Ladrones de democracia
No dejar¨ªa de ser amargo que el indulto a los socialistas de Filesa se lo tuviera que dar Aznar, su encarnizado perseguidor; pero, a fin de cuentas, se librar¨ªan de la c¨¢rcel, que es lo peor para el ser humano. Si en mis manos estuviera, los indultos recaer¨ªan sobre las poblaciones penitenciar¨ªas incesantemente como una lluvia: abajo las c¨¢rceles.Hay algunas razones positivas m¨¢s: los encarcelados son figuras de segundo o tercer orden en el delito, ninguna de ellas se ha beneficiado personalmente de la fechor¨ªa, la financiaci¨®n ilegal de partidos es un delito com¨²n en las democracias (Clinton est¨¢ envuelto en uno grave); y la ebriedad de la pol¨ªtica en quien se la bebe es como la del alcohol y la droga. Borrachera de poder. Pero ?qu¨¦ hacemos con las y los abortistas encarcelados a?os despu¨¦s del considerado delito? ?O con los que consumieron drogas y vendieron una papelina; con los que bruscamente son apartados de una vida rehabilitada para enterrarles en la casa del odio, donde encontrar¨¢n otra vez la droga? Nadie va a liberar al peque?o chorizo, nadie al padre de familia que llev¨® un pollo a su casa. ?Y Mario Conde? No le quiero ver en la c¨¢rcel. Ni al tipo De la Rosa, que ya pas¨® lo suyo comi¨¦ndose un bocata tras una reja. Con que devolvieran todo el dinero y se tuvieran que apuntar al paro, con tantos millones de espa?oles honrados, me parecer¨ªa suficiente.
Aparte de eso: el partido socialista ha recibido ya un golpe muy duro, y los est¨¢ recibiendo a diario. Los suspiros que exhala por sus compa?eros encarcelados, a defecto de sus mayores, que escurren el bulto, no hacen m¨¢s que complicar su situaci¨®n. Aqu¨ª hace falta un partido socialista verdadero y nuevo, un partido comunista sin predicadores, y unos sindicatos libertarios: o curados del miedo y la precauci¨®n. Y una izquierda republicana: todos junto a los partidos conservadores que ya conocemos. Hace falta una reconstrucci¨®n democr¨¢tica, que sea obra de una Constituci¨®n deliberada largamente en una c¨¢mara elegida para ello; y una ley de funcionamiento de esa primera c¨¢mara la segunda es histri¨®nica- que fuera democr¨¢tica. Pero no s¨¦ c¨®mo se podr¨ªa construir una democracia que naciera de los que tienen todos los poderes y la falsearon. Es lo peor de esa sentencia de Filesa: la visi¨®n de una democracia falsificada, robada. Pero ?c¨®mo se va a regenerar la pol¨ªtica, que no es una excepci¨®n en un pa¨ªs emporcado?
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