²neles, aunque luego no hagan el t¨²nel ni repongan el ¨¢rbol, y este mismo olvido constituye un acto de horrorosa y contradictoria incompetencia, as¨ª como una dram¨¢tica paradoja, pues en realidad deber¨ªan practicarse t¨²neles para conservar intactos, en la superficie, los ¨¢rboles, la vida. Claro est¨¢ que otras veces se mueren ellos solitos. ?Por qu¨¦? Porque el subsuelo de Madrid es, cada vez en mayor medida, un mar (muerto) de hormig¨®n armado, y ellos necesitan tierra.
Quiz¨¢ todos estos pensamientos resulten todav¨ªa m¨¢s tristes en el oto?o, una estaci¨®n bella y nutricia, pero que ya lleva en s¨ª buenas dosis de melancol¨ªa. La fauna y la flora nos han reservado para esta ¨¦poca sus mejores preseas, y la lluvia despierta a¨²n entre algunos raros ejemplares de nuestra especie -a pesar de lo torpes que somos para estas cosas comparados con un mosquito o una rana, que siempre saben at¨¢vicamente lo que tienen que hacer- ¨ªntimos gozos. Por Navafr¨ªa y otras manchas boscosas de nuestra Comunidad vuelve a reproducirse el milagro anual de las setas, "las penas y las vaquitas se van por la misma senda", mugiendo ¨¦stas algo que bien podr¨ªa ser la versi¨®n vacuna del "perdona a tu pueblo, Se?or", y mientras tanto, aqu¨ª, en la capital, todo va agonizando. Nuestro desdichado parque del Oeste, sin ir m¨¢s lejos, con la muerte (del asfalto omnipresente y los orines sabatinos) en los talones.
En el paseo de la Florida nos han robado una de las perspectivas m¨¢s entra?ables de la ciudad que fue. La vieja y pr¨®cer estaci¨®n del Pr¨ªncipe P¨ªo, deshumanizada, parece un ectoplasma de s¨ª misma, el luengo muro decimon¨®nico que discurr¨ªa hasta Casa Mingo (y no digamos las emparradas casitas del otro lado) fue derruido, la panor¨¢mica del cerro est¨¢ siendo tapada por bloques de edificios de superlujo. Y los ¨¢rboles... M¨¢s vale no meneallo.
Da miedo leer la prensa, o¨ªr la radio, y no digamos ver la televisi¨®n. En el ahora emirato de Afganist¨¢n, los talibanes proh¨ªben a los ni?os echar la cometa, actividad l¨²dica y por ende pecaminosa, y a las ni?as, las pobres ni?as, y a sus madres, las pobres madres, les proh¨ªben todo. En los Estados Unidos de Am¨¦rica, espejo de ciudadanos y l¨ªder nuestro, los "guardianes de la fe", machos pero que muy remachos no m¨¢s, han decidido de pronto arrepentirse colectivamente de sus pecados. Su n¨²mero crece y crece, llenan estadios, piden perd¨®n, oran juntos, juntos proclaman su remordimiento. Han sido infieles a sus c¨®nyuges, mirado con lujuria revistas porno, qu¨¦ s¨¦ yo, y vienen a salvarnos. Dios nos coja confesados.
Aqu¨ª, en Madrid, los medios s¨®lo nos cuentan lo salaos que son los pol¨ªticos, y sus gracietas; s¨®lo nos hablan de morbos y promiscuidades, o, lo que es lo mismo, de 'famosos" y 'famosas". Y del asfalto que viene: Barajas, la M-50, la autopista San Rafael-Segovia, la ampliaci¨®n de la M-607...
Desalmados nos est¨¢n dejando.
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