"Lanzaron una lluvia de balas sobre los turistas del atentado y despu¨¦s sacaron los cuchillos", relata un testigo

"Estaban como locos, sedientos de sangre". As¨ª explicaba un vecino de Luxor, a unos 700 kil¨®metros al sur de El Cairo, el ataque del comando integrista que asesin¨® ayer a m¨¢s de medio centenar de turistas que visitaban el Valle de las Reinas. "Deliraban. Primero lanzaron una lluvia de balas sobre los turistas. Despu¨¦s se arrojaron sobre sus cuerpos para rematar o mutilar con sus cuchillos a las v¨ªctimas", continuaba el relato de este testigo. Otros viajeros lograron salvar la vida al ocultarse tras las columnas del templo de Hatshepsut. Pero quienes intentaron huir fueron tiroteados por la espalda.

Un periodista austr¨ªaco fue tambi¨¦n testigo de la matanza. Franz Koessler, director del informativo de la televisi¨®n p¨²blica ORF, se encontraba de vacaciones los alrededores de la ciudad de Luxor. "Tuvimos una suerte enorme", dijo Koessler en una conversaci¨®n telef¨®nica con la radio austr¨ªaca, "precisamente 10 minutos antes del ataque hab¨ªamos estado en el templo de la reina Hatshepsut, donde se produjo el atentado, y escucharnos el tiroteo cuando ya ¨ªbamos de camino hacia otro monumento, situado a unos centenares de metros". Hace apenas un mes se hab¨ªa celebrado en el templo de Hatshepsut un gigantesco espect¨¢culo con la ¨®pera Aida.Koessler explic¨® que, en un primer momento, los gu¨ªas egipcios dijeron a los turistas que se trataba de una cacer¨ªa de palomas. A otros extranjeros desconcertados les indicaron que Podr¨ªa ser una ri?a entre familias. El periodista supone que los gu¨ªas, tambi¨¦n alarmados, hicieron lo posible para que no cundiera el p¨¢nico entre los turistas.

Finalmente, los visitantes fueron conducidos a una tumba, donde les recomendaron que se echaran al suelo para protegerse de los disparos. Luego fueron trasladados a un caf¨¦ situado frente a los templos, donde siguieron escuchando los tiros. "Durante una hora y media permanecimos all¨ª, sin saber qu¨¦ estaba pasando". El periodista austr¨ªaco abandon¨® el lugar del atentado junto con un grupo de arque¨®logos norteamericanos. Todos fueron evacuados en coche, a trav¨¦s de caminos de tierra, hacia la ciudad de Luxor, donde tardaron media hora en llegar. La polic¨ªa hab¨ªa bloqueado las carreteras y no permit¨ªa los desplazamientos de turistas para prevenir nuevos ataques terroristas.

Despu¨¦s de conversar en Luxor con otros supervivientes, Koessler se enter¨® de que unos turistas alemanes pudieron salvarse en medio del tiroteo al esconderse tras las columnas del templo. Un grupo de turistas suizos, sin embargo, fue tiroteado por el comando integrista cuando intentaba huir hacia otro edificio. El ataque dur¨® alrededor de tres cuartos de hora. Los terroristas fueron descritos como fan¨¢ticos agresivos, fuera de s¨ª. Algunos de ellos acuchillaron los cad¨¢veres.

Polic¨ªas asesinados

"Los terroristas llegaron en taxi y compraron sus billetes como si fueran unos turistas corrientes", explic¨® un testigo de los hechos. "Despu¨¦s se dirigieron hacia los dos polic¨ªas que custodiaban la entrada al templo y les acuchillaron antes de apoderarse de sus armas y de sus radiotransmisores", agreg¨® la misma fuente, que asegur¨® que el comando de atacantes se dividi¨® en dos grupos, uno de los cuales se dirigi¨® hacia el templo mientras el otro permanec¨ªa en la explanada exterior."Yo estaba de pie en la explana cuando empez¨® el tiroteo. Me escond¨ª detr¨¢s de los restos de una columna y abr¨ª fuego contra los terroristas. Pero me dispararon y me hirieron en un brazo. Desp¨²es me desmay¨¦ en medio de los gritos de p¨¢nico", relataba una guardia del servicio de protecci¨®n de antig¨¹edades.

El Gobierno suizo, por su parte, cre¨® un comit¨¦ de crisis para afrontar la situaci¨®n creada por el atentado cometido en Luxor. Las agencias de viaje helv¨¦ticas confirmaron ayer que dos decenas de suizos murieron en el atentado de Luxor, informa Luis V¨¢zquez desde Ginebra.

Yasmine Chatila, portavoz del Ministerio de Exteriores, dijo que las autoridades quieren mantener informadas a las familias de los turistas que siguen en Egipto, as¨ª como de la suerte que han corrido.