Con 'Forajidos' y 'La noche del cazador' sigue el rescate de filmes cl¨¢sicos en pantalla grande
Las dirigieron Siodmak y Laughton, dos europeos creadores del gran Hollywood
Que la sala 9 de los cines madrile?os Ideal rescatara la filigrana negra de Freaks y esta obra asombrosa e ignorada se mantuviera en cartel y a cine lleno durante meses ha abierto camino al rescate de grandes filmes cl¨¢sicos. La misma sala acoge ahora otra prodigiosa negrura, Forajidos, que dirigi¨® el alem¨¢n Robert Siodmak; mientras el Real Cinema en Madrid y el Verdi en Barcelona recuperan La noche del cazador, la genial, incatalogable y ¨²nica incursi¨®n del actor brit¨¢nico Charles Laughton en la direcci¨®n. Y el cine cl¨¢sico (ambas son joyas del blanco y negro), sin el que es imposible aproximarse con solvencia al cine verdaderamente moderno, obtiene as¨ª pantallas donde mantener su fuego sagrado.
Forajidos procede de 1946 y est¨¢ basada en el relato de Ernest Hemingway The killers. En el gui¨®n intervinieron Mark Hellinger, John Huston y Richard Brooks, cosa que se percibe en la solidez de la construcci¨®n del filme, mucho m¨¢s compleja e intrincada que la del cuento original.Fue Forajidos la duod¨¦cima pel¨ªcula que Siodmak rod¨® en Hollywood, adonde lleg¨® en 1940, tras su exilio en Paris desde 1933, a?o de la subida de Hitler al poder. El itinerario de Siodmak fue circular: naci¨® en 1900 en la ciudad estadounidense de Memphis, le llevaron a los dos a?os a Viena y se form¨® y vivi¨® en Berl¨ªn, a la sombra del gran teatro alem¨¢n de entreguerras, para acabar de nuevo en esta ciudad, tras dejar su huella en la forja del gran Hollywood. Muri¨® en Ginebra, Suiza, en 1973.
Es Forajidos la m¨¢s poderosa aportaci¨®n de Siodmak a la fusi¨®n del estilo transparente de las tradiciones de Hollywood con el claroscuro del expresionismo centroeuropeo, y hoy es uno de los monumentos del thriller cl¨¢sico. Se produjo en ella el explosivo encuentro entre un acr¨®bata neoyorquino metido, con no mucha fortuna, a actor, un tal Burton Stephen Lancaster; y una muchacha de 21 a?os llamada Ava Gardner, varada en el cuarto trastero de los teloneros de la Metro-Goldwyn-Mayer, a causa de su acento de campesina sure?a y de su falta de pulimento como int¨¦rprete. Hab¨ªa sido contratada a ojo por el jefazo Louis B. Mayer, tras echar un vistazo a una fotograf¨ªa suya que le envi¨® un cu?ado de la futura estrella. La Metro cedi¨® a la Universal a su oculta novata y ¨¦sta se destap¨®, en las cinco semanas del rodaje de Forajidos, como un rostro capaz de romper los c¨®digos de la fotogenia. El encuentro entre Burt y Ava en Forajidos tuvo algo de presagio y ambos saltaron de esta tragedia dibujada con tiral¨ªneas a lo que hoy son para la memoria del cine.
El loco de Yorkshire
Naci¨® Charles Laughton en 1899 en el condado ingl¨¦s de Yorkshire y hac¨ªa cinco a?os que se hab¨ªa nacionalizado estadounidense cuando cay¨® en sus manos un gui¨®n desmedido pero fascinador, titulado La noche del cazador. Su autor era un periodista, escritor de un filme titulado La reina de ?frica y cr¨ªtico de cine llamado James Agee. A Laughton le cautiv¨® su trabajo y rebusc¨® recortes de presupuestos de la United Artists para rodarlo ¨¦l, que jam¨¢s hab¨ªa trabajado detr¨¢s de una c¨¢mara. Lo logr¨® y, mientras estaba en ello, el 16 de mayo de 1955, con 44 a?os, se le muri¨® de repente James Agee.La pel¨ªcula fracas¨® estrepitosamente y, tras algunas proyecciones casi furtivas, fue escondida durante d¨¦cadas en los almacenes de la UA, como una especie de verg¨¹enza innombrable. El loco de Yorkshire nunca pudo dirigir otra pel¨ªcula. Muri¨® en 1962, sin poder asistir al desvelamiento por algunos cr¨ªticos franceses del milagro cinematogr¨¢fico que hab¨ªa logrado junto a otro hombre infortunado," Agee, y las inmensas Lillian Gish y Shelley Winters acechadas por aquel atroz y burl¨®n Satan¨¢s que bord¨® Robert Mitchum, en uno de los raptos de inspiraci¨®n colectiva m¨¢s hermosos que ha dado el cine.
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