El Bar?a se da un respiro
El equipo azulgrana superacon dificultades al Celta Pizzi demuestra su condici¨®n de goleador Drama en Gij¨®n ante el hundimiento del Sporting
El Bar?a se dio un respiro despu¨¦s de los recientes desastres. Gan¨® 3-2 al Celta y se mantiene en la cabeza de la clasificaci¨®n. O sea, que la jornada tuvo un valor terap¨¦utico para el equipo azulgrana. Pero la afici¨®n permanece descontenta. Los signos del Bar?a son preocupantes. Es vulnerable y su gente lo sabe. Ante el Celta recibi¨® dos goles -nueve en los ¨²ltimos cuatro partidos- y pas¨® un mal rato a ¨²ltima hora. Pizzi, que no tuvo sitio en las convocatorias en el arranque de la temporada, fue el h¨¦roe del partido. Marc¨® dos tantos y confirm¨® su instinto de goleador. A partir de ahora, ser¨¢ un habitual en las alineaciones. Aunque los entrenadores tienden a desconfiar de las cualidades futbol¨ªsticas de los goleadores, terminan por depender de ellos.En Gij¨®n se vive un drama. Un cl¨¢sico del f¨²tbol espa?ol est¨¢ hundido en la clasificaci¨®n. El Sporting s¨®lo ha conseguido un punto en doce partidos. Salvo una reacci¨®n heroica y ahora mismo impensable, el equipo est¨¢ condenado a la Segunda. La situaci¨®n es de emergencia y crispaci¨®n. Gij¨®n vive el f¨²tbol y a su equipo con el orgullo que da una largu¨ªsima tradici¨®n en Primera. En realidad, todo el f¨²tbol espa?ol se siente orgulloso del Sporting, un equipo que ha ofrecido temporadas excelentes y que ha nutrido la Liga con grandes jugadores. El problema quiz¨¢ radique en un conflicto de identidad. Por un lado, el Sporting es incapaz de mantener su pol¨ªtica de cantera -la fuga de jugadores ha sido espectacular (Luis Enrique, Abelardo, Juanele, Manjar¨ªn, Felipe, Iv¨¢n Iglesias ... )-; por otro, el equipo es v¨ªctima del extra?o criterio en los fichajes de extranjeros, con una mayor¨ªa casi absoluta de rusos desangelados.
La hinchada sportinguista protest¨® ruidosamente la derrota de su equipo ante el Zaragoza. Despu¨¦s de la protesta, hubo un ejercicio de iron¨ªa. Los aficionados hicieron la ola, aplaudieron el gol del Oviedo en Mallorca y muy pronto dejaron el estadio vac¨ªo. Tras el encuentro, cerca de dos mil personas censuraron a los directivos su gesti¨®n. El drama con todas sus consecuencias.
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