La luz de Ewa Podles

Nuevo concierto de Santa Cecilia organizado por el Teatro de la Zarzuela y la Sinf¨®nica de Madrid por duod¨¦cimo a?o. Tambi¨¦n, nuevo ¨¦xito gracias al inter¨¦s de un programa en el que Charles Ives preced¨ªa a Brahms y Bruckner. Dirigi¨® el titular de la Real Orquesta de Sevilla, Klaus Weise, alem¨¢n de origen polaco y colabor¨® la varsoviana Ewa Podles en la Rapsodia de Brahins sobre texto de Goethe que estrenara en 1870 Paulina Viardot. Voz hermosa la de la Podles e incluso llena de luz para su cuerda; a la misma altura raya la inteligencia musical y la fuerza expresiva que la mueve. Colabor¨® acertadamente el coro de la Zarzuela.Forzando un poco la m¨¢quina de los ensayos, Weise dirigi¨® antes la Tercera sinfon¨ªa de Ives, buen ejemplo de la personalidad ecl¨¦ctica del compositor norteamericano en la que pueden dar se cita, como escribi¨® Rostand, "Ia audacia y lo naif, el genio y la banalidad". Por su textura transparente, la obra acusa las menores imperfecciones de los int¨¦rpretes. Hubo algunas, sobre todo si pensamos en el alto nivel logrado por maestro y orquesta en Brahms y en la Tercera s¨ªnfon¨ªa de Bruckner. Dedicada a Wagner, Bruckner abri¨® sus pentagramas a concretas resonancias de su obra pero las suprimi¨® m¨¢s tarde en la versi¨®n de 1989, que es la que escuchamos. Parece como si hubiera querido evidenciar que la aceptaci¨®n de una herencia musical no implica ning¨²n g¨¦nero de sumisi¨®n.

Se trata, acaso, de una de las sinfon¨ªas brucknerianas de espiritu y trazo m¨¢s leve y as¨ª lo entendi¨® Matis Weise al no a?adir trascendentalismo a unos pentagramas que tienen el que su autor quiso darles. Los sinf¨®nicos madrile?os rindieron muy bien y el maestro invitado reafirm¨® la estupenda impresi¨®n que nos causara en el Tannhauser de La Maestranza de Sevilla: es un valor muy a tener en cuenta.