Los bi¨®logos no saben qu¨¦ hacer con la ballena varada y muerta en Cantabria
Al gigantesco cet¨¢ceo se le har¨¢ hoy la autopsia en el Museo Mar¨ªtimo de Santander
Los bi¨®logos no saben qu¨¦ hacer con la ballena de unas 70 toneladas, varada y muerta el s¨¢bado en la playa de Ori?¨®n, cerca de Castro Urdiales (Cantabria). Hace un siglo que no se daba un caso igual en el Cant¨¢brico y no quedan puertos balleneros en Espa?a que puedan aportar la infraestructura necesaria para despiezarla. Centenares de curiosos se acercan al muelle del Museo Mar¨ªtimo del Cant¨¢brico para observar al rorcual com¨²n de 19,5 metros de longitud que lleg¨® anoche al puerto de Santander arrastrado por una embarcaci¨®n desde la playa de Ori?¨®n.
Apenas sobresale del agua su aleta caudal, atada con una marona al muelle, pero el suceso ha servido para que en una ma?ana se haya cuatriplicado el n¨²mero de visitantes normal en este centro, que pose el esqueleto de un rorcual de 24 metros que apareci¨® en Santander en junio de 1896, la mayor osamenta de esta especie que se conserva en el mundo.El director del Museo, Jos¨¦ Luis Casado, explic¨® que los bi¨®logos y el Gobierno c¨¢ntabro barajan dos alternativas para el cad¨¢ver animal: remolcarlo mar adentro y lastrarlo para que se hunda o despiezarlo y conservar su esqueleto, bien en Santander o bien en otra instituci¨®n oceanogr¨¢fica.
"Las dos opciones son muy costosas. Sobre todo la segunda, porque todav¨ªa no sabemos cu¨¢ntas personas necesitaremos, cu¨¢ntos d¨ªas nos llevar¨¢ el trabajo ni cu¨¢l ser¨¢ su coste", explic¨® Casado, quien record¨® que la ¨²ltima vez que se extrajo el esqueleto a un gran cet¨¢ceo fue en 1981, pero se trataba de una ballena aliblanca de "s¨®lo" cuatro metros y medio de longitud.
Hoy se le practicar¨¢ la autopsia y en dos d¨ªas se debe decidir qu¨¦ hacer con ella, ya que el enorme animal, que ayer desat¨® un movimiento solidario en los vecinos de los alrededores "muy alentador" para los bi¨®logos, se convertir¨¢ pronto en 70 toneladas (algunos elevan el peso a cien toneladas) de carne y huesos en putrefacci¨®n. Luis Casado recuerda el antecedente de otra ballena de 24 metros que apareci¨® flotando muerta al norte de Cabo Mayor hace 101 a?os y la gran expectaci¨®n que suscit¨® en la ciudad y en la prensa nacional.
Sin embargo, mientras el patr¨®n del barco que la remolc¨®, la Administraci¨®n y el Ej¨¦rcito se disputaban durante dos semanas el aprovechamiento del cet¨¢ceo, el cad¨¢ver se descompuso sobrela playa de El Sardinero y el hedor se extendi¨® siete kil¨®metros a la redonda, hasta El Astillero.
Los bi¨®logos creen que la ballena de Ori?¨®n padec¨ªa alguna enfermedad, ya que no es normal que ejemplares adultos de tal tama?o (el rorcal com¨²n o franco es el segundo cet¨¢ceo m¨¢s grande despu¨¦s de la ballena azul) se queden varados en una playa.
Seg¨²n el director del Museo, las causas por las que estos animales se quedan aislados en la arena suelen estar relacionadas con alguna disfunci¨®n interna, originada por los par¨¢sitos y, a veces, con la ingesti¨®n de petr¨®leo, pl¨¢sticos o cualquier otro desecho contaminante.
La ballena que reuni¨® el s¨¢bado los esfuerzos de la Guardia Civil, Salvamento Mar¨ªtimo, Protecci¨®n Civil, los bomberos, la Polic¨ªa Local de Castro Urdiales, la Cruz Roja y numerosos voluntarios no soport¨® la espera de varias horas a pleno sol y muri¨® cuando solo faltaban dos horas para la pleamar.
Sobreexplotaci¨®n
No sirvi¨® de nada el esfuerzo de la gente que la cubri¨® con ropa h¨²meda y lebalde¨® agua durante todo el d¨ªa, ni los cuidados de los dos bi¨®logos Gerardo Garc¨ªa y Cristina Rodr¨ªguez, as¨ª como el dispositivo que hab¨ªan preparado dos barcos para reflotarla.Al director del Museo Mar¨ªtimo le gratifica esa "reacci¨®n ejemplar" de los ciudadanos ya que muestra el cambio de opini¨®n de la sociedad sobre los cet¨¢ceos, desde la sobreexplotaci¨®n de la que fueron objeto durante siglos hasta la conciencia de protecci¨®n que hoy se extiende. El rorcal com¨²n es el menos castigado de los grandes cet¨¢ceos: su poblaci¨®n se calcula en decenas de miles o en centenares de miles de ejemplares, si la estimaci¨®n ha hacen los ecologistas o los balleneros rusos y japoneres. Su captura est¨¢ prohibida
Estos animales migran cada a?o desde los c¨ªrculos polares hacia las aguas tropicales en ambos hemisferios Un ramal de la corriente del golfo, una de sus v¨ªas de migraci¨®n, pasa cerca de las costas cant¨¢bricas. lo que hace frecuente que peque?os y medianos cet¨¢ceos varen en las costas espa?olas.
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