Una Guardia Civil internacional
Las operaciones internacionales de paz tienen a menudo m¨¢s contenido policial que militar, especialmente una vez superado el estadio de la guerra, cuando se pasa a la estabilizaci¨®n o reconstrucci¨®n de la paz. Bosnia es un claro ejemplo. Los militares de la fuerza militar internacional, la Sfor, bajo mando de la OTAN, proporcionan un alto grado de seguridad y de disuasi¨®n. La polic¨ªa internacional (IPTF), con 1.900 integrantes, sin armas, con un mandato limitado y dependiente de la ONU, tiene asignadas unas misiones muy limitadas. All¨ª se ha puesto de relieve un vac¨ªo entre estas dos componentes, lo que ha llevado tanto a Javier Solana como a Carlos Westendorp a reflexionar sobre c¨®mo llenar el hueco. Pues se ha recurrido a la Sfor para operaciones que son claramente policiales, o la polic¨ªa internacional s¨®lo ha podido en ocasiones intervenir porque contaba, detr¨¢s, con el apoyo de la fuerza militar.En Bosnia, y en los meses pasados en Albania, ha surgido la necesidad de llenar ese hueco que se encuentra a medio camino entre las misiones militares y las policiales. Este modelo est¨¢ ya inventado en t¨¦rminos nacionales con la Gendarmerie en Francia o la Guardia Civil en Espa?a, que ya tuvo un papel en la gesti¨®n de la crisis de la antigua Yugoslavia al participar en el control del contrabando de armas en el Danubio. Quiz¨¢ falte una especie de Guardia Civil internacional.
En un reciente debate organizado en Berl¨ªn por el Financial Times y la Fundaci¨®n Herbert Quandt, Solana hizo hincapi¨¦ en la distancia que se ha generado entre "la capacidad de la Sfor para proporcionar un entorno seguro y los problemas con que se encuentra la polic¨ªa local a la hora de garantizar la ley y el orden sobre el terreno, bajo control democr¨¢tico", y mencion¨® la posibilidad de crear, bajo mando de la ONU, una fuerza permanente de polic¨ªa, disponible en caso de crisis.
Es posible que la idea de una Guardia Civil internacional no tarde demasiado tiempo en prosperar, y ser¨ªa una f¨®rmula que podr¨ªa servir tambi¨¦n a EE UU para ir reduciendo su presencia militar en Bosnia. No ser¨ªa descabellado que Espa?a se fuera planteando la posibilidad de sustituir, en parte, algunas de sus unidades militares por otras de la Guardia Civil, si otros pa¨ªses siguen por este camino en respuesta a las demandas de la autoridad civil internacional, l¨ªnea que no suprime la necesidad de una fuerza militar internacional que aporta medios m¨¢s poderosos y una s¨®lida credibilidad en ¨²ltimo t¨¦rmino. El modelo del acuerdo de paz de Dayton para Bosnia parte de la necesidad de ir construyendo una polic¨ªa local, y otorga esa funci¨®n central de criba y formaci¨®n a la polic¨ªa internacional. Pero m¨¢s all¨¢ de Bosnia, y especialmente en pa¨ªses o zonas donde no existe cultura policial democr¨¢tica, esta l¨ªnea de pensamiento merecer¨ªa mayor atenci¨®n para un futuro en el que puede aumentar la necesidad de intervenir en conflictos civiles. . Muchas de las misiones internacionales de paz de los ¨²ltimos a?os, al intervenir en conflictos que tienen m¨¢s de guerra civil que de conflicto internacional cl¨¢sico, demandan la aportaci¨®n de este tipo de fuerzas. Ya la Sfor cuenta con cierta participaci¨®n de gendarmes franceses, y entre su polic¨ªa militar en Mostar hay integrados guardias civiles espa?oles. Pero, para tener efectividad, la participaci¨®n de esta clase de cuerpos tendr¨ªa probablemente que superar el millar. Es un debate abierto, que crecer¨¢ a medida que se discuta la renovaci¨®n de la Sfor.
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