El humanitarismo, una moda peligrosa
Despu¨¦s de presenciar el paso de la Ruta de la Luz 97, trabajadores en Mauritania de diferentes ONG nos sentimos molestos e indignados. La Ruta es exactamente el ejemplo a poner cuando alguien quiere saber lo que no es cooperaci¨®n. Ha llegado a un pa¨ªs asolado por la pobreza un equipo de gente con un despliegue de medios inimaginable (hasta una avioneta), dispuesto a regalar gafas y a hacer operaciones de cataratas en serie.No hab¨ªa visitas programadas, los mauritanos ten¨ªan que hacer colas de horas e incluso de d¨ªas, las m¨¢s de las veces con resultado negativo. Las intervenciones quir¨²rgicas se realizaban sin prever un posoperatorio m¨ªnimamente correcto. El marasmo y la desesperaci¨®n existentes en la Policl¨ªnica de Nuakchot al paso de la Ruta era delirante, hasta tal punto que no permit¨ªa el normal funcionamiento de la misma. La imagen es de las que no se olvida: blancos entregados al humanitarismo repartiendo el man¨¢ como dioses. Reparti¨¦ndolo, s¨ª, pero no a todo el mundo ni a los m¨¢s pobres. Afortunadamente y a pesar de tanto desprop¨®sito, alguna persona realmente necesitada pudo beneficiarse de unas gafas o de una intervenci¨®n.
Huelga decir que una preocupaci¨®n patente de los organizadores era la de obtener muchas fotos y buenos planos. Todo ello es consecuencia l¨®gica del objetivo de la Ruta: hacer m¨¢rketing para los patrocinadores. Y para ello se han aprovechado sin escr¨²pulos de los pobres y de la (vacua) compasi¨®n que ¨¦stos despiertan. Un punto y aparte merece el apoyo al proyecto, con dinero p¨²blico, de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n.
En fin, caridad rastrera y humillante, y adem¨¢s con objetivos comerciales. Lo peor de todo es que hay gente que tiene el valor de llamar a eso cooperaci¨®n al desarrollo e inclusosolidaridad. Miedo, verg¨¹enza y asco da ver c¨®mo tales t¨¦rminos se ven prostituidos y utilizados con fines lucrativos. Hay modas peligrosas, pero ¨¦sta del humanitarismo lo es de verdad-
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